Escudo Digital analizaba recientemente la dificultad que supone el desarrollo de la tecnología y sobre todo asumir el coste económico de las capacidades defensivas para luchar contra los UAS o drones aéreos, especialmente cuando llegan en enjambre o de forma masiva. Pues hace tan solo unos días que la industria de defensa española ha puesto al servicio de la OTAN uno de sus sistemas más modernos y efectivos contra estos aparatos no tripulados, el sistema Cervus III.
España ha desplegado su sistema antidrones Cervus, de diseño y fabricación española, como parte de la misión OTAN en Eslovaquia, que manda actualmente la Brigada Paracaidista española. El sistema Cervus está diseñado para proteger el espacio aéreo y garantizar la seguridad de instalaciones críticas, tanto civiles como militares, contra posibles ataques de drones.
Revisión del proyecto
La nueva versión de este sistema (Cervus III) ha sido una verdadera revolución comparada con la anterior, puesto que se ha revisado todo el proyecto, centralizando los sensores en una única pantalla gráfica, lo que facilita sobremanera el uso operativo de todas las posibilidades y funcionalidades que ofrece este moderno sistema antidrones.
El Cervus III es una versión altamente mejorada del sistema original, con nuevas capacidades de detección, identificación y neutralización que lo colocan a la par de los sistemas antidrones europeos y norteamericanos más avanzados.
Principales mejoras
A continuación, se detallan las principales mejoras que ofrece la última versión:
Integración de sensores multimodales. El Cervus III integra varios tipos de sensores (radar, electroópticos y antenas de radiofrecuencia) que permiten una detección más precisa y en tiempo real de amenazas aéreas. La versión III ha incorporado el módulo electroóptico Oteos, de Escribano, capaz de detectar objetivos a distancias de hasta 20 kilómetros. También dispone de un radar con un rango de detección mayor, que permite cubrir un área de hasta 10 kilómetros, comparado con la cobertura de corto alcance de la primera versión.
Capacidades de Neutralización (hard kill y soft kill). El Cervus III añade una torreta Guardian 2.0 con una ametralladora de 12,7 mm, lo que le otorga la capacidad de neutralización directa (hard kill) en caso de que el método de interferencia (soft kill) no sea efectivo. Se han mejorado sustancialmente las capacidades de interferencia mediante antenas sectoriales que pueden abarcar varios drones simultáneamente, creando una burbuja de protección alrededor del sistema.
Automatización e Inteligencia Artificial. Una de las principales innovaciones es la incorporación de algoritmos de Inteligencia Artificial que permiten la detección y clasificación automática de drones sin la necesidad de una supervisión constante del operador. Esto reduce la carga de trabajo del personal y aumenta la velocidad de respuesta. El sistema es capaz también de geolocalizar y rastrear drones con alta precisión mediante el uso de Inteligencia Artificial entrenada en diferentes tipos de amenazas, algo que no estaba presente en el Cervus original.
Dron Cautivo para extensión de campo de visión. El Cervus III incluye un dron cautivo, que puede desplegarse hasta 100 metros por encima del vehículo portador, lo que amplía significativamente el campo de visión y proporciona un nivel adicional de detección y monitoreo aéreo.
Identificación y rastreo de movimientos. Aunque su objetivo principal es la detección y neutralización de drones, el sistema Cervus también puede identificar y rastrear movimientos en tierra, como vehículos terrestres no tripulados (UGVs).
Semejanzas y diferencias
Comparando el Cervus III con otros sistemas de origen europeo y norteamericano, como el Skywarden de Thales, el AUDS (Anti-UAV Defense System) británico y el DroneDefender de Battelle en Estados Unidos, se observan diferencias:
Rango y precisión. El Cervus III, con su integración de radar y módulos electroópticos de largo alcance, tiene un rango de detección similar al Skywarden de Thales, pero es inferior en alcance en comparación con los sistemas de Lockheed Martin, que emplean radares de mayor potencia (alcance de hasta 20-30 kilómetros). La precisión del Cervus III en la identificación de drones es alta gracias a la combinación de múltiples sensores y a la capacidad de correlacionar datos a través de algoritmos de IA, lo que lo coloca a la par de los sistemas europeos, aunque aún detrás del AUDS británico, que tiene una mayor madurez en términos de integración sensorial.
Neutralización hard kill. En comparación con el Cervus III, la mayoría de los sistemas europeos (Skywarden, AUDS) y norteamericanos (DroneHunter, DroneDefender) se centran en capacidades de neutralización por interferencia (soft kill). El Cervus III ofrece una capacidad adicional de hard kill (torreta de 12,7 mm), lo que le hace más versátil en contextos donde se requiere eliminar físicamente el dron.
Facilidad de operación y movilidad. El Cervus III se destaca por su interfaz simplificada y su modularidad, lo que significa que resulta más fácil de operar incluso por personal con poca experiencia en guerra electrónica. Sin embargo, sistemas como el DroneDefender son más portátiles y de uso rápido, lo que les da ventaja en operaciones tácticas a pequeña escala.
Adaptabilidad y coste. Tiene un alto nivel de adaptabilidad para integrarse en plataformas terrestres y marinas, así como en vehículos tácticos. Sin embargo, su coste de adquisición y mantenimiento es superior al de sistemas portátiles como el DroneDefender, lo que podría limitar su uso a instalaciones de alto valor o entornos de operaciones permanentes.
Colaboración de distintas empresas
El proyecto Cervus ha sido posible gracias a la colaboración con varias empresas de defensa españolas, incluyendo al Grupo TRC, integrador del programa, Escribano con su sistema electroóptico Oteos y la torreta controlada remotamente, ART responsable del radar, Hispamast para el mástil y ATL para el inhibidor de señales. Estos sistemas están montados en el vehículo táctico Vamtac ST5.
No es la primera vez que este sistema español se despliega en el extranjero, ya que versiones anteriores ya han sido utilizadas en operaciones en Letonia y Mali. El tiempo nos dirá cómo está funcionando este moderno sistema nacional en tierras eslovacas y en circunstancias ideales para probar todas sus posibilidades.