La física cuántica es, para la mayoría, una rama de las ciencias misteriosa, desconocida y hasta futurista. Pero la realidad es que ya forma parte de nuestra vida cotidiana desde hace tiempo, y si no fuese por su descubrimiento no se hubiera dado con la electrónica, que nos posibilita por ejemplo tener ordenadores o teléfonos móviles, ni con los lásers, ni con el microscopio electrónico, por mencionar algunas de sus aplicaciones más populares.
Y en estos últimos años, sus avances comenzaron a enfocarse en la ciberseguridad. Fundada en 2021, en Castelldefels, Barcelona, la empresa LuxQuanta ha desarrollado un método de encriptación cuántico llamado QKD de variable continua, que codifica las señales creando una red de comunicaciones ultrasegura e imposibilita las intrusiones de piratas informáticos.
Vanesa Díaz, consejera delegada de LuxQuanta, explica que el objetivo de este sistema de distribución de claves cuánticas es “proteger la información en tránsito que enviamos cada día y cada vez es mayor. En vez de usar una llave que dependa de la capacidad del usuario, escondemos la información usando una clave cuya seguridad consiste en resolver un problema matemático”.
Hoy en día, el cifrado de datos requiere previamente del intercambio de claves secretas entre usuarios, y su fortaleza reside en complejas funciones matemáticas o algoritmos, muy complicadas de resolver para un ordenador actual, pero que se convertirán en altamente vulnerables en cuanto existan los ordenadores cuánticos con la suficiente capacidad para procesar los datos.
“Ahora hay un miedo real de que un ordenador cuántico alcance suficiente capacidad para hackear cualquier llave”, indica Díaz a Crónica Global. Por eso, estos nuevos sistemas buscan combatir la capacidad de computación cuántica con claves también cuánticas. Especialmente en sectores críticos como la banca, la administración, los operadores de telecomunicaciones y la ciberseguridad.
En la práctica
Técnicamente, NOVA LQ, que es el nombre que ha recibido este sistema, implica la instalación de dos máquinas de varios kilos de peso y 19 pulgadas de ancho en cada rack o extremo de una red de fibra óptica que se quiere proteger.
Una de sus principales ventajas es que se puede integrar a las redes de comunicación convencionales, pero además tiene un coste bajo y un importante potencial en el mercado. El prototipo se lanzó en febrero y ya se están poniendo a prueba en escenarios reales, con un único requisito: que no superen un recorrido de unos 40 kilómetros.
Por el momento, este hardware se diseña de forma "artesanal" en los laboratorios del ICFO, el Instituto de Ciencias Fotónicas, un centro de investigación y formación de ciencias y tecnologías ópticas a partir del que se ha constituido LuxQuanta. Pero la startup ya proyecta su producción a escala industrial, gracias a la inversión dos corporaciones líderes del sector, como GTD y Corning.
Solo cuatro empresas en el mundo
Tanto la Unión Europea, a través de la iniciativa EuroQCI, como otros países como China, están buscando la manera de proteger sus comunicaciones a través de la computación cuántica.
Pero la realidad es que, a nivel global, sólo existen cuatro fabricantes de esta tecnología y LuxQuanta es ahora mismo el único proveedor a escala europea con un sistema comercial.
La UE, con el objetivo de proteger las comunicaciones digitales y garantizar su soberanía e independencia tecnológica, ha reconocido ya los desarrollos de LuxQuanta, otorgándole la coordinación del proyecto QUARTER. Esta iniciativa, en la que también participaran empresas de Francia, Holanda y Alemania, está encaminada a conseguir la industrialización de la tecnología QKD que desarrolla la empresa española.