Que Rusia está presente en África es un hecho constatable desde hace años y no solo a nivel militar. La estrategia de Rusia pasa por expandir su influencia de forma asimétrica por África ejerciendo campañas de desinformación y desestabilización como en el caso de Mali.
En el caso de África nos encontramos con países que son ricos en recursos naturales, pero que se enfrentan a graves crisis políticas, económicas y problemas como el terrorismo o el crimen organizado, un contexto que invita a grupos como Wagner para ofrecer ayuda a cambio de convertirse en agentes de poder asumiendo una deuda con ellos.
Algunos países de la región como Mali, Chad o Guinea han sufrido golpes de Estado en los últimos meses y así, y coincidiendo con ellos, hemos podido ver la presencia del grupo militar Wagner como vemos en la infografía adjunta (Fuente: https://www.aa.com.tr/en/info/infographic/24909):
Si observamos ese mapa donde vemos la presencia militar de Rusia en África habría que detenerse en el pasillo que podría tener Rusia conectando el Mediterráneo desde Libia con el Atlántico a través de Guinea, corredor por el cual además también transcurren las principales rutas de los tráficos ilegales y del crimen organizado.
Todos conocemos cuál ha sido el resultado de la intervención de Wagner en distintos países, y concretamente en la Republica Centro Africana, donde actualmente se han constituido como parte de la Seguridad Nacional y han sido acusados de numerosas violaciones y abusos contra civiles.
La pregunta es si correrá Mali ese mismo peligro.
Es cierto que Mali es un país soberano, y como tal es libre de decidir lo que estime conveniente. Sin embargo, los daños a largo plazo pueden ser peores que los actuales, por lo que sería necesario una mayor intervención de la CEDEAO ante la llegada de nuevos actores extranjeros que podrían traer mas inestabilidad no solo a Mali sino a todo el Sahel, como ya hemos visto en otros países africanos en los que ha hecho acto de presencia el grupo Wagner.
Hay que recordar que Mali firmó la Convención Africana para la eliminación del Mercenarismo, por lo que se podría prohibir la entrada de Wagner en dicho territorio. Igualmente, otros países del Sahel como Níger o Chad se oponen a la entrada de Wagner en Mali. En el caso de Chad, tienen razones para preocuparse por la presencia de estos mercenarios porque los atacantes que actuaron en Chad en abril y causaron la muerte del expresidente (Idriss Deby) fueron entrenados y supervisados por la empresa de seguridad privada Wagner
En este sentido Europa debe ser consciente de que si abandona el Sahel, ese hueco lo ocupara Rusia en una situación parecida a la de Afganistán ante la retirada de EEUU.
Hay que recordar que hay una fuerte oposición de la población maliense a que Francia continúe en el país debido principalmente al interés de las conversaciones de paz con los grupos yihadistas, a lo que Francia se opone.
Ademas debemos tener en cuenta que Rusia también busca convertirse en el mayor proveedor de armas en el continente africano. No solo estamos hablando en el Sahel de recursos naturales, desestabilizar países y de echar fuera a otros países europeos de la zona, sino que el negocio de la venta de armas supone el 49% de las exportaciones de armas de Rusia al continente africano en estos momentos. Por ello, una vez que Rusia entre en Mali podría expandirse a otros países del Sahel, con lo que la desestabilización sería total.
La llegada de Wagner a Mali podría incidir en la lucha contra el terrorismo yihadista que Francia viene llevando a cabo en el Sahel, que podría transferir sus tropas a Níger, país vecino y aliado ante la incompatibilidad con dicho grupo.
Si nos damos cuenta, la estrategia rusa es clara y en la mayoría de los casos llena el hueco que deja en otros países EE.UU. o Europa.
Por ello es fundamental la presencia tanto de Francia como de EEUU o la Unión Europea en la lucha contra el terrorismo y en la reconstrucción de estos países. Si abandonan el Sahel y dejan a Wagner la inestabilidad será mayor y las consecuencias para Europa serán peores, además de todo el mayor poder que obtendrá Rusia como único actor internacional en la zona.
Es necesario igualmente un mayor apoyo tanto a las fuerzas conjuntas (del G5 Sahel) como a los Estados que los componen, ya que la amenaza no se limita al Sahel, sino que ya se está extendiendo a Costa de Marfil, Togo o Benín, y no se excluye que afecte a África Central como es el caso de Camerún.
Pilar Rangel es experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh, y dirige la segunda edición del Curso de experto universitario en terrorismo yihadista en la Universidad Internacional de Andalucía.