El 36,6% de los menores valencianos participan regularmente en juegos de azar

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Un estudio del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” evidencia que los menores de la Comunitat Valenciana juegan debido principalmente a la facilidad de acceso y al arraigo cultural de esta práctica. © Shutterstock / Zivica Kerkez.
Un estudio del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa” evidencia que los menores de la Comunitat Valenciana juegan debido principalmente a la facilidad de acceso y al arraigo cultural de esta práctica. © Shutterstock / Zivica Kerkez.

Prácticamente cuatro de cada diez menores de edad de la Comunidad Valenciana, el 36,6%, participa regularmente en juegos de azar, según un estudio del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa". A pesar de que la legislación española permite participar en juegos de apuestas y azar solo a los mayores de 18 años, el trabajo señala que los menores participan en loterías presorteadas (49,58%), quinielas (40,38%), y loterías (39,05%), entre otros, porque se trata de juegos muy consolidados culturalmente y de fácil acceso.

Además, desde hace unos años, a los juegos tradicionales se han añadido los juegos por internet. Así, el estudio muestra que las apuestas deportivas se han convertido en el tipo más frecuente (53,29%) tanto en chicos como en chicas, aunque también evidencia una diferencia de género muy evidente que en este caso tampoco deja de ser notable.

Según sus datos, tres de cada cuatro menores que juegan habitualmente son chicos (28,9% frente a un 7,7% de chicas) y también son los más asiduos a las apuestas deportivos online (42,33% frente a 10,96%, respectivamente).

"La adicción a los juegos de azar en la adolescencia: apuestas, tecnologías y consumo de drogas" es el título de este estudio, que ha estado liderado por Mariano Chóliz Montañés y Marta Marcos Moliner, investigadores de la Universidad de Valencia.

Los juegos online, más adictivos y más accesibles para el jugador

Los autores del estudio destacan que cualquier juego en línea es más adictivo que sus correspondientes modalidades tradicionales, ya que son mucho más accesibles para el jugador. Se puede apostar desde cualquier lugar y en cualquier momento, a través de móviles o dispositivos electrónicos personales. De hecho, concluyen que son los únicos que han crecido tras las medidas impuestas para la prevención de la extensión de la pandemia de la Covid-19.

"Debido a la potencialidad de adicción y a la vulnerabilidad de este grupo de población en el desarrollo de adicciones, esto puede derivar en trastornos serios de salud en el futuro", advierte la Fundación "la Caixa".

Según un estudio del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa" tres de cada cuatro menores que juegan habitualmente son chicos. © Shutterstock / massimofusaro.

La coexistencia de adicciones también es muy común

La investigación también evidencia que la coexistencia entre adicción al juego y el consumo de sustancias (lo que se denomina comorbilidad entre adicciones) es algo muy común. Así, mientras que entre las personas que no padecen esta adicción solo el 14% consume alcohol semanalmente, el porcentaje asciende al 41% entre quienes padecen adicción al juego. El patrón se repite también con el consumo de tabaco y marihuana: mientras que el 13% y el 7% de quienes no tienen adicción al juego consumen dichas sustancias, respectivamente, estos porcentajes ascienden al 39% y 35% entre los que sí.

Por otra parte, y también de acuerdo a la investigación, la comorbilidad entre adicción al juego y a los videojuegos o las tecnologías es baja probablemente porque la adicción al juego compromete todos los recursos de la persona adicta, y apostar se convierte en el núcleo central que dirige su vida.

"En definitiva, los resultados de este trabajo, en los que se evidencia la problemática de esta clase de dificultades en los adolescentes, sugieren la necesidad de desarrollar e implementar programas de prevención de la adicción al juego que estén basados en la evidencia, como el programa Ludens de prevención universal de adicción al juego que ha sido desarrollado en la Universidad de Valencia", afirma la Fundación la "Caixa".