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¿Qué protocolo en ciberseguridad debe seguir un país en el caso de un ataque a gran escala?

Cuando un país enfrenta un ataque cibernético a gran escala, se deben seguir protocolos bien establecidos para mitigar el impacto y proteger tanto a la infraestructura crítica como a la ciudadanía pero ¿por dónde empezar?

Sergio Delgado Martorell.

Periodista especializado en tecnología, ciberseguridad e innovación.

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Ciberdefensa.
Ciberdefensa.

Estos ataques pueden afectar sistemas financieros, de telecomunicaciones, energía, salud, defensa y otros servicios esenciales. A continuación, se describe un protocolo integral en ciberseguridad para responder a un ataque de este tipo.

Establecer un Comando Central de Respuesta a Incidentes (C-CERT)

El primer paso ante un ataque cibernético a gran escala es activar el Centro Nacional de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática (C-CERT) o un organismo similar. Este centro debe ser la autoridad central responsable de coordinar la respuesta a nivel nacional, asegurando una comunicación efectiva entre las diversas agencias gubernamentales, el sector privado y las organizaciones internacionales.

Sus funciones clave incluyen monitoreo en tiempo real del ataque; coordinación de recursos y equipos de respuesta y asignación de responsabilidades claras para cada parte involucrada.

Los C-CERT deben estar en contacto con otros equipos de respuesta a nivel internacional, como la OTAN, el Grupo de Respuesta ante Emergencias Informáticas de Europa (CERT-EU) y la Red de Equipos de Respuesta a Emergencias Informáticas (CSIRT).

Evaluar la gravedad del ataque

Es crucial realizar una evaluación rápida pero precisa del alcance y la gravedad del ataque. Esto implica el tener que eterminar qué sistemas han sido comprometidos; identificar el vector de ataque utilizado (malware, ransomware, denegación de servicio, phishing, etc.); medir el potencial impacto sobre infraestructuras críticas y servicios públicos. Y evaluar la extensión del daño en términos de datos robados o comprometidos.

Esta fase de evaluación permite priorizar los recursos y planificar las siguientes etapas de respuesta. Herramientas de análisis forense cibernético son fundamentales para rastrear la intrusión y contener el ataque.

Activación de planes de continuidad de negocios y recuperación ante desastres

Cada organización clave dentro del país, incluidas las agencias gubernamentales y las grandes empresas, debe tener un Plan de Continuidad de Negocios (BCP) y un Plan de Recuperación ante Desastres (DRP). Estos planes permiten a las organizaciones seguir operando incluso bajo circunstancias adversas.

Es decir, el aislamiento de los sistemas comprometidos para evitar que el ataque se propague. También la activación de sistemas de respaldo y redes redundantes para mantener en funcionamiento los servicios esenciales. Y saber coordinar con sectores críticos como salud, energía y transporte para minimizar interrupciones.

Por ejemplo, en caso de que un ataque afecte a la infraestructura de energía, el gobierno debe activar medidas de respaldo, como el suministro de energía alternativo mediante generadores o la redistribución de la carga eléctrica.

Comunicaciones estratégicas y gestión de crisis

Un ataque cibernético a gran escala puede generar pánico y desinformación, especialmente si afecta servicios críticos como bancos, hospitales o redes eléctricas. Por lo tanto, es esencial que el gobierno gestione las comunicaciones de manera efectiva bajo tres principios básicos:

  • Transparencia: Informar a la población sobre la naturaleza del ataque sin causar pánico. Esto implica emitir comunicados frecuentes y claros a través de medios tradicionales y digitales.
  • Mitigación de rumores: Trabajar con las plataformas de redes sociales para identificar y detener la difusión de noticias falsas que puedan agravar la situación.
  • Canales de comunicación alternativos: En caso de que las telecomunicaciones se vean comprometidas, debe activarse un sistema de comunicaciones de emergencia para coordinar las respuestas entre organismos y mantener informada a la ciudadanía.

