Josep Albors, director de Investigación y Concienciación de ESET España, ha publicado un post en el que detalla cómo opera un grupo de ciberdelincuentes, que ha difundido una supuesta oferta de la empresa DJI, una empresa de tecnología china, que fabrica drones para fotografía aérea y videografía, entre otros productos tecnológicos. El caso es que los cibercriminales han suplantado la identidad de esta compañía para ofrecer unos salarios muy elevados a los profesionales a los que va dirigida la oferta.
Varios factores alertan del fraude, que se está dispersando vía WhatsApp: apenas se pide formación, tan sólo que se disponga de un dispositivo conectado a Internet; los enlaces de la supuesta oferta no coinciden con el dominio al que remiten, un teléfono desconocido, radicado en el país africano de Benin y el parámetro clave que da pista del negocio ilícito: la petición de una cuenta bancaria a través de la que mover grandes cantidades de dinero, lo que en la práctica es la táctica favorita de los cibercriminales para blanquear dinero generado por medio ciberataques y extorsiones generados mediante estos. En ese proceso, las personas a las que se contrata de manera ilegal ofician como mulas.
En el contexto de la ciberdelincuencia, una "mula" se refiere a una persona que es reclutada o engañada para participar en actividades ilegales vinculadas con el lavado de dinero o el fraude financiero en línea. Las mulas cibernéticas suelen ser intermediarios que facilitan la transferencia de fondos robados o fraudulentos entre los delincuentes y sus cuentas. Estas personas a menudo pueden no percatarse de que están siendo utilizadas en actividades ilegales y pueden ser víctimas de engaños o manipulación.
Claves de la falsa oferta de DJI
Una de las campañas más recientes de captación de muleros registradas en España emplea como gancho una supuesta oferta de trabajo elaborada por la tecnológica DJI. Al tratarse de una compañía con cierta reputación, es posible que algunas personas crean que se trata de una oferta de trabajo real. El proceso se desarrolla así: la persona tentada recibe el siguiente mensaje enviado por WhatsApp (ver foto), de manera que se crean la ilusión de que están ante una oportunidad fuera de los común de obtener buenas sumas de dinero de una manera simple y cómoda.
Como primer indicador de la estafa, se aprecia que el mensaje proviene de un número que no tenemos en nuestros contactos y, además, tiene un prefijo extranjero. En este caso el número que nos contacta está registrado en la Republica de Benin, un país ubicado en el oeste de África. Solo por este dato ya debería hacernos sospechar del mensaje.
Luego observamos que la oferta de empleo tiene muy pocos requisitos (como disponer de un dispositivo conectado a Internet) y muchas ventajas para nosotros como poder trabajar desde casa y disfrutar un salario elevado. También se aprecia cómo se nos aporta un enlace que no deja ver exactamente a donde se nos quiere redirigir. El enlace proporcionado está desarrollado mediante un acortador para no desvelar el enlace final. Si alargamos el enlace a su formato original, se aprecia que se nos redirige a otra web que no parece tener relación alguna con DJI.
El fraude parece claro una vez se han analizado los indicios: el trabajo consiste en recibir ciertas cantidades de dinero en alguna de nuestras cuentas bancarias y reenviar ese dinero a otras cuentas controladas por los delincuentes a cambio de una comisión. Lo cierto es que estas operaciones se disfrazan como operaciones comerciales legítimas, aunque, en la práctica, se está contribuyendo con el movimiento y blanqueo de dinero proveniente de actividades delictivas, como las que genera el robo de dinero desde cuentas de usuarios cuyos dispositivos han sido infectados por troyanos bancarios.
Por qué los cibercriminales emplean mulas
Los cibercriminales emplean mulas, o intermediarios, para realizar actividades ilegales en línea, como el lavado de dinero o el fraude financiero, con el objetivo de ocultar su identidad y dificultar su rastreo por parte de las autoridades. Utilizar mulas les permite mover fondos de manera aparentemente legítima a través de cuentas bancarias y transacciones, haciendo que sea más difícil detectar sus actividades y responsabilizar a los perpetradores.
Y es que el notable incremento de las actividades cibercriminales durante los últimos años ha hecho que los delincuentes tengan que mover y blanquear cantidades más elevadas de dinero. Si bien el uso de criptomonedas les ha ayudado con esta finalidad, aún es necesario utilizar a muleros para conseguir robar dinero de las víctimas en ciertas actividades delictivas.