No es una broma, y aunque pudiera tener gracia y parecer una broma macabra tras hacerse viral, es absolutamente cierto. Aparte de los efectos ya conocidos como debilidad muscular, problemas dermatológicos, etc. una de las posibles consecuencias del Covid serían las erecciones de más de cuatro horas. Lo publica American Journal of Emergency Medicine.
Al menos dos pacientes mayores de sesenta años han padecido priapismo, una erección prolongada de más de cuatro horas del pene que no tiene por qué estar asociada a ninguna estimulación sexual, puede llegar a durar días, y es dolorosa. El pene se llena de sangre como en una erección normal, pero no se drena correctamente.
El primer caso ha sido detectado en Miami. El paciente era obeso tenía síntomas de tos, congestión y disnea. Fue ingresado en el centro hospitalario tras dar positivo en la prueba SARS-CoV-2 y fue trasladado a la UCI. Con objeto de mejorar las condiciones de su respiración y hacerla más fácil lo colocaron boca abajo, siguiendo el protocolo. Al darle la vuelta para asearlo comprobaron que su pene estaba erecto. La erección se prolongó durante tres horas. Solo mediante la aplicación de compresas frías para bajar la inflamación y drenar con agujas la zona genital, lograron devolver el pene a su posición relajada. El paciente falleció por complicaciones derivadas de la enfermedad.
El segundo caso detectado es el de un paciente francés de 62 años que sufrió complicaciones aparentemente derivadas de este extraño síntoma. No solo padeció priapismo, sino que varios coágulos de sangre le produjeron el bloqueo de venas y arterias en su aparato genital. A su llegada al de 62 años con antecedente de cirugía inguinal izquierda y apendicectomía que presentó astenia, fiebre, tos seca y diarrea. No había síntomas pulmonares.
Los mayores de 60 años en España representan más del 25 % de la población. El número de españoles que ingresan en ucis por Covid no se reducirá a menos de la mitad hasta que se vacune a la población entre 60 y 70 años.Lo publica La Vanguardia en su edición de hoy, basándose en un estudio realizado por el equipo de biología computacional Biocomsc de la Universidad Politécnica de Barcelona.
Con la vacunación de los octogenarios realizada en las residencias de ancianos se frena la mortalidad, no los ingresos en UCIs, y es que los varones de 60, con patologías previas como hipertensión, son el perfil tipo de paciente de Covid que ha de ser hospitalizado.