Como cada mes de septiembre, en los próximos días comenzará un nuevo curso escolar pero este año hay mucha incertidumbre al respecto por la propagación de la epidemia de la Covid-19.
Una de las principales dudas es qué centros van a arrancar el curso escolar de manera presencial y cuáles lo harán de forma online. Eso sí, lo que está claro es que el aprendizaje a distancia va a tener una creciente importancia en la "nueva normalidad".
Como otras tecnologías usadas en este período, las herramientas de eLearning para el aprendizaje a distancia existen desde hace ya bastantes años y son muy parecidas a las que han estado utilizando las empresas para el trabajo remoto.
Hay muchas cuestiones en el aire, desde la seguridad de la plataforma y las relacionadas con la privacidad, hasta el control del acceso de usuarios y los problemas relacionados con los derechos de autor
Estas herramientas aportan una gran ventaja, pero José Battat, director general de Trend Micro Iberia, ha alertado que si no se aplican correctamente pueden poner en peligro la seguridad 'online' de los usuarios, muchos de ellos menores de edad.
La principal diferencia es que una gran parte de las organizaciones que ya había estado utilizando estas plataformas ahora han optado por despliegues comerciales, mientras que las que comenzaron a usarlas en respuesta a la crisis han preferido acogerse a versiones de prueba o limitadas. Muchos centros educativos se encuentran en este segundo grupo.
El aprendizaje a distancia está rodeado de incógnitas en cuanto a la seguridad que proporciona.
Hay muchas cuestiones en el aire que van desde la seguridad intrínseca de la plataforma elegida y las relacionadas con la privacidad, hasta el control del acceso de los usuarios y los problemas relacionados con los derechos de autor de los documentos compartidos en esas plataformas.
Además, está la cuestión de la protección de las personas que hacen uso de la plataforma escogida.
Consejos para que el aprendizaje online sea seguro
Ante esta situación, los expertos de la compañía de ciberseguridad japonesa Trend Micro han elaborado una lista de consejos para que los estudiantes puedan cumplir con sus tareas a través del ordenador de forma segura.
El listado comienza con el trabajo en los propios hogares, con la instalación de un software antivirus y de los controles parentales para protegerse contra el 'malware'.
Respecto a estas primeras recomendaciones, aconseja a los padres establecer límites de tiempo de uso del equipo, configurar los ajustes de control de privacidad en las redes sociales y monitorizar la navegación por internet.
Además, advierte que cuando se use un 'router' comercial –no uno proporcionado por el proveedor de Internet– hay que asegurarse de que el firmware esté actualizado, al igual que el sistema operativo y todos los programas que se utilicen.
Por otra parte, también se recomienda a los colegios e instructores que elijan plataformas comerciales que ofrezcan una versión de prueba para asegurarse de que permitirán establecer parámetros de seguridad y privacidad, enviar la información de conexión de forma segura y dar preferencia a las sesiones que requieren que los usuarios se registren.
Asimismo, se aconseja saber de antemano quién se va a conectar (por ejemplo, enviando una invitación por e-mail a las clases) para que, durante la clase, sea posible asegurarse de no tener más participantes de los esperados.
Antes de comenzar verifica los principales parámetros
En este sentido, Trend Micro resalta que en este tipo de encuentros es importante verificar los siguientes parámetros:
- desactivar la opción de que los participantes inviten a otros;
- desconectar la capacidad de ver la lista de todos los participantes;
- quitar la capacidad de los participantes para editar el evento;
- activar el cifrado de la comunicación;
- limitar o desactivar las transferencias de archivos;
- cancelar los chats privados y
- desactivar el video si no es esencial.
"En general, es importante evitar, en la medida de lo posible, la difusión de demasiada información 'online' que pueda ser utilizada en campañas de 'phishing' dirigido, 'malware' o 'ransomware', con las que los criminales podrían exigir dinero a cambio de la restauración del acceso al equipo", concluye Battat.