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Ciberseguridad

Aumentan los casos de carding, la ciberestafa que puede dejarte sin un euro

En los últimos meses, han comenzado a multiplicarse los reportes de usuarios que descubren compras que jamás realizaron o cargos bancarios inexplicables.

Periodista especializado en tecnología, ciberseguridad e innovación.

3 minutos

Aumentan los casos de carding, la ciberestafa que puede dejarte sin un euro

El carding, una de las formas de ciberestafa más extendidas y peligrosas actualmente, no solo pone en riesgo tu información financiera, sino que también puede afectar gravemente tu vida cotidiana.

Te despiertas una mañana y descubres que tu tarjeta está bloqueada o que tu cuenta ha sido vaciada. Y lo peor es que, en muchos casos, no sabes ni cuándo ni cómo ocurrió.

¿Qué es el carding y cómo actúan los ciberdelincuentes?

El carding es una práctica ilegal que consiste en el uso fraudulento de datos de tarjetas bancarias para realizar compras sin el consentimiento del titular. Quienes se dedican a este delito, conocidos como carders, no necesitan tener en sus manos la tarjeta física. Basta con obtener la información clave: número de tarjeta, fecha de vencimiento y código de seguridad.

Esta información puede ser obtenida a través de diferentes métodos, como sitios falsos que simulan ser tiendas on line, correos electrónicos de phishing, malware instalado en dispositivos o incluso mediante bases de datos filtradas en la dark web.

Una vez que los ciberdelincuentes tienen estos datos, los prueban en distintas plataformas hasta dar con alguna que no exija verificación adicional. Así, pueden hacer compras, contratar servicios o revender los productos adquiridos.

Las consecuencias del carding para la víctima

La primera señal de que has sido víctima de carding suele ser un cargo extraño en tu cuenta. A veces, comienza con importes pequeños que pasan desapercibidos, y cuando se intenta una transacción más grande, ya es demasiado tarde. Aunque los bancos ofrecen ciertos mecanismos de seguridad y reembolso, los trámites pueden tardar y causar muchos dolores de cabeza.

Además del coste económico, el daño emocional es considerable. La sensación de haber sido vulnerado, la desconfianza en los sistemas digitales y la necesidad de cancelar tarjetas, modificar contraseñas y revisar cada movimiento bancario generan un estrés que muchas veces se subestima. Y si los datos han sido vendidos en la red, el problema puede repetirse en el futuro.

Cómo saber si estás en riesgo

Hay señales que pueden alertarte antes de que sea demasiado tarde. Por ejemplo, si empiezas a recibir correos de confirmación de compras que no hiciste, o si te llegan códigos de verificación sin haberlos solicitado.

También puede ser sospechoso que te pidan actualizar tus datos bancarios en sitios o aplicaciones que no usas frecuentemente.

Otro indicio importante es la presencia de pequeños cargos con nombres poco claros en tu extracto bancario. Muchos carders prueban primero con microtransacciones para verificar que los datos funcionan, y si no hay respuesta del titular, proceden con operaciones mayores.

Por eso es fundamental revisar con frecuencia los movimientos de tu cuenta y activar las notificaciones instantáneas de tu banco.

Medidas de prevención frente al carding

Aunque ninguna estrategia garantiza una protección absoluta, sí existen varias formas de reducir las probabilidades de ser víctima. Lo primero es mantener tus dispositivos protegidos con antivirus y sistemas actualizados. Una gran parte del carding se origina en filtraciones por malware o páginas web comprometidas.

También conviene usar tarjetas virtuales o de prepago para compras online. Estas tarjetas se pueden generar desde muchas aplicaciones bancarias y tienen un límite de uso, lo que las hace menos vulnerables. Además, es recomendable evitar guardar los datos bancarios en tiendas o plataformas digitales, por muy cómodas que parezcan.

Otro paso crucial es aprender a identificar los intentos de phishing. Nunca respondas correos que soliciten tus datos bancarios ni hagas clic en enlaces sospechosos. Verifica siempre que la URL del sitio donde vas a comprar sea segura, comience con “https” y tenga buena reputación.

¿Qué hacer si sospechas que has sido víctima?

Si crees que han robado los datos de tu tarjeta, actúa rápidamente. Lo primero es bloquear la tarjeta afectada y comunicarte con tu banco para iniciar el proceso de reclamo. La mayoría de las entidades tiene protocolos específicos para este tipo de fraudes, y pueden devolverte el dinero si se demuestra que no fuiste tú quien autorizó las transacciones.

También es fundamental cambiar las contraseñas de todas las plataformas vinculadas a tu información financiera, y revisar si otras cuentas pudieran estar comprometidas. Reportar el hecho ante la policía cibernética o el organismo correspondiente también puede ayudar a prevenir que el mismo delincuente ataque a otros.

Si puedes, guarda evidencia como capturas de pantalla, correos recibidos o mensajes sospechosos. Todo puede servir en una investigación.

Las estafas digitales no paran de crecer

El auge del comercio electrónico y la digitalización de nuestras finanzas ha traído muchas comodidades, pero también ha abierto la puerta a nuevos riesgos. El carding es solo una de las muchas variantes del fraude cibernético que crecen cada día. La clave está en estar informado, actuar con precaución y no asumir que estas cosas solo les pasan a otros.

Cualquier persona puede ser víctima si no adopta medidas básicas de seguridad. Y aunque las plataformas mejoran sus sistemas constantemente, los ciberdelincuentes también perfeccionan sus técnicas.