Ganarse la vida como pirata informático y conocer los entresijos de los ciberataques no significa que no se pueda ser víctima de uno de ellos. Esto es lo que le ha ocurrido a un hacker de sombrero negro en los últimos días. El ciberdelincuente, un ciudadano murciano jubilado de 66 años, cayó ante una ciberestafa.
La ahora víctima había recibido un email con publicidad de Viagra donde se le pedía que pasara el correo a una decena de contactos o una maldición caería sobre él.
Además, debía aportar sus datos personales y bancarios hacer un sustancioso ingreso en una billetera usando criptomonedas que supuestamente pertenecía a una asociación 'sin ánimo de licra' de afectados por la enfermedad del priapismo.
El atacante, hacedor habitual de crucigramas y sopas de letras y freelance para organizaciones de ransomware rusas y chinas en su tiempo libre, no había caído en la cuenta de que él mismo había mandado el correo.
Debido a su alto volumen de encargos y su diversificación en cuanto a ciberamenazas había olvidado que el email era de su puño y letra. Así, su sorpresa fue mayúscula cuando recibió dinero en su propio wallet enviado por él mismo.
"Con todas las pastillas que tengo que tomarme para la tensión, los dolores de las articulaciones y la circulación es normal que la cabeza se me vaya un poco", ha declarado el pirata informático, apodado 'papito36', a medios locales.
"No me da la vida para verme todas las series de época que echan en Televisión Española y gestionar todos los ataques de 'ramongüer' que me piden y negociar con las empresas. Son muy rácanas y aunque tienen cuartos no hay manera de que paguen un rescate", ha añadido el ciberdelincuente sexagenario.
Más malo que el hambre
Papito36 es un conocido actor de amenazas que ha perpetrado ciberataques contra entidades de alto perfil, como Cortilandia, los serenos de Gijón, el Spiderman gordo de la Plaza Mayor de Madrid o un conocido fabricante de dentaduras postizas.
Su modus operandi es vigilar obras para encontrar las brechas de seguridad que deja el vigilante gitano de turno para acceder a los datos de las comunidades futuras y posteriormente exfiltrarlos a comerciales de Tecnocasa o Redpiso a cambio de una buena cantidad.
INCIBE ha emitido una alerta advirtiendo de la actividad de este peligroso adversario: "No es muy rápido, pero sí muy letal. Donde Papito pone el ojo, pone la bala. Aconsejamos a las empresas e instituciones que actualicen sus programas y sistemas operativos lo antes posible, porque este hacker tiene mucho tiempo libre y la puede liar parda", ha comentado un portavoz de la institución mientras degustaba una tapa gratuita de cecina y una caña en el Barrio Húmedo de León.
Esta noticia es una broma, que forma parte del Día de los Inocentes. Ningún hacker malo ni ético ha resultado herido en la elaboración de este contenido.