Los falsos anuncios de empleo, utilizados para esclavizar personas y cometer estafas, han crecido en los últimos años, advirtió el FBI a mediados de 2023, con Camboya como epicentro de esta industria y Myanmar, siguiéndole los pasos.
El último sábado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la India confirmó en un comunicado oficial que “ha rescatado y repatriado a unos 250 indios, de los cuales 75 –fueron liberados– en los últimos tres meses”. Habían sido atraídos con oportunidades de empleo en Camboya, pero una vez allí se vieron obligados a realizar tareas cibernéticas ilegales.
El periódico Indian Express asegura que alrededor de 5.000 indios son sometidos a la ciberesclavitud en Camboya, y obligados a estafar personas de su país e incluso a extorsionarlos, “haciéndose pasar por funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y diciendo que habían encontrado algunos materiales sospechosos en sus paquetes”.
El caso fue descubierto en diciembre pasado, cuando la policía de Rourkela, al este de India, desarticuló una red de delitos cibernéticos y detuvo a ocho personas que estarían implicadas en la captación y traslado de trabajadores a Camboya.
Una de las personas rescatadas declaró a Indian Express que fue contratado para trabajar como operador de ingreso de datos, pero “más tarde supimos que nuestro trabajo consistía en buscar perfiles en Facebook e identificar personas que podían ser estafadas. El equipo era chino, pero había un malasio que nos tradujo sus instrucciones al inglés”, detalló.
Según las investigaciones, las víctimas son obligadas a trabajar 12 al día, y les quitan sus pasaportes para extorsionarlas. “Teníamos objetivos y si no los cumplíamos, no nos daban comida ni nos permitían entrar a nuestras habitaciones”, indicó una de las personas rescatadas. Además, si alguien se negaba a hacer el trabajo lo torturaban con agresiones físicas, descargas eléctricas y aislamiento.
Uno de los agentes que participó en la investigación dijo que “muchos indios que no están dispuestos a participar en tales estafas quedan atrapados allí”. La mayoría de las víctimas proviene de entornos pobres, algunos de ellos pagan sumas considerables para llegar hasta allí y consideran que deben recuperar el dinero antes de volver, indican los informes policiales.
Shri Randhir Jaiswal, portavoz oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores indio, señaló que están colaborando estrechamente con autoridades camboyanas y con agencias de la India “para tomar medidas enérgicas contra los responsables de estos planes fraudulentos”.
Según datos de las Naciones Unidas, al menos 100.000 personas en Camboya y 120.000 en Myanmar han sido engañadas y esclavizadas para participar en estafas cibernéticas.
Mientras que antes el tráfico de personas con fines de explotación implicaba, principalmente, trabajos manuales precarios, el actual tráfico cibernético en el sudeste asiático demanda una población formada, con habilidades tecnológicas y lingüísticas.
Las estafas
Atraídos con ofertas de trabajo vinculadas al ingreso de datos y con retribuciones atractivas, las víctimas son sometidas luego a cometer fraudes cibernéticos, incluida la estafa denominada “matanza de cerdos” (Pig butchering, en inglés), que consiste en manipular emocionalmente a las víctimas para convencerlas de invertir grandes sumas de dinero.
Tiene las mismas características que las estafas románticas, el contacto se realiza siempre a través de redes sociales o plataformas de mensajería y nunca se comunican por llamadas. El diálogo puede prolongarse durante semanas hasta ganarse la confianza de la víctima, para luego hablar de inversiones, grandes beneficios y datos privilegiados vinculados a las criptomonedas.
“Tuvimos que crear cuentas de redes sociales falsas con fotografías de mujeres obtenidas de diferentes plataformas. Pero nos dijeron que tuviéramos cuidado al elegir estas fotografías. Por lo tanto, el perfil de una chica del sur de la India se utilizaría para atrapar a alguien en el norte para que no levantara ninguna sospecha”, explicó uno de los hombres que estuvo cautivo en Camboya y logró volver a India.
Los trabajadores fueron obligados a hacerse pasar por mujeres en aplicaciones de citas y chatear con sus objetivos potenciales, para convencerlos, tiempo más tarde, de invertir en criptomonedas. “De esta manera, mucha gente fue engañada en la India”, explicó una de las fuentes policiales.