Una cosa está clara: y es que los desastres naturales pueden desencadenar una "tormenta perfecta" que pone a prueba las capacidades de ciberseguridad de empresas e instituciones públicas.
Cuando un desastre natural golpea, las infraestructuras críticas de comunicación y los sistemas digitales enfrentan riesgos significativos. Las empresas y las instituciones públicas dependen de estos sistemas para coordinar las respuestas de emergencia, garantizar la continuidad de los servicios básicos y gestionar la información sensible. Sin embargo, los efectos de estos eventos pueden ser devastadores:
Interrupciones en la conectividad
Riadas, terremotos o tormentas pueden dañar físicamente centros de datos, servidores y redes de comunicación. Esto provoca cortes que interrumpen el acceso a sistemas esenciales, dejando a las organizaciones vulnerables.
Exposición a ciberataques
Los hackers pueden aprovechar el caos de un desastre natural para lanzar ciberataques, sabiendo que la atención está centrada en la recuperación. Ransomware, phishing y ataques de denegación de servicio (DDoS) suelen incrementarse en estos contextos.
Fallas en la protección de datos
En medio del caos, los datos sensibles de ciudadanos, empresas y gobiernos pueden ser vulnerables. Esto incluye desde información personal hasta registros críticos de salud y seguridad.
Sobrecarga de sistemas
Las emergencias suelen generar un aumento exponencial en el uso de redes y plataformas digitales, lo que puede sobrecargar sistemas sin suficiente capacidad de respuesta.
Ciberseguridad en instituciones públicas: un pilar crítico
Las instituciones públicas tienen la responsabilidad de liderar la gestión de emergencias en desastres naturales. Sin embargo, esta tarea no está exenta de desafíos en el ámbito de la ciberseguridad:
Protección de infraestructuras críticas
Redes de electricidad, agua y transporte dependen de sistemas digitales. Un fallo o ataque a estos sistemas en un momento crítico puede agravar significativamente los daños.
Coordinación en la respuesta de emergencia
Los gobiernos deben garantizar la seguridad de plataformas de comunicación utilizadas para coordinar equipos de rescate y servicios de emergencia. Un ataque o una brecha en estas plataformas puede retrasar la ayuda, poniendo vidas en riesgo.
Garantizar la confianza pública
En momentos de crisis, los ciudadanos necesitan confiar en que sus datos están protegidos y que las instituciones son capaces de operar de forma segura. Cualquier brecha puede erosionar esta confianza.
Continuidad del negocio bajo amenaza
Las empresas, especialmente aquellas que operan en sectores críticos como la energía, las telecomunicaciones o la salud, también enfrentan grandes desafíos de ciberseguridad durante desastres naturales.
Parálisis operativa
Un ataque cibernético durante un desastre puede interrumpir las operaciones comerciales, agravando las pérdidas económicas derivadas del propio evento natural.
Pérdida de datos clave
Si las copias de seguridad no están correctamente protegidas, las empresas pueden perder información crucial que afecta su recuperación.
Ataques dirigidos al sector financiero
Los ciberdelincuentes pueden aprovechar el caos para robar información bancaria o realizar transacciones fraudulentas.
Reputación en juego
Una brecha de seguridad en un contexto de crisis puede generar una pérdida de confianza en los clientes, impactando la imagen de la marca.
Estrategias clave para protegerse en la tormenta perfecta
Para mitigar los riesgos de ciberseguridad durante desastres naturales, las empresas e instituciones públicas deben adoptar medidas preventivas y fortalecer su resiliencia digital:
Planificación proactiva
Desarrollar un Plan de Continuidad de Negocio (BCP) y un Plan de Recuperación ante Desastres (DRP) que incluyan estrategias específicas para amenazas combinadas de desastres naturales y ciberataques es fundamental. Así como el realizar simulacros regulares que combinen escenarios de desastres físicos y cibernéticos para evaluar la preparación.
Seguridad en la infraestructura crítica
Garantizar que los sistemas de redes y servidores estén alojados en centros de datos resilientes diseñados para resistir desastres naturales. Es importante, implementar firewalls avanzados y sistemas de detección de intrusos para proteger las redes críticas de ataques oportunistas.
Copias de seguridad seguras
Asegurarse de que las copias de seguridad estén encriptadas y almacenadas en ubicaciones separadas físicamente para evitar la pérdida de datos en caso de daño físico o ataque cibernético.
Ciberhigiene básica
Otro aspecto clave, es mantener los sistemas actualizados con parches de seguridad para reducir vulnerabilidades explotables. Y etablecer protocolos claros de gestión de accesos, limitando los privilegios a información sensible.
Monitoreo continuo
Utilizar herramientas de inteligencia de amenazas cibernéticas para detectar posibles ataques en tiempo real. Y mantener la vigilancia en redes sociales y plataformas digitales para identificar intentos de desinformación o phishing en momentos de crisis.
Colaboración público-privada
Las empresas y gobiernos deben trabajar juntos para compartir información sobre amenazas y coordinar esfuerzos de respuesta en caso de emergencias.
Concienciación y capacitación
Formar al personal para que reconozca intentos de phishing o actividades sospechosas, especialmente durante situaciones de estrés elevado.
En un escenario de desastres naturales, la ciberseguridad no puede ser un elemento secundario. La combinación de daños físicos y riesgos digitales crea un entorno perfecto para el colapso si las empresas e instituciones públicas no están adecuadamente preparadas.