Los estafadores están más cómodos que nunca, las fórmulas que están aplicando para robar a sus víctimas son cada vez más elaboradas, hasta el punto que parecen diseñadas tras largas y concienzudas reuniones de planificación más propias de las grandes empresas que de meros amantes de lo ajeno.
Es el caso del timo que nos han notificado varios lectores de Escudo Digital, quienes en los últimos días nos han alertado sobre el intento de estafa de la que han estado a punto de ser víctimas y que, vistos los distintos pasos y la calidad de ejecución, puede poner en riesgo el dinero de muchos de quienes reciban esta retorcida llamada.
Pedro, un asiduo lector de Escudo Digital al que han tratado de engañar por este método, nos ha explicado así cómo comienza el proceso:
“Te llaman diciendo que lo hacen de parte de Movistar, empresa a la que yo tengo contratados mis servicios de telefonía e internet, y lo curioso es que conocían todos mis datos, mis números de teléfono, mi dirección, y una vez que se ganan tu confianza, al darte tantos datos sobre ti mismo, te informan de que va a haber un incremento en la factura por servicios de mantenimiento que antes no se cobraban”.
Una vez que se consiguen recabar el interés, y provocar el enfado del “cliente”, le hacen saber que, aun así, este está en su derecho a mostrar su disconformidad y cambiar el tipo de contrato, para lo cual tendrían que transferirle con otro departamento.
Lo más normal, si el receptor de la llamada ha dado credibilidad a esta, será que no se muestre muy de acuerdo en tener que pagar por unos servicios que antes, a tenor de lo que le están informando, eran gratuitos, por lo que solicitará que le pasen con ese otro departamento que al parecer, según también le han informado, está ligado a la OCU.
“Yo les dije que por supuesto no estaba de acuerdo y que me pasaran con ese otro departamento para poner una queja y para cambiar el tipo de contrato”, nos explica Pedro.
Y es ahí, en ese otro departamento, aprovechando el enfado de la víctima, y el hecho de que haya bajado la guardia al pensar que, de esa manera, va a ahorrar ese gasto, cuando unos presuntos comerciales de filiales de Telefónica -así se presentan- ofrecen la alternativa del contrato que permitiría al cliente insatisfecho continuar ahorrándose el coste de esos servicios de mantenimiento. Y, para ello, necesitan que les facilite de nuevo los datos: nombre, calle… hasta llegar a los datos bancarios. Y con estos la estafa ya está servida.
“Es surrealista, pero a mí me hicieron dudar hasta el final”, cierra este lector, quien aún se pregunta cómo consiguieron su nombre, su número de teléfono, dirección y saber que es cliente de esta compañía de telecomunicaciones.
Como se ve, cada vez resulta más complicado discernir si nos está llamando -o enviando un mensaje- alguna de las empresas de las que somos clientes, o si estamos ante un nuevo y sofisticado intento de engañarnos para robarnos nuestra información más sensible y, con ella, nuestro dinero.