El coste total del fraude asociado al comercio electrónico podría alcanzar los 41.000 millones de dólares este 2022 y seguirá elevándose hasta llegar a los 48.000 millones de dólares en 2023. Así lo estima un estudio llevado a cabo por la firma de investigación Juniper Research.
Según la consultora, el incremento se debería a la creciente adopción de métodos de pago alternativos como monederos digitales y BNPL (Compra Ahora y Paga Después), que estarían generando nuevos riesgos de fraude.
El fraude de pagos online contemplaría pérdidas en la venta de bienes digitales, bienes físicos, transferencias económicas y operaciones bancarias, además de compras como tickers, billetes de avión, etc. En cuanto a los ataques que usan los cibermalos, van desde phising, a BEC (business email compromiso) y fraude de ingeniería social.
El informe también recomienda a los proveedores de prevención de fraudes que se concentren en la creación de plataformas que proporcionen una calificación basada en el riesgo e impulsada por inteligencia artificial, que pueda ser independiente del método de pago, para adaptarse mejor a las condiciones cambiantes del mercado.
"Para combatir este fraude, los comerciantes de comercio electrónico deben implementar pasos simples como la verificación de la dirección, combinados con la puntuación basada en el riesgo de las transacciones, lo que permitirá a los comerciantes mitigar mejor las amenazas de fraude masivo presentes", explica el autor de la investigación, Nick Maynard.
La investigación encontró que el potencial de fraude con BNPL puede ser un riesgo importante en el futuro. Dada la naturaleza retrasada de los pagos de BNPL, los estafadores pueden realizar varios pagos ilegítimos utilizando detalles de tarjetas robadas antes de que se identifique la actividad fraudulenta, lo que crea un riesgo significativo.
Norteamérica, la región con más fraudes
Juniper ha encontrado que Norteamérica es la región del planeta donde se producen mayor número de transacciones fraudulentas, esperándose que concentre un 42% del valor del fraude global en 2023. El dato es curioso, ya que aporta menos del 7% de las personas bancarizadas a nivelmundial.
La investigación citó el gran volumen de violaciones de datos y la amplia disponibilidad de información de tarjetas de crédito robadas como los factores de riesgo clave en este mercado.
Por detrás de América del Norte se situarían Europa occidental (con el 26% del valor del fraude mundial) y Asia (con el 22%). Muy por debajo estarían Latinoamérica (4%), EMEA (3%) y Europa Central y del Este (3%).