El pasado verano la compañía de telecomunicaciones estadounidense T-Mobile sufrió una importante brecha de seguridad que hizo que se filtraran datos sensibles de millones de clientes.
Aunque en un principio se habló de 100 millones, finalmente la teleco redujo la cifra del impacto de la violación a 48 millones de víctimas.
De todos ellos unos 850.000, clientes con contratos de prepago, se habrían llevado la peor parte, viendo vulnerados sus nombres, números de teléfono y hasta el PIN de su móvil. Del resto, unos 39 millones habrían visto comprometida información como su nombre, fecha de nacimiento, carnet de conducir o número de la Seguridad Social. En algunos casos los IMEI (identificadores de ciertos móviles) también se filtraron.
Sea como fuere, parece que el agujero fue perfectamente aprovechado por los amigos de lo ajeno, cumpliéndose los peores presagios.
En las peores manos
Funcionarios de primer nivel en EE.UU. están advirtiendo a las personas afectadas por el incidente de T-Mobile que sus datos personales habrían ido a parar a foros de ciberdelincuentes.
En un comunicado de prensa la fiscal general de Nueva York, Letitia James, señala que "la información robada en una violación masiva de datos ha caído en manos equivocadas y está circulando en la Dark Web".
Más responsables públicos de otros estados del país, como California o Florida, habrían emitido advertencias similares a sus ciudadanos afectados. Las autoridades continúan investigando el agujero y su alcance.
Una seguridad 'terrible'
El pirata que se jactó de ser el autor del ataque llegó a asegurar a The Wall Street Journal que la seguridad de la operadora americana era "terrible".
Puede que lleve algo de razón. T-Mobile ha sufrido, con este, cinco importantes ciberataques desde el año 2018.