Tenemos obsesión por la inteligencia. Sentimos, especialmente, una morbosa curiosidad por esa llamada singularidad: saber cuándo -muchos lo dan por hecho- la inteligencia de las máquinas superará a la de los humanos.
Imaginemos un continente, África y extrapolemos a Europa, donde desde la franja central y hacia el este numerosos países tienen graves problemas de conflictos políticos, militares (guerra civil) o hambrunas.
Por mucho esfuerzo que uno haga, no se llega a calibrar el grado de tortura que uno sufre cuando es privado de libertad y obligado a vivir en unas condiciones infrahumanas. El único que de verdad lo sabe es el propio afectado.
Los diplomáticos españoles de la OTAN ya advirtieron al Gobierno que era imposible lograr una frase que incluyera implícitamente la defensa de Ceuta y Melilla. Pero el Gobierno insistió y ahora los portavoces dicen que hay euforia por esta declaración.
La unidad ha sido fundamental en la primera fase del conflicto en Ucrania. Hoy con la economía mundial destrozada, y con la amenaza de hambruna, hay socios que quieren frenar al presidente ruso, pero también que acabe la guerra con algún tipo de pacto.
La confirmación de la creación del Consejo del Espacio ha sido una noticia realmente estimulante y alentadora por las nuevas oportunidades que se podrán abrir en el desarrollo de la industria espacial en España.
A 650 kilómetros de Canarias se desarrollan en estos momentos las maniobras African Lion 22 en cuatro países: Marruecos, Ghana, Senegal y Túnez. A la vez, entre Tidouf y la frontera con Mali, se inician las maniobras Taouendert 2022 por parte de Argelia.
En un momento de máxima tensión, y con una posibilidad clara y latente de que se abran las hostilidades en esa zona, mañana y pasado se va a celebrar en la ciudad saharaui de Dajla el primer foro de inversión Marruecos-España.
Cualquiera que tenga amigos en Bruselas le podrá confirmar que aparte de Putin, Europa califica como problemáticos a dos presidentes, por los “dolores de cabeza”. Un reciente ex, Boris Johnson, y un presidente gran país, Sánchez.
Las decisiones que vamos tomando se modelan por las experiencias que vamos vertiendo en nuestra “mochila”, en nuestro aprendizaje; los factores externos se acumulan en nuestro núcleo más íntimo, perfilando cómo nos conducimos en la vida.
Pedro Sánchez ha defendido "su" propuesta en el Congreso ante el conflicto del Sáhara basándose en que la autonomía es “la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso”. ¿De verdad que se cree este "mantra"?
Los sindicatos de Policía dan la razón a Escudo Digital y prácticamente reproducen sus palabras. Hoy hace una semana de la final de la UEFA Champions League en Seine -Saint Denis.
En su última actualización, el Esquema Nacional de Seguridad introduce cambios en las medidas de seguridad a adoptar, así como nuevos controles con el fin de proteger los datos y las interacciones digitales.
En España, parece hay censura para mencionar lo que pase más allá de Gibraltar: adiós infraestructura CLAVE con Argelia; conflicto ya real con bajas ocultas en el Sahara y maniobras con fuego real en mar de Alborán.
Lo podemos ver a diario incluso en las calles, al ir a trabajar; y quizá una vivencia personal puede ilustrarlo: hace unos días, mientras caminaba por una calle de Madrid en la que había un edificio en obras, pude leer este cartel.
El controvertido apoyo de Pedro Sánchez a Marruecos en su disputa con respecto al Sahara no ha ayudado precisamente a pacificar la zona. Más bien todo lo contrario, ha generado tensión a un conflicto armado que parece inminente a las puertas de España.
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha sido aprovechado por ciberdelincuentes oportunistas, que han adaptado y orientado sus tácticas para sacar provecho de la confusión y la desinformación.
La situación no puede ser peor para el Sahel con la retirada de Francia de Mali, la retirada de Mali del G5 Sahel, la llegada de Rusia y la ausencia de EE.UU., al menos de forma oficial.