La trágica historia de un enfermero víctima del Covid-19: murió a los cinco minutos de salir de la UCI

Guardar

UCI
UCI

Alrededor de ochenta médicos y sanitarios han fallecido yaen España por culpa del Covid-19, mientras intentaban salvar la vida de milesde ciudadanos. Son las víctimas, protagonistas de los aplausos de millones de españoles,de las que los españoles tenemos que sentirnos orgullosos.

Uno de estos profesionales se llamaba Pedro Carrillo ytrabajaba como enfermero en el Hospital Neurotraumatológico de Jaén, además deser profesor en la Universidad de esa capital andaluza. Pedro muriótrágicamente a los 59 años víctima del coronavirus y su muerte ha sido lloraday lamentada por su familia, alumnos e incluso por el presidente del colegio deenfermería de Jaén.

La mujer de este profesional de la sanidad, Dulce Espinosa, también enfermera en el mismo centro andaluz, ha revelado las trágicas circunstancias que rodearon su muerte. Su testimonio ha sido recogido por "Crónica Global".

Pedro Carrillo, en una imagen difundida por una compañera en twitter.

Empezó a tener síntomas tan sólo un día antes de que sedeclarase el estado de alarma, el 13 de marzo. Aun así, él se tomó unparacetamol y fue a buscar a su hija a Córdoba, antes del anuncio de PedroSánchez. En su casa, tomaron las medidas oportunas y en el hospital, su esposaintentó no tener contacto con sus compañeras. Él hizo reclusión domiciliaria, ala espera de mejorar, pero no fue así, al día siguiente ya tenía fiebre alta, yun día más tarde empezaron los problemas respiratorios. Fue trasladado alhospital.

Las pruebas confirmaron el diagnóstico y las radiografíasdejaban ver una gran mancha en los pulmones. Quiso volver a casa, pero lasintomatología fue a peor, y el enfermero tuvo que ser trasladado a la Unidadde Cuidados Intensivos (UCI). La saturación de oxígeno en sangre era muy baja.Tuvieron que intubarlo.

Pese a la resistencia actual de Carrillo, accedió a tenerrespiración asistida. La inflamación pulmonar fue a más y los médicosdecidieron aplicar corticoides. El tratamiento parecía funcionar. Pocos díasdespués, los profesionales estabilizaron a su compañero y paciente. Su estadode ánimo y salud había mejorado que el lunes de Pascua, entre el aplauso de suscompañeros volvió a planta.

Una muerte fulminante, según relata su viuda, también enfermera

Su esposa relata que los días antes estaba muy hablador y esa misma jornada también. Se encontraba en buen estado físico y cuando llegó a la habitación quiso ir al baño. Espinosa le advirtió que mejor esperar, que se podía marear. Su marido, insistió, “los médicos me han dicho que ya me puedo mover”, le recordó.

La enfermera cuenta que se sentó en la cama y ella le ayudóa ponerle las zapatillas, para evitar cualquier sobreesfuerzo. De repente, vioque el hombre hacía “un movimiento extraño con el pie. Y se desplomó. Ya estabamuerto”, confiesa ella.

Ella trató de hacer lo posible para abrirle las vías respiratorias, sus compañeros acudieron en el acto a ayudarlos pero no pudieron hacer nada. Sufrió una embolia pulmonar masiva “que le provocó la muerte instantánea, como consecuencia de una complicación del Covid-19”, cuenta Espinosa.

Habían pasado sólo cinco minutos desde que Carrillo había abandonado la UCI, aparantemente mejor, animado. En cambio, al poco de estar en planta sufrió una muerte fulminante.

https://www.youtube.com/watch?v=xcFUxEDY1zg

Los alumnos de 4º de Enfermería de la facultad de Jaén en la que era profesor le han dedicado un emotivo vídeo de despedida

Los alumnos de enfermería de la facultad donde era profesor le hicieron un vídeo de despedida, en el que cada uno de ellos explicaba cómo le habían ayudado. El mismo presidente del colegio de enfermería de Jaén, José Francisco Lendínez, publicó una carta abierta, en que despedía a su colega y amigo. “Querido amigo y compañero Pedro quiero decirte que en tu persona se ha encarnado siempre la esencia de la Enfermería”, asegura.

La viuda ha agradecido las muestras de agradecimiento y ha confesado que poco a pocotrata de acostumbrarse a vivir sin él. Pero confiesa que es muy duro. Asegura que cada día se pregunta cómo sería la vida, si no hubiera habido este brote epidemiológico mundial y él siguiera vivo. “Lo echaremos mucho de menos”, lamenta.