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Más de la mitad de los mayores de 55 años se sintieron solos durante el confinamiento por la Covid-19

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Soledad mayores 55 años confinamiento Covid - Fundación 'La Caixa'
Soledad mayores 55 años confinamiento Covid - Fundación 'La Caixa'

"Soledad durante el confinamiento: una epidemia dentro de la pandemia de la covid19". Este es el título de un estudio de El Observatorio Social de la Fundación "la Caixa" que señala que más de la mitad de los mayores de 55 años (un 56,4%) experimentó sentimiento de soledad durante el confinamiento derivado de la Covid-19. Esta cifra supone un aumento de nueve puntos respecto a antes de la pandemia (47,3%), que afectó más a quienes no se sentían solos antes de que se produjera esta situación.

En concreto, el estudio muestra que, de febrero a abril de 2020, fue la soledad emocional (referida a la falta de relaciones de confianza) la que aumentó del 25% al 36%, mientras que la soledad social (referida a la falta de relaciones con el grupo social) descendió del 26% al 18%. Asimismo, la soledad moderada se elevó del 40% al 52% mientras que la severa disminuyó del 7,4% al 4,7%.

El trabajo ha sido elaborado por los investigadores Juan Manuel García-González (Universidad Pablo de Olavide, UPO), Rafael Grande (Universidad de Málaga), Inmaculada Montero (UPO) y Dolores Puga (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Fue impulsado por el Observatorio Social de la Fundación "la Caixa", dentro de la convocatoria de apoyo a investigaciones sobre el impacto social de la Covid-19, y estudió los efectos de la soledad provocados por el confinamiento con el fin que se puedan identificar medidas preventivas e intervenciones para reducir las consecuencias de esta situación.

Para ello, los autores llevaron a cabo una encuesta en dos fases a 750 personas mayores de 55 años residentes en Andalucía: la primera se había realizado antes del confinamiento, en febrero de 2020; y la segunda se hizo a finales de abril y principios de mayo, en pleno confinamiento.

Las mujeres de 65 a 79 años sintieron más soledad

Si bien antes del confinamiento el sentimiento de soledad entre las personas mayores afectaba de manera similar tanto a mujeres como a hombres, este estudio refleja que, durante este período, el impacto fue más intenso entre las mujeres. En este sentido, el 62% de la población femenina afirmó sentirse sola frente al 50% de la masculina, aunque la soledad más grave descendió en mayor medida entre las mujeres.

Por grupos de edad, los aumentos más notables se produjeron entre los 65 y los 79 años y en mayor medida entre las mujeres debido, especialmente, al incremento de la soledad moderada. En el rango de entre 55 a 64 años, la prevalencia de soledad en el colectivo de los hombres apenas aumentó, mientras que en el de las mujeres se incrementó en torno al 30%. Por último, entre los mayores de 80 prácticamente no hubo variación con respecto a antes del confinamiento y la soledad severa se redujo en todas las franjas de edad.

Menor nivel de estudios y peor salud se asocian a más soledad

Por lo general, la sensación de soledad es mayor entre las personas con menor nivel educativo y, según indica la investigación, diferentes estudios demuestran que un mayor nivel de instrucción ofrece mayores estrategias, recursos y contactos estables para afrontar o evitar la soledad. En esta línea, el estudio expone que la proporción de personas con sentimiento de soledad durante el confinamiento creció más en el grupo con estudios primarios o sin estudios.

En cuanto a la salud y la soledad, las personas en situación de soledad declararon tener peor estado de salud y aquellos con peor salud también presentaron una mayor afectación de este sentimiento. Además, la tasa de soledad aumentó en mayor medida entre las personas con buen estado de salud o que consideraron que su salud había mejorado, posiblemente a causa del mayor impacto que el confinamiento tuvo en sus vidas. Tendencias similares de soledad creciente se observaron entre la población sin limitaciones en las actividades básicas del día a día y sin depresión, y la única salvedad se dio en el grupo de personas con depresión crónica, cuyo nivel de soledad se mantuvo constante.