La OTAN va a establecer un nuevo centro de mando, exclusivo para coordinar el entrenamiento y las donaciones de equipamiento militar para Ucrania. Esta sería la primera gran operación nueva de la Alianza desde el fin de la misión en Afganistán y, según algunos informes, está destinada a reducir el riesgo para Ucrania si el apoyo de Estados Unidos disminuye.
En un comunicado de prensa publicado el pasado 14 de junio, casi un mes antes de la celebración de la cumbre del 75º aniversario de la OTAN, la Alianza Atlántica adelantó que este nuevo comando militar especial para Kiev contará con 700 militares y civiles de la OTAN y países aliados. Este centro mejorará considerablemente la interoperabilidad entre OTAN y Ucrania. Se quiere tomar como punto de referencia los distintos entrenamientos que han recibido las fuerzas ucranianas en los países aliados, como el reciente adiestramiento de los pilotos ucranianos en Estados Unidos para pilotar los F-16s cedidos por diferentes Estados aliados. Este nuevo mando también facilitará la logística de equipos, lo que acelerará y mejorará el proceso de entrenamiento para cualquier tipo de sistema.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo recientemente que la creación del centro "no convierte a la OTAN en parte del conflicto, pero aumentará nuestro apoyo a Ucrania para defender su derecho a la autodefensa".
La creación de este centro también es una prueba y, sobre todo una señal, del compromiso a largo plazo de las naciones occidentales y del Indo-Pacífico, como Japón, Corea y Australia, con Ucrania. De esta manera, el apoyo continuaría a pesar de los cambios en las administraciones, como ocurriría en Estados Unidos si Donald Trump es elegido, y cambios en los diferentes gobiernos de la Alianza. Todo parece indicar que todas y cada una de las acciones que está llevando a cabo la OTAN en esta cumbre van encaminadas asegurar a Kiev que será miembro oficial de la OTAN…en el futuro.
"Esto está creando un fuerte desafío para nuestros aliados europeos", señaló Stoltenberg, agregando que la UE, Japón, Corea, Australia y Nueva Zelanda iban a asistir a la cumbre como observadores. La UE y los cuatro aliados del Indo-Pacífico de EE.UU. participarán en la reunión del Consejo del Atlántico Norte para discutir las amenazas mutuas de seguridad de Rusia y China, que incluyen la construcción de resiliencia en sus fuerzas armadas y base industrial, ciberseguridad, campañas de desinformación y transferencia de tecnología. En esta línea, el secretario de la OTAN apuntó que la asistencia de esas naciones, junto con la UE, muestra la "geografía variable" de las alianzas globales de EE.UU.
Por otra parte, Stoltenberg comentó que en la cumbre se iba a dar a conocer un importante anuncio sobre la revitalización y expansión de la industria, aunque no proporcionó ningún detalle al respecto. Tampoco dio detalles sobre nuevas armas, más allá de decir que se enviarán sistemas de defensa aérea a Ucrania en los próximos meses.
Lecciones aprendidas de Afganistán para el nuevo comando de Ucrania de la OTAN
Una de las lecciones más importantes que nos dejó Afganistán es que la OTAN es incapaz de liderar una misión en la que se tengan que ejecutar operaciones, sin que el 'Tío Sam' este liderando el asunto. En Ucrania está ocurriendo prácticamente lo mismo, puesto que el apoyo norteamericano es la mayor garantía de supervivencia de Kiev frente a su enemigo ruso, y un cambio de administración (o situación) norteamericana pondría en serio peligro la existencia misma de Ucrania.
En Afganistán, cuando más personal militar extranjero había en el país, enero de 2011, los participantes no estadounidenses constituían 42.000 de los 132.000 desplegados, mientras que al final de la misión en 2021, había 7.100 tropas aliadas y de socios, y 2.500 efectivos de EE.UU en el país. Los aliados y socios también soportaron muchas bajas, incluso con un número menor de personal: 1.144 muertos en la guerra frente a 2.465 de Estados Unidos.
La OTAN también contribuyó económicamente, pero significativamente menos que Estados Unidos: el Fondo Fiduciario del Ejército Nacional Afgano de la OTAN destinó un total de 3.4 mil millones de dólares desde 2007 hasta 2021, mientras que las obligaciones del Fondo de las Fuerzas de Seguridad de Afganistán de EE.UU. totalizaron 74.7 mil millones de dólares desde 2005 hasta 2020.
El nuevo centro de mando, que se construirá en la ciudad alemana de Wiesbaden, es una apuesta firme de la OTAN en su apoyo continuado a Ucrania, mostrando a Rusia la resiliencia de la Alianza en su determinación por vencer a Moscú, y aunque no participando de manera directa, mandando un mensaje de compromiso a medio y largo plazo, para que a pesar de los cambios políticos y sociales que pudieran darse en los Estados miembros, la misión Ucrania sea un deber constante de Occidente.