Microsoft puntuará la calidad de las reuniones con las expresiones faciales

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Video Conferencing On An Electronic Devices
Video Conferencing On An Electronic Devices

El teletrabajo se ha consolidado como la herramienta estrella para continuar cumpliendo la agenda de actividades de los distintos organismos públicos y privados. Sin embargo, todavía la protección de la confidencialidad de reuniones y encuentros por medio de las múltiples opciones que ofrece el mercado, sigue dando más de un quebradero de cabeza, como sucedió la pasada semana pasada un periodista se coló en una reunión secreta de Defesa en la Unión Europea para asombro de Josep Borrell, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, y los ministros de Defensa de los países miembros.

Otro de los inconvenientes que ofrece este tipo de encuentros, frente a la opción presencial, es la falta de participación de los convocados, quienes aprovechan esta videoconferencias para realizar en paralelo otras actividades, lo que hace que muchas resulten a menudo ineficaces e improductivas.

Ante el primero de estos dos inconvenientes, los distintos proveedores de servicios de videollamada siguen trabajando a contrarreloj para proteger la seguridad de sus soluciones mientras que para el segundo van apareciendo también opciones que controlan el grado de implicación de los invitados a estas reuniones.

Muestra de ello es la tecnología en la que trabaja Microsoft para analizar y puntuar la calidad de las reuniones digitales a partir de factores como el lenguaje corporal y las expresiones faciales de los participantes.

Cómo recogerá el grado de participación de los invitados

El "sistema informático de información sobre reuniones" utilizará datos como la hora del día, la temperatura ambiente, las expresiones faciales, el lenguaje corporal y el número de personas de una reunión para predecir "puntuaciones de calidad generales" de las reuniones, como recoge el texto publicado en la Oficina de Patentes de Estados Unidos.

Este sistema emplea una cámara que puede registrar a los participantes de una reunión, el lenguaje corporal y las expresiones faciales, así como el tiempo que cada participante dedica a contribuir durante la reunión.

Asimismo, puede rastrear información sobre "cuánto contribuye un participante en una reunión en comparación con la realización de otras tareas (por ejemplo, enviar mensajes de texto, revisar el correo electrónico, navegar por Internet)" e incluir información sobre a cuántas otras reuniones ha asistido un participante en un mismo día, según señala la solicitud de patente que se publicó el pasado 12 de noviembre.

"Debido a que los sistemas de programación computarizados convencionales carecen de contexto del mundo real, es posible que los usuarios no sepan que están intentando programar reuniones no óptimas, lo que puede resultar en reuniones que, en el mejor de los casos, no son productivas", afirma el documento. "Muchas organizaciones están plagadas de reuniones demasiado largas, con poca asistencia y recurrentes que podrían modificarse y/o evitarse si hubiera más información disponible sobre la calidad de las reuniones", ha añadido.

También ofrecerá recomendaciones de mejora

En este sentido, al conocer los parámetros de calidad y las puntuaciones de calidad generales para reuniones, el "sistema informático de información sobre reuniones" puede predecir la calidad general de futuras reuniones y recomendar a los usuarios que cambien algún aspecto de la reunión para "mejorar la puntuación de calidad prevista".

Esta herramienta no sería la primera de Microsoft desarrolla para conocer la productividad laboral. La compañía lanzó sus informes de productividad ('Productivity Score', en inglés) el pasado año, que llegaron a todos los usuarios profesionales de Microsoft 365 en octubre de 2020, con los que busca "dar visibilidad sobre cómo funciona la empresa".

Estos informes permiten a los administradores de empresas acceder a datos sobre el rendimiento individual de cada trabajador usando las 'apps' de Microsoft 365, como la participación en chats grupales, el número de correos electrónicos enviados o la colaboración en documentos compartidos. Sin embargo, expertos y activistas han criticado esta herramienta por considerar que propicia la vigilancia de los trabajadores en el entorno laboral.