El ciberacoso o ciberbullying continúa siendo un grave problema que no solo no cesa, sino que como ya señalamos está evolucionando a la vez que lo hace la tecnología. No obstante, existen otras formas de ciberviolencia que probablemente no sean tan conocidas, pero que desgraciadamente son también muy habituales y se han visto impulsadas por el creciente uso de las tecnologías. Así lo han advertido desde S2 Grupo, compañía especializada en ciberseguridad y gestión de entornos críticos:
"Con la expansión de las tecnologías a prácticamente todas las áreas de nuestra vida, hemos ido viendo un incremento de la violencia digital y es necesario que concienciemos sobre ella para ponerle fin. Este tipo de agresión es psicológica, se da de forma silenciosa, y desgraciadamente se puede producir de múltiples maneras", ha alertado José Rosell, socio director de S2 Grupo.
Según Miguel A. Juan, también socio director de S2 Grupo, "conocer los tipos de violencia cibernética nos puede ayudar tanto a educar a los más pequeños para que puedan hacer un buen uso de las redes sociales y entornos digitales, como para ponerle nombre a acciones de ciberacoso que se pueden dar y que, en un principio, podemos incluso no ser conscientes de que lo son".
Ante esta falta de conocimiento y concienciación sobre la violencia digital, S2 Grupo ha compartido los ocho tipos de acciones que frecuentemente se repiten en los casos de ciberviolencia. Además, ha ofrecido recomendaciones en cada uno de ellos con el fin de que sus víctimas, en su mayoría personas vulnerables como mujeres que sufren violencia de género o menores de edad, tomen medidas para contrarrestar estas prácticas.
Los ocho tipos de ciberviolencia más comunes
El ciberbullyng: Al igual que en el ámbito no digital, el ciberacoso es una de las formas más utilizadas para ejercer violencia e insultar de forma pública a las personas. Esta preocupante práctica se ve potenciada por las redes sociales y es muy común en los entornos juveniles, aunque se da en todas las edades. Los efectos que ocasiona pueden llegar a ser muy graves, pues se pueden poner en el foco diversos aspectos de la vida personal de la víctima para atacarlos y/o humillarlos y, además, tienen el potencial de difundirse rápidamente por el alcance que tiene las redes. En estos casos, hay que denunciar estos hechos en la propia web o red social donde se produzcan y, si el problema persiste, también ha de ser denunciado a la Policía.
La ciberextorsión por 'sexting': Consiste en la difusión de imágenes íntimas tanto reales como manipuladas de la víctima con contenido sexual o vejatorio. La recomendación de S2 Grupo es no enviar imágenes personales comprometidas o privadas a ningún usuario, pero, en el caso de que esto ocurra, denunciarlo inmediatamente a la Policía.
Acceder digitalmente al ordenador o smartphone de la víctima para controlarla: Esta práctica, especialmente común entre los ciberdelincuentes, se lleva a cabo mediante la instalación de programas o aplicaciones espía en los dispositivos de la persona objetivo. La intención con ello es tener el control sobre todo lo que haga la víctima, teniendo acceso a sus conversaciones en las aplicaciones de mensajería, a sus redes sociales o a su ubicación en tiempo real. En caso de que la persona afectada descubra que se ha instalado un programa de este estilo en su dispositivo, debe recurrir a un equipo técnico informático para que lo elimine. Además, S2 Grupo sugiere como medida de prevención no dejar a nadie manipular nuestros dispositivos ya que así resultará complicado que nos instalen este tipo de softwares.
Registrar a la víctima en una página web no deseada. También es común dar de alta a la víctima en alguna web o aplicación que no haya autorizado donde de alguna manera puede ser ridiculizada o vejada (por ejemplo, apps de citas o de contenido sexual). En estos casos, los pasos a seguir son darse de baja en esa página, contactar con la web para denunciar la práctica y censurar el contenido, e interponer una denuncia si el problema persiste.
Crear perfiles falsos: Los ciberacosadores también recurren a la creación de perfiles falsos con el nombre real de la víctima en los que se dedican a detallar intimidades, publicar información falsa insultante o incluso publicar ofertas sexuales haciéndose pasar por ella. Todo ello sitúa a la persona agraviada en una condición de gran vulnerabilidad y, de igual manera, desde S2 Group apuntan que hay que denunciar rápidamente estos perfiles falsos para que sean eliminados.
Usurpación de identidad en los entornos digitales. Esta forma de violencia se basa en suplantar la identidad de otra persona para participar en chats u otros entornos bajo su nombre. Normalmente, ocurre en contextos donde se hacen comentarios ofensivos y se coloca a la víctima en posiciones complejas y denigrantes frente al resto de usuarios. Frente a ello, desde S2 Grupo insisten en que los perfiles pueden ser denunciados en las web y aplicaciones para que sean eliminados y que también se puede denunciar a la policía.
Difusión de grabaciones acosando a la víctima: Esta es otra de las técnicas para ejercer violencia en los entornos digitales y es cada vez más común, incluso ya hemos visto a medios de comunicación haciéndose eco de ello para denunciarlo. En estos casos, el agresor, además de acosar y agredir a la víctima, lo graba para burlarse de ella, denigrarla, vanagloriarse de ello y, a veces, difundirlo también en Internet. Ante esta situación, S2 Grupo vuelve a recomendar una vez más denunciarlo lo antes posible a la policía para que se puedan tomar medidas contra estos comportamientos.
Dar de alta el e-mail de la víctima para que reciba spam. Finalmente, el octavo y último tipo de ciberviolencia que señala S2 Grupo es cuando el ciberacosador da de alta el correo electrónico de la víctima en números portales para que se convierta en blanco de spam e, incluso, de contacto con desconocidos. Si esto sucede, la compañía indica que hay que marcar como spam esos emails y solicitar la baja de esas webs.