El uso continuo de mascarilla aumenta los casos de halitosis: consejos para evitarla

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halitosis
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La halitosis, que se define como un olor desagradable que procede del aliento de una persona y que proviene de la boca, la cavidad nasal, los senos paranasales o la faringe, es más común de lo que pudiera parecer. De hecho, es la tercera causa de consulta al odontólogo y su prevalencia, que es muy variable al no haber criterios diagnósticos que la definan, se estima entre el 22 y el 50% de la población.

Además, según comenta el Dr. Agustín Soria, del Servicio de Cirugía Maxilofacial y Odontología del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, "en el actual contexto de pandemia y debido al uso continuo de la mascarilla, están aumentando de forma considerable las visitas a la consulta de Odontología para abordar una patología ya existente, pero que no se sentía de igual manera al no llevar anteriormente cubierta la boca de manera duradera".

Cómo se mide la halitosis

Como detalla el Dr. Gerardo Clemente, jefe de Servicio de Hepatología y Gastroenterología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, la mejor técnica para efectuar el diagnóstico de la halitosis es el olfato, que se conoce como método organoléptico. El paciente debe abstenerse del consumo de ajo, cebolla y comidas picantes en las últimas 24-48 h a la realización de la prueba.

Si percibimos que el mal olor proviene de la boca, habrá que pensar en una enfermedad periodontal; si, por el contrario, procede de la nariz, mientras el paciente permanece con la boca cerrada, será más sugestivo de una enfermedad extrabucal”, aclara este experto, quien también apunta que hay otros sistemas de medida más sofisticados como son, entre otros, la cromatografía gaseosa, que detecta los compuestos volátiles del sulfuro (CVS), y el monitor portátil de sulfuro, que analiza el contenido total de sulfuro en aire espirado.

La patología bucal, la causa más frecuente

Las causas de la halitosis son diversas, aunque la más frecuente es la patología bucal. “Su presencia se relaciona con la descomposición de partículas de alimentos, células, sangre y algunos componentes de la saliva, que da lugar a la emisión de derivados sulfúricos volátiles y otros gases que provienen del aumento del número de bacterias anaerobias Gram negativas, aunque en estadios iniciales, microorganismos Gram positivos pueden estar involucrados. En el 80-90% de los casos están implicados gérmenes de la cavidad oral”, apunta el Dr. Ricote.

El Dr. Soria, por su parte, añade que el mal aliento tiene que ver con ciertos alimentos (ajo, cebolla, especies…), hábitos (tabaco, alcohol, café, mala higiene), así como medicación y enfermedades (boca seca o xerostomía, respiradores orales, infecciones, heridas, caries, patología de nariz, garganta, amígdalas, senos paranasales y reflujo gastroesofágico).

Cómo prevenir el mal aliento

En la mayoría de los casos el mal aliento mejora con una higiene bucal (dientes, encías y lengua) adecuada y constante, pero es conveniente seguir ciertos consejos prácticos que ayudan a prevenirlo. Estos son los que apunta el Dr. Soria:

  • Evitar el alcohol, el café y el tabaco, dado que provocan la deshidratación a nivel de la saliva.
  • Hidratación abundante: beber un litro y medio de agua diariamente.
  • Alimentación adecuada: comer cada cuatro horas.
  • Evitar las dietas hiperproteicas, hipocalóricas y las comidas ricas en grasas.
  • Evitar alimentos con sabores fuertes o que contengan condimentos olorosos.
  • Consumir chicles antimicrobianos y/o probióticos.
  • Evitar respirar por la boca.