La sede de ICADE acogió este pasado 28 de mayo el evento ‘Derecho Espacial. De quién es el espacio’, organizado por la asociación Ellas Vuelan Alto (EVA). El encuentro abordó asuntos como la propiedad en el espacio, los derechos de uso o cómo debe regular la legislación un mercado al que están accediendo empresas privadas.
Abrió el acto el director general de ENAIRE Enrique Maurer. Los mensajes del dirigente del gestor de la navegación aérea en España fueron dirigidos a reclamar la necesidad de regulación espacial en el contexto de la cooperación internacional. Manifestó que la institución iba “a contribuir a dar respuestas a los desafíos del sector y a apoyar el desarrollo de la aeronáutica como una fuerza de progreso”.
Marco legal
La mesa redonda fue coordinada por Silvia Vela, directora jurídica y de Expansión de EVA, donde participaron Ana María Marín Pérez, directora del Gabinete Técnico de la Agencia Española del Espacio (AEE); Enrique González Laguna, director general de Startical; Elisa González, presidenta de AEDAE; Beatriz Jilete, Space Debris Monitoring Systems Engineer de GMV en la ESA; y Esther Riobó Rubio, jefe de Área de Regulación de Hispasat.
Los marcos legales con los que se operan en el espacio acapararon el interés de los ponentes desde el primer momento. Elisa González , como experta jurista, detalló los tratados internacionales firmados hasta el momento, como los Convenios Espaciales de Naciones Unidas. Aludió también al Tratado de Moscú de 1963 sobre la prohibición de armas nucleares en la atmósfera, el espacio ultraterrestre y debajo del agua.
Sobre la gran pregunta, ¿de quién es el espacio ultraterrestre y los cuerpos celestes?, González explicó que no pueden ser apropiados por nadie: “Otra cosa es el derecho a utilizar sus recursos, como la explotación de los minerales en la Luna y los asteroides”.
¿Cuál es la regulación?
Regulación existe, pero no es homogénea. Europa está a la espera de una ley. Por su parte, la Agencia Espacial Española está diseñando una norma nacional del espacio, donde se busca el equilibrio entre el desarrollo del sector industrial y la sostenibilidad a largo plazo, como expresó en el debate Ana María Marín Pérez, la directora del Gabinete Técnico de la AEE.
Esther Riobó recordó que la Unión Internacional de Telecomunicaciones, también figura entre las instituciones que se ocupan del asunto “asignando posiciones o frecuencias” a las naciones que carecen de posibilidades de acceder a su uso. Según Enrique González, la convención llamada ‘línea de Kármán’ establece el límite entre el espacio aéreo y el exterior a 100 kilómetros de altitud, aunque hay países que la sitúan a los 80 kilómetros.
Aclaró Marín Pérez que la inclusión en el orden jurídico español de la nueva ley contemplará además la adhesión de España a los foros de sostenibilidad. “Será un marco claro y estable que proporcionará capacidades para la industria, optimizará la contribución del espacio a la humanidad, la seguridad, la sostenibilidad y la resiliencia”, comentó.
Sostenibilidad
En 2021, la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de Naciones Unidas publicó las Directrices relativas a la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio ultraterrestre de la Comisión sobre la utilización del espacio ultraterrestre con fines pacíficos. El objetivo es proteger el entorno orbital espacial de la Tierra, por ser un recurso limitado utilizado por un número cada vez mayor de actores. La proliferación de desechos, la complejidad cada vez mayor de las operaciones, la aparición de grandes constelaciones y los mayores riesgos de colisión con objetos y de interferencia con su funcionamiento están poniendo en peligro la sostenibilidad a largo plazo de las actividades espaciales.
La protección del medio ambiente figura ya desde el convenio de 1972, que establecía la responsabilidad por daños causados por los vehículos espaciales. La basura almacenada más allá de los cielos es un grave problema. Jilete dijo, a modo de analogía, que es “como si desde el comienzo de los mares hubiéramos dejado todos los barcos a la deriva”. En 1978, el ingeniero de la NASA Donald J. Kessler predijo la saturación de órbitas. Según su teoría, dada una cierta densidad de objetos en órbita, la colisión entre dos objetos podría originar una reacción en cadena que destrozara la mayor parte o toda la infraestructura espacial global.
Basura espacial
La basura espacial provoca mayores problemas en las órbitas bajas. Como son necesarias más maniobras de evasión, crecen los costes. Aunque los ponentes intentaron tranquilizar a la audiencia asegurando que el riesgo para la humanidad es prácticamente nulo, algunas menciones dejaron en el aire cierta preocupación. Por ejemplo, que China destruyó un satélite en 2007 que generó 3.500 objetos.
O que en 2022 se tuvo que cerrar el espacio aéreo en España, Francia e Italia ante la caída de un cohete chino fuera de control. Los restos del artefacto, de entre 17 y 23 toneladas de peso y 30 metros de longitud, finalmente cayeron en el Océano Pacífico. Por el espacio surcan satélites zombis a 27.000 kilómetros por hora. Y allí no hay semáforos. Aunque no hay que mostrar miedo, los riesgos se van acumulando.
Una vez terminado el debate, Laura Cadenas, socia de Watson Farley & Williams (WFW), resumió las conclusiones. Echó el cierre al acto el flamante nuevo director de la Agencia Espacial Española, Juan Carlos Cortés Pulido, que abordó los desafíos de la agencia: la política del espacio, la estrategia y el borrador del anteproyecto de la ley de actividades espaciales española, para el que prometió “consenso entre el sector y las administraciones”.