Seguridad alimentaria: la Guardia Civil intercepta chorizos en mal estado

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Los expertos no se cansan de informarnos de la necesidad de comer alimentos frescos, frente a la tendencia generalizada de la población a almacenar productos no perecederos como en la Guerra Civil: garbanzos, alubias, y también embutidos como chorizo, panceta y longanizas para hacer lentejas y guisos de todo tipo.

Estos alimentos han de estar en buen estado. Tienen fecha de caducidad y pese a la pandemia del coronavirus hemos de extremar todas las medidas en cuanto a Seguridad Alimentaria. Por eso es una buena noticia que la Guardia Civil de Navarra haya interceptado recientemente una furgoneta que transportaba alimentos perecederos destinados a un mercado medieval que se celebraba en una localidad de la comarca de Pamplona y que eran transportados sin autorización, en unas condiciones inadecuadas. Gran parte de esos alimentos estaban en mal estado, según ha informado la Guardia Civil.

Agentes de seguridad ciudadana del puesto principal de Pamplona, tras recibir un aviso en el teléfono de atención al Ciudadano 062, localizaron en Aranguren una furgoneta que contenía en su interior gran cantidad productos cárnicos, lácteos, embutidos de varios tipos y quesos en unas condiciones "inadecuadas".

Comprobadas las infracciones, se solicitó la colaboración de agentes del SEPRONA de la Guardia Civil y del Instituto de Salud Pública del Gobierno de Navarra, quienes se desplazaron al lugar y levantaron las respectivas actas. Constataron que el dueño de la furgoneta no acreditaba la inscripción en el registro sanitario, transportaba los alimentos sin ningún tipo de etiquetado y algunos con falta de información, no acreditaba trazabilidad de determinados alimentos y los transportaba en malas condiciones, ha añadido la Guardia Civil.

Los agentes comprobaron que los quesos y embutidos se encontraban en "muy malas condiciones", higiénico sanitarias y/o caducadas, "no siendo aptos para el consumo humano". Los chorizos, como puede apreciarse en la imagen, estaban cubiertos de moho y presentaban un aspecto muy desagradable. No estaban curados.

Se procedió al depósito de toda la mercancía, un total de 100 kilos de alimentos, para su destrucción en el Centro de Tratamiento de Residuos urbanos de Góngora, "evitando así con esta actuación un peligro potencial para los consumidores finales".