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Desarrollo y Defensa

B61-13: así es la nueva bomba nuclear de EE.UU., 24 veces más potente que la de Hiroshima

El desarrollo se ha adelantado siete meses a su teórica entrega, lo que refuerza la capacidad militar de Washington.

Experto en migraciones y analista internacional.

5 minutos

Imagen de la bomba nuclear B61-13 durante la realización de pruebas. Fuente: X.

La B61-13: el nuevo avance nuclear de EE.UU.

Ya sea por las razones geopolíticas actuales, con un aumento notable de las tensiones globales, o por simple efectividad de la empresa encargada de esta tarea, la producción del arma nuclear norteamericana B61-13 se ha adelantado siete meses a su teórica entrega, reforzando así las capacidades nucleares (y militares) de EE.UU., modernizando su arsenal nuclear y, sobre todo, manteniendo su capacidad de disuasión estratégica.

Infografía de la Federación de Científicos Americanos sobre las capacidades actuales de los Estados con este tipo de armamento. Fuente: https://fas.org/initiative/status-world-nuclear-forces/

¿Qué es la bomba nuclear B61-13 y por qué es tan peligrosa?

Este proyecto, desarrollado por la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) ha costado 92 millones de dólares. La B61-13 es una variante avanzada de la B61-7. Esta moderna bomba está equipada con sistemas de seguridad mejorados y un kit de cola guiada, lo que le permite dirigirse a su objetivo tras ser liberada.

Su rendimiento variable, que va de 10 a 360 kilotones, le otorga versatilidad para adaptarse a diferentes misiones, minimizando a la vez el daño colateral. Para poner su potencia en perspectiva, la B61-13 es 24 veces más potente que la bomba lanzada sobre Hiroshima.

Como ocurre con el avance imparable de la tecnología de drones o de los misiles hipersónicos, este avance nuclear del Tío Sam puede tener efectos profundos en el equilibrio geoestratégico global.

Impacto global y reacción de las grandes potencias

Reacción de Rusia

Rusia podría acelerar de la producción o modernización de sistemas como los misiles hipersónicos Avangard, el Sarmat (Satan II) o el desarrollo de torpedos nucleares estratégicos como el Poseidón; e incrementar la retórica de disuasión nuclear y realizar más ejercicios nucleares. En definitiva, una intensificación de la carrera armamentística estratégica y táctica.

La respuesta de China

China, por su parte, podría continuar con el despliegue masivo de silos en Xinjiang y Mongolia Interior (1.500 ojivas para 2035, según el Pentágono). Pekín avanzaría con sus submarinos de clase Jin con misiles JL-3 de mayor alcance y se podría producir una posible revisión doctrinal hacia una postura de “alerta nuclear elevada” (move to launch-on-warning) en lugar de solo segundo golpe.

El papel de Francia y Europa

Y Francia tendría más visibilidad diplomática y técnica con su fuerza disuasiva oceánica (FOST) y aviones Rafale con misiles ASMPA. El presidente Macron podría intensificar el discurso deparaguas nuclear europeo” frente a una OTAN cada vez más centrada en EE.UU. Esto significaría un fortalecimiento del liderazgo francés en el ámbito nuclear europeo y un refuerzo del pilar estratégico europeo ante amenazas rusas o la ambigüedad británica post-Brexit.

El poder simbólico y estratégico del armamento nuclear

Que un país tenga armamento nuclear no significa solamente que disponga de un arma capaz de una destrucción brutal o total, significa poseer una herramienta política, estratégica y, por qué no, también simbólica, de primer orden.

Desde que en 1945 Estados Unidos lanzara dos bombas nucleares sobre Japón, estas armas han cambiado el concepto de guerra, seguridad y diplomacia internacional.

Tener armas nucleares significa:

  • Convertirse en una potencia con capacidad disuasoria total.
  • Ganar peso en el sistema internacional, siendo percibido como un actor al que no se puede ignorar ni someter fácilmente.
  • Adquirir una garantía de supervivencia, sobre todo frente a potencias enemigas convencionales o nucleares.

La disuasión nuclear se basa en un principio simple: el coste de atacar a una potencia nuclear será tan catastrófico que ningún adversario racional se atreverá a hacerlo. Este principio dio origen al concepto de “destrucción mutua asegurada” (MAD, por sus siglas en inglés) durante la Guerra Fría.

Por lo tanto, se puede decir que el arma nuclear no está pensada para usarse, sino para evitar su propio uso (esto podría también a llegar a pasar con las armas hipersónicas).

Esta es un arma política, más que militar, porque construye estabilidad entre grandes potencias, pero también puede crear grandes tensiones cuando Estados que están en conflicto intentan adquirir este tipo de armamento. (Corea del Norte, Irán…).

Ventajas y capacidades de los Estados con armas nucleares

  • Ejerce presión diplomática y militar sin desplegar un solo soldado.
  • Condiciona alianzas, como hace EE.UU. en la OTAN con su “paraguas nuclear” (Francia podría relevar al Tío Sam a este respecto…).
  • Responde ante amenazas existenciales sin depender de terceros.
  • Establece líneas rojas no negociables (como Putin lleva haciendo estos últimos años con la guerra de Ucrania)

Hay que señalar que los Estados nucleares más avanzados disponen de la tríada nuclear (lanzamientos desde tierra, mar y aire), lo que garantiza la capacidad de segundo golpe: incluso si son atacados primero, pueden devolver el golpe con fuerza devastadora.

Fuente: elaboración propia.

Vulnerabilidades de los países sin armas nucleares

La gran mayoría de países del mundo no poseen armamento nuclear y viven en una arquitectura de seguridad asimétrica, donde dependen de tratados internacionales y alianzas defensivas (como el TNP, el Tratado de No Proliferación Nuclear).

Estos países no nucleares deben confiar en garantías externas (por ejemplo, Corea del Sur y Japón dependen del paraguas nuclear de EE.UU.). Y también tienen por supuesto menos capacidad de disuasión autónoma, lo que los hace más vulnerables en escenarios de presión militar extrema y externa.

Para este caso de vulnerabilidades de un Estado no nuclear podemos poner el perfecto ejemplo de Ucrania, que en 1994 entregó voluntariamente su arsenal nuclear heredado de la URSS a cambio de garantías de seguridad (Memorando de Budapest). Años después, Rusia anexionó Crimea sin consecuencias nucleares…

Esta experiencia ha reavivado el debate sobre si renunciar al armamento nuclear debilita la soberanía estratégica de un país.

¿Por qué algunos países renuncian a tener armas nucleares?

Pero, si tener armas nucleares “mola tanto” a nivel de seguridad y tiene unas ventajas enormes en cuanto a diplomacia internacional, ¿por qué algunos países no las tienen, o incluso no las quieren? Las principales razones son:

  • Presión internacional o compromisos multilaterales (ej. Alemania o Canadá dentro de la OTAN).
  • Carecer de recursos tecnológicos o económicos.
  • Riesgo de sanciones, aislamiento o represalias preventivas.
  • Consideraciones éticas y diplomáticas.