Vladislav Klyushin lo tenía todo. Amigo de Putin, multimillonario, casado en segundas nupcias con una bellísima mujer en una ceremonia sin límite de gastos fue nombrada la boda del año por una revista de enlaces rusa, está ahora en prisión, y no solo por haber obtenido de forma ilícita información que le sirvió para obtener ganancias bursátiles desorbitadas mediante la empresa de tecnología y ciberseguridad que poseía.
Según diversos medios norteamericanos podría ser un testigo clave para averiguar de una vez por todas la participación rusa en el "pirateo" de las elecciones presidenciales de 2016 diseñado por Moscú para que ganara Donald Trump. Y también podría clarificar un asunto muy grave, la muerte de dos personas en Gran Bretaña, supuestamente a instancias del Gobierno de Rusia. Estamos hablando del agente doble Sergei Skripal y su hija Yulia, envenenados en el 2018.
"Un sofisticado ciudadano extranjero" natural de un país que no extradita a Estados Unidos
Dueño de un Porsche 911 Carrera 4S blanco valorado en 124.000 dólares, su glamurosa vida le ha llevado a las páginas del colorín de los tabloides británicos sin ser un actor de cine, sino un ciberdelincuente de gran altura. Una jueza norteamericana empleó una curiosa frase cuando le negó la libertad bajo fianza de dos millones de dólares el pasado miércoles. Así alegó el riesgo de fuga: "Es un ciudadano extranjero sofisticado de un país del que no puede ser extraditado". De momento está confinado en un apartamento en Boston del que no puede salir. La historia de este hombre reúne todos los ingredientes para fascinar a la opinión pública americana, en un país donde la información judicial de casos importantes bate récord de audiencia.
Lo curioso del caso es que existe la teoría de que Klyushin le puso fáciles las cosas al FBI a propósito con su imprudente viaje para provocar su propia extradición. Sin embargo, sus abogados afirman que impugnarán el caso. Hay una casualidad que da fuerza a esta teoría, y es que un íntimo amigo de Klyushin, el empresario ruso de ciberseguridad Ilya Sachkov, ha sido detenido por el servicio de seguridad FSB en Moscú
De momento Klyushin está detenido en un caso de piratería de traders de información privilegiada de 82,5 millones de dólares, pero se le considera una posible mina de oro para aportar información sobre la presunta operación de Inteligencia rasa que interfirió en las elecciones de 2016, según ha publicado Bloomberg. La conocida agencia describe al magnate de la ciberseguridad como "el informante del Kremlin de más alto nivel entregado a las fuerzas del orden de Estados Unidos en tiempos recientes".
Vladislav Klyushin se casó en el Club de un amigo ruso de Donald Trump y Putin
El amigo de Putin, amén de importantes conexiones con el Kremlin, dispone de muchos contactos en Gran Bretaña, donde posee un apartamento situado en una de las mejores zonas de Londres. Vladislav Klyushin contrajo matrimonio con una exsecretaria llamada Zhanna en el Agalarov Golf & Country Club, al oeste de Moscú. Es propiedad del desarrollador multimillonario Aras Agalarov, un socio de Vladislav muy cercano a Putin y amigo de Donald Trump. Aras Agalarov, CEO de Crocus Group, fue un socio comercial del ex presidente de Estados Unidos en el concurso de Miss Universo que tuvo lugar en Moscú en 2013. Guarda un gran parecido con Robert de Niro en mejores tiempos, como se puede comprobar en su cuenta de Instagram.
Abajo, una imagen del amigo triple de Putin, Trump y Vladimir Klyushin en tiempos del concurso de belleza que tuvo lugar en la capital rusa.
Klyushin es dueño de un apartamento de lujo en Londres y tiene un hijastro medio británico, fruto del matrimonio anterior de su esposa con un ciudadano de Reino Unido. Vladislav Klyushin también tiene cuatro hijos biológicos de su anterior matrimonio.
Su familia se encuentra ahora en Rusia. Su esposa, que ha sido interpelada por el Daily Mail, se ha negado a comentar nada sobre la situación legal de su marido ni sobre las posibles consecuencias del juicio. Según se ha publicado, Rusia ha intentado incluirlo en un intercambio de prisioneros secreto, pero su testimonio tiene demasiada importancia.
Tanta, que el FBI que anunció a bombo y platillo su detención en Twitter. Oficiales de la Inteligencia británica habían intentado contactar con él en varias ocasiones, pero según se ha publicado siempre se negó a cooperar, alegando que no hablaba ni una palabra de inglés. De haberlo hecho, afirman, no estaría en esta situación, aunque sigue habiendo dudas al respecto sobre si está dispuesto a traicionar a Putin.
Todo este culebrón digno de un libro de Le Carre tiene lugar en un momento especialmente delicado, de máxima tensión entre Estados Unidos y Rusia, por la cuestión ucraniana, entre otros muchos conflictos.