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Desarrollo y Defensa

Drones vs. perros K9: ¿la nueva revolución en las operaciones especiales?

Deben valorarse las capacidades de reconocimiento, vigilancia y ataque, sin poner en riesgo vidas humanas, de los vehículos aéreos no tripulados, frente al sentido del olfato que permite al animal detectar explosivos, narcóticos y personas ocultas.

Experto en migraciones y analista internacional.

3 minutos

Soldados norteamericanos entrando en una cueva de Afganistán. Foto: US Army / Leopold Medina Jr.

Los drones militares avanzan en todos los ámbitos y sectores de los ejércitos, y el de operaciones especiales no iba a ser menos. Ahora los comandos piden drones para actuar con seguridad en entornos complejos como cuevas y túneles, y esto tal vez suponga la sustitución de los perros de combate o K9, por drones de reconocimiento y combate. Pero, ¿podrían estos aparatos no tripulados sustituir completamente a los amigos peludos en estas misiones?

Los drones militares y su papel en las operaciones especiales

Si hace poco hablábamos del pequeño Black Hornet y su éxito en la guerra de Ucrania, otros drones han aparecido como herramientas disruptivas en el ámbito militar.

Sus capacidades para misiones de reconocimiento, vigilancia y ataque, sin poner en riesgo vidas humanas es una ventaja brutal. Equipados con cámaras de alta resolución y sensores avanzados, proporcionan información en tiempo real, permitiendo a las unidades tomar decisiones rápidamente. Además, su capacidad para operar en entornos peligrosos o inaccesibles para humanos o animales los convierte en recursos invaluables.​

Pero los drones también presentan limitaciones e inconvenientes. Su dependencia de fuentes de energía limita su tiempo de operación, y factores como las condiciones meteorológicas adversas pueden afectar su funcionalidad (o directamente no poder usarse). Además, en entornos urbanos densos o espacios confinados, su maniobrabilidad puede verse comprometida. En cuevas y túneles, su manejo sería complicado aunque ya se está trabajando con opciones para solucionar este aspecto. Aquí mostramos una:

Demostración de drones

Las fuerzas especiales de EE.UU. suelen estar a la vanguardia en la adopción de nuevas tecnologías del sector militar, y es que el Tío Sam usa ampliamente a sus boinas verdes por el mundo por lo que sus operadores solicitan al Pentágono, de manera continua, mejores para su seguridad y garantizar el éxito de la misión. Por ello, estos operadores militares están demandando estas mejoras para “trabajar” en entornos complejos donde sus vidas corren mucho peligro.

La guerra en túneles: un desafío creciente

La experiencia en los últimos años de operaciones especiales en Medio Oriente, tanto contra actores estatales como no estatales, ha demostrado el uso creciente de redes de cuevas y túneles. Por ello, estos comandos de EE.UU. quieren nuevos drones específicos para operaciones en estos complicados y peligrosos lugares.

La guerra en túneles ha sido uno de los protagonistas en los esfuerzos en contraterrorismo y contrainsurgencia, y el entrenamiento (y medios) para estos entornos hostiles ha aumentado en los últimos años.

Los principales líderes de las operaciones especiales norteamericanas y representantes de la industria de defensa están discutiendo actualmente la necesidad de desarrollar y comprar más drones y sistemas autónomos para enfrentar amenazas complejas.

La empresa de tecnología de defensa Anduril Industries ya ha comenzado una colaboración con el  SOCOM (Mando de Operaciones Especiales de EE.UU., por sus siglas en inglés) para abordar problemas inmediatos relacionados con drones y sistemas antidrones en este tipo de entornos.

Perros K9 en combate: ¿insustituibles?

Los perros K9 han sido y son compañeros en operaciones militares y policiales desde hace ya muchos años. Su sentido del olfato les permite detectar explosivos, narcóticos y personas ocultas con una precisión que, por ahora, supera a muchos dispositivos tecnológicos. Su capacidad para moverse en terrenos complejos y su entrenamiento para la obediencia los convierten en activos muy versátiles en el campo.​

Pero también tienen sus inconvenientes en combate. Los perros K9 están expuestos a riesgos físicos significativos en zonas de combate, lo que puede derivar en lesiones o pérdidas fatales. Su entrenamiento y mantenimiento requieren tiempo y muchos recursos, y factores como el estrés o las condiciones ambientales pueden afectar también a su rendimiento.​

Drones vs. perros K9: ¿quién ganará la batalla tecnológica?

Esta pregunta no es fácil de responder, al menos por ahora. Existen ciertas misiones, sobre todo aquellas que implican mucho riesgo para los animales y los soldados, donde los drones ofrecen una alternativa más eficaz. En tareas de reconocimiento en áreas minadas o en la detección de amenazas químicas, los drones pueden operar sin poner en peligro vidas.​

Pero por ahora hay escenarios donde la capacidad sensorial y la adaptabilidad de los perros K9 son básicamente insustituibles. Su habilidad para detectar olores específicos, su interacción con humanos y su capacidad para operar en entornos complejos sin necesidad de control remoto los hacen indispensables en muchas situaciones.​

Integrar drones y operaciones especiales en entornos complejos es una importante mejora para la seguridad de estos comandos y el éxito de la misión, pero no parece probable que, a corto plazo, vayan a sustituir a los perros K9.

Por ahora, se debe identificar las fortalezas de cada uno y utilizarlos de manera complementaria para maximizar la eficacia en el campo de batalla en los diferentes escenarios que se presenten.