Las siestas de Fraga que en Paz descanse, los jueguecitos de Celia Villalobos con Frozen o el Candy Crush, el dedito en la nariz de algún político. En centenares de ocasiones los cámaras de televisión han captado momentos de políticos en los que no hacían lo necesariopara ganarse el suelo. Celia Villalobos se ha convertido en "influencer gamer", hasta punto de ser presentada como una heroína de e-sports,y se ha ganado un dinerito como estrella publicitaria tecnológica muchos años después del memorable episodio, pero es probable que algún político, alguno, sienta algo de vergüenza siendo pillado haciendo lo que no debe en horas de trabajo.
Para ellos ha creado el artista belga Dries Depoorter un sistema que etiqueta de forma absolutamente automático a los políticos que utilizan el móvil en lugar de prestar atención en el congreso. Y lo que se muestra es lo que aparece en el vídeo. Y todo gracias a la Inteligencia Artificial.
El proyecto de este artista es algo más que una perfomance, ya que se pretende que las imágenes de los políticos queden registradas para escarnio público y avergonzarlos a los que tengan vergüenza en cuentas de twitter y Instagram de esta iniciativa. Una de ellas es@FlemishScroller. No es probable que estos diputados estén jugando al mus con usted, pero a lo mejor sí lo están haciendo como guests al parchís.
Este otro diputado parece estar jugando aalgún descendiente del Tetrix, pero hace mucho scroll. El día menos pensado van a presentarse con unos mandos en el parlamento.
La Inteligencia Artificial para controlar a los políticos puede parecer una buena idea, pero el problema es que puede usarse para controlar a la población en general
El software usa aprendizaje automático para encontrar teléfonos, y cada vez que lo hace sabe de inmediato a qué caras de políticos corresponden las imágenes, y todo mediante elreconocimiento facial.E
El problema es que el sistema no logar dilucidar lo que se está haciendo exactamente con el móvil. Bien podrían argumentar que están transmitiendo órdenes a sus jefes de prensa, o contestando a algún periodista, o intercambiando ideas sobre lo que se está diciendo para ayudar en las réplicas. El problema que plantea este sistema de inteligencia artificial para controlar a los políticos, es que comience a utilizarse no solo para controlar a los políticos, sin o también a los seres humanos mediante cámaras instaladas en las calles que utilicen reconocimiento facial.