En el imparable mundo de los cascos militares inteligentes, el Sistema Integrado de Aumento Visual (IVAS), desarrollado por Microsoft, y el software Lattice de Anduril se están desarrollando actualmente para revolucionar las operaciones militares mediante realidad aumentada y la integración de inteligencia artificial.
Con este “artilugio”, se busca mejorar la capacidad de los soldados para detectar amenazas de manera autónoma y recibir alertas en tiempo real, como en el caso de drones o amenazas aéreas, directamente en su campo de visión, es decir, estar permanentemente informado de todo lo que pasa (y que no pasa) a su alrededor. Esta tecnología no solo optimiza de manera brutal la percepción y respuesta de los soldados en combate, sino que también podría redefinir el equipo militar del futuro.
Qué es el IVAS y cómo funciona
El IVAS no es un casco cualquiera, está diseñado para proporcionar a los soldados mucha información en tiempo real mientras realizan sus misiones. Solo imagina que mientras avanzas por un terreno enemigo (y desconocido), este casco te muestra datos como mapas, posiciones enemigas detectadas por drones o incluso alertas de amenazas que todavía no puedes ver con tus propios ojos. Todo aparece proyectado en tu campo de visión como si fuera parte del entorno real.
El sistema incluye herramientas avanzadas como visión nocturna para misiones en la oscuridad, detección térmica, que permite localizar calor emitido por personas o vehículos y el “capricho” de la realidad aumentada en operaciones militares, que superpone información digital sobre el mundo real.
Gracias a una colaboración con Anduril, el IVAS ahora integra su software llamado Lattice, que utiliza inteligencia artificial para analizar datos, identificar amenazas y ayudar a los soldados a tomar decisiones de una manera rápida y eficaz.
Cómo los cascos inteligentes revolucionan el entrenamiento
Pero el IVAS no solo estaría diseñado para situaciones de combate. También es una herramienta clave para entrenar a los soldados, simulando escenarios de batalla de manera muy realista. Esto les permite practicar sus habilidades y estrategias antes de enfrentarse a situaciones reales en el campo de batalla.
Por ejemplo, si un dron detecta movimiento enemigo cerca, el casco puede alertar al soldado inmediatamente, mejorando así la capacidad de respuesta. Además, el software puede aprender y adaptarse, ayudando a los soldados a interpretar mejor los datos que reciben.
El desarrollo del IVAS ha afrontado algunos problemas, y las primeras versiones del casco causaron molestias (mareos y dolores de cabeza), pero Microsoft ha estado trabajando para intentar solucionar estos problemas. Actualmente, se están probando nuevas versiones llamadas IVAS 1.1 y IVAS 1.2, que incluyen mejoras en el diseño, los sensores y la integración de datos.
El ejército también está evaluando si Microsoft seguirá siendo el contratista principal del proyecto o si abrirá a otras empresas tecnológicas para desarrollar y mejorar futuras versiones, conocidas como IVAS Next.
Un proyecto ambicioso… y multimillonario
El programa IVAS es prioritario en el ejército, con un presupuesto que podría alcanzar los 21,9 mil millones de dólares. Parece claro que esta tecnología tiene el potencial de cambiar la forma en que los soldados operan en el campo de batalla (aunque los primero prototipos se vean demasiado grandes como para ser realmente prácticos y operativos).
El objetivo final es claro: que cada soldado esté mejor informado, protegido y preparado, con herramientas que combinen la inteligencia humana y artificial para enfrentarse a los desafíos del combate moderno.
El camino para integrar completamente esta tecnología aún tiene obstáculos, pero el impacto que puede tener en la vida de los soldados y en las operaciones militares podría marcar una nueva era en la defensa. Este es otro ejemplo más de como la inteligencia artificial en el campo de batalla ha llegado para quedarse en un futuro bastante próximo.