ISACA ha realizado un estudio para evaluar la situación actual de la confianza digital en las organizaciones a nivel global, para el cual ha contado con 8.100 profesionales de ciberseguridad.
Una de de las principales conclusiones que se pueden extraer del mismo es que solo un 10% de estas figuras cree plenamente en la estrategia de confianza digital de sus compañías.
A nivel sectorial, los profesionales del sector financiero son los que más importancia dan a la confianza digital (86%). Por detrás se sitúan los relacionados con el sector gubernamental y militar (84%) y los del ámbito de servicios y consultoría tecnológica (84%).
Los profesionales de la ciberseguridad identifican como los principales obstáculos a la hora de establecer una estrategia de confianza digital adecuada la falta de formación y capacidades (52%) y de compromiso de los líderes (42%).
Únicamente el 32% de los profesionales indica que su compañía ofrece formación a sus empleados para garantizar la confianza digital. Además, tan sólo el 13% tiene un puesto dedicado a la confianza digital y el 19% afirma que la junta directiva de su organización ha priorizado esta materia.
“La confianza digital debe ser considerada como un pilar fundamental de la estrategia de negocio y de la transformación digital de cualquier organización. Para garantizar esta confianza digital se deben adoptar medidas que permitan garantizar la seguridad de la información objeto de tratamiento en la organización y una adecuada gestión de los riesgos a los que se encuentra expuesta", destaca Vanesa Gil Laredo, presidenta de ISACA Madrid Chapter.
"A medida que la transformación digital de una empresa o institución se consolida, es imprescindible aumentar la concienciación y la formación de los empleados en materia de seguridad. Todos estos aspectos son clave para garantizar la resiliencia operativa digital”, añade.
Una reputación dañada, la consecuencia más temida
No cuidar la confianza digital de una organización puede tener consecuencias devastadoras para esta. Los participantes del estudio creen que las principales son el impacto negativo en la reputación (63%), más incidentes de ciberseguridad (59%), más vulnerabilidades de privacidad (58%) o incluso la pérdida de clientes (56%).
“La falta de confianza digital influye de manera muy determinante en una compañía, ya que puede afectar a sus ingresos, a sus estrategias de marketing y comunicación e, incluso, a su capacidad de innovación. Por ello, tiene que ser considerada desde un enfoque integral. Sólo así se podrá crear un entorno digital integrado, seguro y fiable en el que proveedores, consumidores y organizaciones puedan relacionarse e interactuar”, añade Gil Laredo.