Los astilleros vigueses Cardama Shipyard, con más de 100 años de antigüedad –exactamente desde 1916–, han recibido un pedido por parte de Uruguay de dos patrulleras de más de 80 millones de euros.
Esta no es una noticia de un pedido cualquiera. Primero porque Uruguay es un país de referencia para la industria pesquera gallega, en el que empresas como Pescanova, Nores, Pesmar o Moradiña tienen una segunda casa en el puerto franco de Montevideo.
Segundo porque la propia Armada Uruguaya llevaba años definiendo los tipos de patrulleras que necesitaba para la protección de sus cerca de 700 kilómetros de costa (672 kilómetros de largo, de los cuales 452 km corresponden al Río de la Plata y 220 km al océano Atlántico), sobre todo pensando en la progresiva retirada de las patrulleras procedentes de la U.S. Coast Guard.
Y tercero porque para los astilleros Cardama, con más de 40 nuevos buques construidos en los últimos 20 años y con unas instalaciones que pueden albergar embarcaciones de hasta 100 metros de eslora, 15 metros de manga y 3.000 toneladas, les permiten entrar en el creciente mercado de los Offshore Patrol Vessels OPV, o buques patrulleros en alta mar.
Los buques patrulleros en alta mar son el segmento de más rápido crecimiento dentro del mercado de buques navales y se están produciendo cambios significativos en este sector.
En un principio, el concepto OPV se desarrolla basándose en diseños civiles, pequeños mercantes y, sobre todo, en grandes pesqueros, a los que se les armaba de ametralladoras y pequeños cañones. Básicamente, se dedicaban al control de las denominadas ZEE (Zona Económica Exclusiva)
Actualmente los OPV han evolucionado hacia diseños militares específicos, véase Navantia o Fincantieri, por ejemplo, pero abren oportunidades a navieras civiles especializadas en grandes pesqueros muy marineros. Y si en algún lugar se sabe de ello es en Vigo.
El primero de los buques será entregado a comienzos de 2025 y el segundo a finales del citado año. El armamento, según lo publicado, constará de un cañón de 30 mm a proa y una ametralladora de 12,7 mm.
De 1.700 toneladas de desplazamiento, tendrán unas dimensiones de 86,75 metros de eslora, 12,20 metros de manga y 3,60 metros de calado. Propulsados por motores Caterpillar para mantener una velocidad de 23 nudos de crucero, incorporarán radar de navegación Terma, sistema de gestión de combate de Escribano M&E, plataforma y hangar para helicóptero o UAV, y dos unidades semirrígidas de intercepción con una velocidad máxima de 36 nudos, lanzadas desde una rampa a popa.