El reciente anuncio de que Israel y sus empresas de defensa no podrán participar en la cuarta edición de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF2025) de Madrid ha cogido por sorpresa a propios y extraños que veían cómo el gobierno no estaba siendo muy transparente en cuanto a unas recientes transacciones de armamento con Tel-Aviv, a pesar de afirmar continuamente que todas las compra/ventas militares con Israel se habían bloqueado. Las repercusiones de esta medida van más allá del ámbito diplomático, afectando directamente la capacidad de España para modernizar sus Fuerzas Armadas y poner en riesgo contratos clave de tecnología avanzada.
El reciente anuncio de que Israel y sus empresas de defensa no podrán participar en la cuarta edición de la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF2025) de Madrid ha cogido por sorpresa a propios y extraños que veían cómo el gobierno no estaba siendo muy transparente en cuanto a unas recientes transacciones de armamento con Tel-Aviv, a pesar de afirmar continuamente que todas las compra/ventas militares con Israel se habían bloqueado. Las repercusiones de esta medida van más allá del ámbito diplomático, afectando directamente la capacidad de España para modernizar sus Fuerzas Armadas y poner en riesgo contratos clave de tecnología avanzada.
España, de los pocos que vetan a Israel en Defensa
Esta decisión de “castigar” al gobierno de Israel por parte del gobierno español, y que ahora se hace más oficial si cabe, no es la primera de este tipo que se toma en Europa, y viene a confirmar una pequeña oposición de Estados europeos (y no europeos) a la guerra que mantienen los hebreos con sus enemigos en Oriente Medio, pero principalmente por el ataque/cerco a Gaza que ha producido desde el comienzo del conflicto, decenas de miles de muertos, en su mayoría civiles. Además de España, países como Alemania, que aunque no ha anunciado un embargo formal, ha ralentizado la aprobación de licencias de exportación de armamento a Israel, particularmente en categorías consideradas armas de guerra. En su lugar, las autorizaciones que se han aprobado han sido principalmente para componentes menos críticos, lo que sugiere una política de restricción más discreta. Italia, que anunció que cesarían los envíos de armas a Israel después del inicio del conflicto, en un esfuerzo por alinearse con el principio de protección humanitaria y evitar la escalada de violencia. Países Bajos, donde un tribunal holandés ordenó detener las exportaciones de componentes de los F-35 a Israel, citando el riesgo de que esta tecnología se utilice en violaciones del derecho humanitario. Esta medida es particularmente significativa dado el papel de los Países Bajos como proveedor de tecnología avanzada de defensa. Y Bélgica se ha unido a las restricciones suspendiendo las exportaciones de armamento a Israel. Esta decisión se enmarca dentro de las recomendaciones de la Unión Europea y organizaciones de derechos humanos que instan a los Estados miembros a restringir el comercio de armamento con Israel debido a las acusaciones de violaciones humanitarias.
De una manera más radical países como Nicaragua ha cortado formalmente sus relaciones diplomáticas con Israel, calificando al gobierno israelí de "genocida" por sus acciones en Gaza. Este movimiento refleja una postura crítica y simbólica hacia la política militar de Israel en la región, aunque el impacto práctico en términos de colaboración de defensa es reducido, dado que no había una relación de defensa activa entre ambos países.
Estos embargos abarcan distintos niveles de restricciones en la compra y venta de armas y tecnología militar, y en algunos casos, limitan la participación en exposiciones de defensa. Las razones tras estos vetos incluyen tanto la venta de armamento como la transferencia de tecnología, con énfasis en evitar que se utilicen en operaciones militares cuestionadas. Además, la Unión Europea ha mostrado una postura de desincentivar las exportaciones a Israel, pero no ha implementado una política unificada que obligue a todos los Estados miembros a adoptar embargos.
Impacto para la industria de defensa española y reacciones de Israel
Para la industria de defensa española, esta exclusión de Israel de FEINDEF2025 va a tener implicaciones directas y profundas, mientras que para Israel el asunto va a ser mucho menos doloroso. Las compañías españolas, como Indra y Tecnobit, han desarrollado proyectos conjuntos con proveedores israelíes en ámbitos como la ciberseguridad, la robótica y la inteligencia artificial aplicada a la defensa. Esta colaboración, entre otras, ha permitido a España mantener una posición competitiva en el sector de defensa europeo e internacional, y el cese de estos lazos forzará a la industria a buscar nuevos socios o a depender más de la producción local, lo que implica mayores costes y tiempos de desarrollo.
Aunque el veto de Israel en FEINDEF y la suspensión de contratos pueden parecer decisiones simbólicas, su impacto se extiende a la política de defensa, la seguridad internacional y la política exterior de España.
Es más que probable que Israel responda a esta exclusión con una reevaluación de su relación de defensa con España. Vimos más arriba que la exclusión de las empresas israelíes en ferias internacionales y la suspensión de compras de material militar israelí han sido adoptadas por muy pocos países de la OTAN, lo que coloca a España en una posición delicada frente a sus aliados en términos de cooperación estratégica.
Israel podría optar por reducir su cooperación en sectores sensibles como la ciberdefensa, la inteligencia y la tecnología de drones, donde hasta ahora ha sido un socio clave para España. Además, Israel podría buscar fortalecer lazos con otros países de la Unión Europea que no hayan adoptado medidas similares, dejando a España en desventaja en futuras negociaciones y proyectos conjuntos.
La situación también genera tensión con las Fuerzas Armadas españolas desplegadas en la región. España tiene actualmente 650 militares en la misión de paz de la ONU en la frontera entre Israel y Líbano (UNIFIL), y cualquier deterioro en las relaciones diplomáticas podría afectar la seguridad y la eficacia de estas operaciones. Así, aunque el veto de Israel en FEINDEF y la suspensión de contratos pueden parecer decisiones simbólicas, su impacto se extiende a la política de defensa, la seguridad internacional y la política exterior de España.
Alternativas para España
Una vez excluida Israel de la ecuación, la industria de defensa española tendrá que diversificar sus proveedores y Europa y Corea del Sur podrían ser dos opciones viables para suplir ciertas necesidades tecnológicas. Sin embargo, estos países no ofrecen las mismas innovaciones que Israel, particularmente en guerra electrónica, ciberseguridad y tecnología de drones. Estados Unidos también podría ser un socio estratégico, pero la normativa ITAR que regula las exportaciones de tecnología estadounidense podría limitar la transferencia de equipos avanzados, sumando una capa adicional de complejidad a la estrategia de defensa española.
A largo plazo, la solución podría pasar por un fortalecimiento de la industria de defensa local, en línea con la tendencia de autonomía estratégica europea. Pero esto va a requerir una inversión considerable y un compromiso a largo plazo, además de fomentar la colaboración en investigación y desarrollo dentro.
A todo esto, Israel ha mostrado preocupación por estos embargos, pero en gran medida ha conseguido minimizar el impacto directo en su capacidad operativa. Israel tiene la infraestructura necesaria para suplir ciertas carencias de producción internamente, y que su dependencia de componentes externos, aunque significativa, es manejable (especialmente si te suple Estados Unidos). De todas formas estos movimientos han afectado las relaciones comerciales y diplomáticas, especialmente en países europeos, lo que podría repercutir en futuras colaboraciones de defensa y transferencia de tecnología. Al fin y al cabo Israel se encuentra en plena guerra y jugándose su propia existencia con Irán, por lo que estos embargos (camuflados) serán considerados como traiciones directas a Israel de países supuestamente aliados.