Colaboración nacional e internacional

Los ciberataques a gran escala a menudo son perpetrados por actores internacionales, como grupos de hackers o Estados-nación. Por lo tanto, es esencial que el país afectado busque asistencia internacional y coordine esfuerzos con sus aliados.

Es imprescindible colaborar con agencias internacionales de ciberseguridad para identificar la fuente del ataque, los métodos empleados y posibles contramedidas.

En casos extremos, solicitar asistencia de países aliados o instituciones internacionales para mitigar el impacto y restaurar sistemas comprometidos.

Mientras que las grandes empresas tecnológicas tienen un papel crucial, especialmente en ataques que afectan sistemas operativos o software ampliamente utilizados. Una colaboración fluida con estas compañías puede acelerar la identificación de vulnerabilidades y la implementación de parches de seguridad.

Contención y remediación del ataque

Una vez se ha establecido el comando central, evaluado el ataque y activado los planes de recuperación, el siguiente paso es contener y remediar el ataque.

Por ello, es crucial identificar y cerrar los puertos o servicios vulnerables que los atacantes están utilizando. A su vez, instalar parches de seguridad en sistemas vulnerables lo antes posible. Y mantener una vigilancia estricta en los sistemas críticos para detectar cualquier signo de un ataque persistente.

A medida que se contiene el ataque, los equipos forenses deben rastrear los orígenes, identificar a los atacantes y recolectar evidencia para posibles acciones legales.

Reparación y restauración de los sistemas afectados

Una vez que se ha contenido el ataque, la restauración de los sistemas afectados se convierte en la máxima prioridad.

Dependiendo del grado de daño, puede ser necesario restaurar los sistemas utilizando copias de seguridad limpias. Es esencial asegurarse de que las copias de seguridad no estén contaminadas por el ataque.

Después de la restauración, los sistemas deben someterse a pruebas exhaustivas para garantizar que no queden vulnerabilidades o puertas traseras que puedan ser explotadas de nuevo.

Evaluación post-ataque y lecciones aprendidas

Tras el ataque, es fundamental realizar una evaluación exhaustiva del proceso de respuesta para identificar áreas de mejora. En este punto encontramos cuatro acciones imprescindibles:

  • Revisión de la efectividad de los protocolos de ciberseguridad implementados.
  • Identificación de nuevas vulnerabilidades reveladas durante el ataque.
  • Revisión de la coordinación interinstitucional y las áreas donde se requiera una mejor comunicación o colaboración.
  • Actualización de políticas y procedimientos: Basado en las lecciones aprendidas, el gobierno y las empresas deben ajustar sus políticas de ciberseguridad, planes de contingencia y sistemas de defensa.

Acciones legales y diplomáticas

Si el ataque ha sido perpetrado por actores estatales o grupos patrocinados por el Estado, el país afectado puede tomar medidas legales o diplomáticas. Esto puede incluir, el presentar denuncias ante organizaciones internacionales como la ONU, la OTAN o el G20 para buscar apoyo y condenar el ataque.

Aplicar sanciones económicas o diplomáticas contra el país o entidad responsable del ataque. Y la colaboración legal con otras naciones para enjuiciar a los responsables si se logra identificar a los atacantes.

Fortalecimiento de la infraestructura de ciberseguridad

Finalmente, tras un ataque a gran escala, se debe reforzar la infraestructura de ciberseguridad del país para prevenir futuros incidentes. Será imprescindible, la capacitación constante de personal clave en el uso de nuevas tecnologías y prácticas de seguridad.

La implementación de tecnología avanzada como inteligencia artificial y aprendizaje automático para detectar patrones inusuales de comportamiento en las redes. Y la revisión de normativas y legislación en materia de ciberseguridad para asegurar que las leyes estén alineadas con las amenazas modernas.

Responder a un ataque cibernético a gran escala requiere un enfoque coordinado, rápido y estratégico. La creación de un comando central de respuesta, la colaboración internacional y la implementación de planes de recuperación son claves para mitigar los daños. Además, aprender de cada incidente y fortalecer continuamente la infraestructura cibernética del país es esencial para enfrentar los crecientes desafíos en el ciberespacio.