Aunque Bielorrusia no suele ser el primer país que viene a la mente cuando se piensa en ciberataques, su papel en este ámbito es más significativo de lo que parece.
Bielorrusia, a menudo considerada una "dictadura europea" debido a las prolongadas y controvertidas elecciones de Lukashenko, se ha alineado consistentemente con Rusia. Esta cercanía se ha traducido en una cooperación mutua en diversos frentes, incluyendo el ciberespacio.
El gobierno bielorruso ha mostrado interés en desarrollar capacidades cibernéticas avanzadas, y la colaboración con Rusia ha permitido a Bielorrusia mejorar sus habilidades en esta área.
Infraestructura cibernética en aumento
Bielorrusia ha estado invirtiendo en su infraestructura cibernética, tanto en términos de defensa como de ataque. La creación del "Parque de Alta Tecnología" en Minsk, conocido como el Silicon Valley de Bielorrusia, es un testimonio del interés del país en el desarrollo tecnológico. Sin embargo, detrás de esta fachada de innovación y desarrollo, se encuentra una red de actividades que muchos afirman pueden estar vinculadas a la ciberdelincuencia.
Las capacidades cibernéticas de Bielorrusia han sido objeto de preocupación para muchos países occidentales. El país cuenta con una fuerte base de ingenieros y programadores que, debido a la falta de oportunidades en el mercado legítimo, a veces encuentran en la ciberdelincuencia una forma lucrativa de empleo. Esta situación ha llevado a que Bielorrusia sea considerada un refugio para ciberdelincuentes y cibercriminales.
Casos destacados de ciberdelincuencia
Uno de los casos más notables que involucra a Bielorrusia es el ataque a Viasat en 2022. Aunque la responsabilidad directa de Bielorrusia en este ataque no está completamente clara, hay indicios de que hackers bielorrusos podrían haber estado involucrados. Además, Bielorrusia ha sido señalada como una base desde la cual se lanzan ataques de ransomware y otras formas de ciberdelincuencia.
El grupo de ransomware conocido como Evil Corp, que ha estado activo desde 2007 y es responsable de múltiples ataques a gran escala en todo el mundo, se cree que tiene conexiones con Bielorrusia. Este grupo ha sido vinculado a ataques que han costado millones de dólares a empresas y entidades gubernamentales, y la falta de acción por parte del gobierno bielorruso para detener estas actividades ha levantado sospechas sobre una posible complicidad o, al menos, tolerancia hacia estos criminales.
Colaboración con Rusia
La colaboración entre Bielorrusia y Rusia en el ámbito cibernético es una preocupación constante para la comunidad internacional. Rusia, conocida por sus sofisticadas capacidades cibernéticas y por llevar a cabo ataques cibernéticos contra diversas naciones, utiliza Bielorrusia como una base secundaria para sus operaciones.
Esta relación simbiótica permite a ambos países beneficiarse mutuamente: Rusia obtiene un aliado que puede actuar en su nombre, mientras que Bielorrusia recibe apoyo técnico y posiblemente económico.
El caso de APT28, un grupo de ciberdelincuentes patrocinado por el estado ruso también conocido como Fancy Bear, ilustra esta colaboración. Este grupo ha sido responsable de numerosos ataques cibernéticos, incluyendo la interferencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016. La proximidad y la alianza estratégica entre Bielorrusia y Rusia indica que Bielorrusia podría estar proporcionando apoyo logístico o recursos para estos ataques.
Implicaciones internacionales
El papel de Bielorrusia en la ciberdelincuencia tiene importantes implicaciones para la seguridad internacional. Los países occidentales, en particular, deben estar atentos a las actividades cibernéticas que emanan de Bielorrusia y considerar medidas para proteger sus infraestructuras críticas. Además, la comunidad internacional debe presionar a Bielorrusia para que tome medidas contra la ciberdelincuencia dentro de sus fronteras.
El uso de sanciones y otras medidas diplomáticas podría ser una forma efectiva de abordar esta situación. Sin embargo, dado el fuerte apoyo de Rusia a Bielorrusia, cualquier acción contra Bielorrusia debe ser cuidadosamente calibrada para evitar una escalada innecesaria de tensiones.
Bielorrusia, bajo el liderazgo de Alexander Lukashenko y con el apoyo de Vladimir Putin, juega un papel discreto pero significativo en el ámbito de la ciberdelincuencia. La combinación de una infraestructura cibernética en desarrollo, una base de talentosos programadores y una estrecha relación con Rusia ha convertido a Bielorrusia en un actor importante en el escenario de la ciberdelincuencia global.
La comunidad internacional debe tomar nota de estas dinámicas y trabajar colectivamente para mitigar los riesgos asociados con las actividades cibernéticas que emanan de Bielorrusia y su aliado ruso.
La lucha contra la ciberdelincuencia requiere un enfoque multifacético que incluya no solo medidas defensivas, sino también esfuerzos diplomáticos y de cooperación internacional para abordar las raíces del problema. Bielorrusia, aunque un jugador discreto, está en el centro de una red compleja de ciberdelincuencia que amenaza la seguridad global, y es crucial que se tomen medidas para contener esta amenaza emergente.