Europa acelera su conquista lunar
Europa ha dado un paso crucial en la exploración lunar con Argonaut, un módulo de aterrizaje que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha encargado por 862 millones de euros a Thales Alenia Space (una empresa conjunta entre Thales (67%) y Leonardo (33%). Con este ambicioso proyecto, el Viejo Continente busca autonomía en la conquista del espacio y consolidarse como un actor clave en la exploración de la Luna, además de no quedarse también atrás ante China y EE.UU. en la batalla por el espacio exterior.
¿Qué es el módulo lunar Argonaut y cómo funciona?
El módulo Argonaut tiene tres componentes principales: el elemento de descenso lunar (LDE), una plataforma de carga y la carga útil específica de cada misión. Su diseño adaptable le permite respaldar diversos perfiles de misión, como el transporte de suministros para astronautas, el despliegue de rovers, la realización de demostraciones tecnológicas y el establecimiento de infraestructuras lunares.

Este módulo de aterrizaje lunar puede transportar hasta 1.500 kg de carga útil, incluyendo suministros para astronautas, instrumentos científicos y demostraciones tecnológicas, adaptándose a diversas misiones en la exploración lunar.
¿Quién ha desarrollado Argonaut?
La parte italiana de Thales Alenia Space liderará el consorcio industrial responsable del sistema, y se centrará en la entrada, el descenso y el aterrizaje, así como en las arquitecturas termomecánica, de aviónica y de software.
Thales Alenia Space de Francia y Reino Unido se encargará de los sistemas de procesamiento de datos y en la propulsión, respectivamente, mientras que OHB System AG dirigirá de los sistemas de guiado, navegación y control, energía eléctrica y telecomunicaciones.
Con este proyecto, se quiere facilitar las misiones de exploración lunar tripuladas y de larga duración, y sobre todo, la mencionada autonomía europea cuando se trate de todo lo relacionado con la investigación lunar.
¿Cuándo llegará Argonaut a la Luna?
Hasta principios de la década de 2030 no se producirá la primera misión del proyecto Argonaut, que tendrá como objetivo transportar cargas logísticas dedicadas a navegación y telecomunicaciones, así como sistemas de generación y almacenamiento de energía para respaldar a las empresas europeas que exploren la región sur de la Luna.
A partir de ese momento, se prevé que las misiones posteriores se realicen cada dos años.
¿Cómo competirá Europa con EE.UU. y China?
Europa busca una capacidad autónoma para acceder a la Luna (de manera continua y permanente) y esto responde a varias motivaciones estratégicas y científicas:
- Autonomía estratégica. En plena guerra del espacio entre grandes potencias, desarrollar esta capacidad reduce la dependencia de Europa de otras potencias espaciales, fortaleciendo su posición en la exploración espacial y asegurando su participación en futuras misiones lunares. Además, EE.UU. y China están en una carrera espacial que puede dejar a Europa rezagada.
- Contribución a programas internacionales. Argonaut complementará iniciativas como el programa Artemis de la NASA, consolidando a Europa como un socio clave en la exploración lunar internacional.
- Desarrollo tecnológico e industrial. La Luna es clave para futuras misiones a Marte y minería de recursos espaciales. Este proyecto sin duda impulsará la innovación en tecnologías espaciales, beneficiando a la industria europea y fomentando avances que pueden tener aplicaciones más allá de la exploración lunar.
La industria española en el proyecto Argonaut
Aunque el contrato principal ha sido adjudicado a Thales Alenia Space en Italia, la industria espacial española participará de un modo u otro en forma de subcontratos y colaboraciones dentro de este consorcio europeo. España ha demostrado su capacidad en proyectos espaciales previos y es probable que contribuya en áreas como sistemas de comunicación, navegación y control.
El proyecto Argonaut no va a servir solo para reforzar la autonomía europea en la exploración lunar, sino que también va a colocar a Europa como un actor clave en futuras misiones espaciales, promoviendo la colaboración internacional y el desarrollo tecnológico.
En este 2025 (ya analizamos el impacto que tendrán las empresas privadas en la conquista del espacio), Europa no puede permitirse el lujo de quedarse también atrás en la conquista del espacio exterior.