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El ratonero bodeguero andaluz, Patrimonio Cultural Inmaterial del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera

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El ratonero bodeguero andaluz, un perro de caza que tradicionalmente se emplea como de guardián de las bodegas de Jerez frente a los ratones, ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial por el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera.

Si bien es cierto que este tipo de reconocimientos es habitual en otros países (en Japón concede a sus razas autóctonas el carácter de "tesoro nacional"), en España es la primera vez que sucede entre las razas propias. Pero en este caso, el hecho de que la cría y el desarrollo del bodeguero andaluz estén tan vinculados a una zona específica de la geografía andaluza ha podido facilitar el reconocimiento del Ayuntamiento de Jerez.

Se trata de un perro de tamaño mediano, ágil, delgado y atlético, cabeza triangular y cráneo semiplano. Su origen se encuentra en los perros terriers de los comerciantes vitivinícolas ingleses que se asentaron en la zona de crianza del Marco de Jerez (Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María) a finales del siglo XVIII y principios del XIX.

https://twitter.com/ciudadjerez/status/1311280634094972929?s=20

Estos perros se cruzaron con los que se utilizaban en las bodegas y cuadras para eliminar las ratas y ratones que se encontraban allí. El resultado fue la obtención de perros muy dotados para la caza de roedores, que pronto alcanzaron una gran homogeneidad. El color seleccionado fue el blanco, ya que esto hacía más fácil distinguir a los perros dentro de la oscuridad habitual en las zonas donde desarrollaban su trabajo.

La clave de este perro es su capacidad para realizar cualquier ejercicio que implique correr o saltar, y siempre estará dispuesto a perseguir una presa. Posee un olfato muy destacable, que capta rastros de otros animales a mucha distancia.