Cuando Atari creó Pong en los años 70, o cuando, once años más tarde, Shigueru Miyamoto diseñó a Donkey Kong, nunca pensaron en que los videojuegos podrían ser considerados un instrumento de educación o concienciación social.
Nintendo, que en su primer trimestre fiscal multiplicó por seis sus ganancias respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, ha dejado atrás su viejo lema de Responsabilidad Social Corporativa ("poner sonrisas en los rostros de todos aquellos que nos tocan", utilizar mobiliario . . .
Contenido restringido para suscriptores de Escudo Digital
Inicia sesión para seguir leyendo
Creando una cuenta gratuita de suscriptor puedes leer este contenido
Regístrate