En un contexto de soledad ante el gigante ruso, el 2% del PIB en defensa para los países europeos se convertiría en una verdadera broma. Sin la ayuda de Trump, se estima un incremento anual de unos 250.000 millones de euros (o alrededor del 3,5 % del PIB), siendo necesario este aumento al corto plazo.
Más inversión en defensa: un enorme reto financiero
Europa tendría que encontrar una fórmula de financiación para este gasto extra a base de deuda, porque un aumento del PIB tan marcado y en tan poco tiempo es prácticamente imposible. Países como España o Bélgica se encontrarían en una situación muy complicada porque todavía no llegan ni al tan renombrado 2% del PIB de gasto en defensa. Y países como Alemania, que actualmente atraviesa una importante crisis económica, tendría que duplicar prácticamente su gasto en defensa para hacer frente a estos números.
¿Es Rusia una verdadera amenaza para Europa?
Moscú se encuentra hoy en día en una verdadera economía de guerra, lo que ha provocado que en estos momentos las fuerzas armadas rusas sean mayores y más potentes que aquellas que invadieron Ucrania allá por febrero de 2022, y todo ello a pesar de una bajas humanas brutales durante la guerra.
Pero, de una manera similar a lo que está ocurriendo con los soldados norcoreanos que combaten para Rusia contra los ucranianos, la experiencia de combate que esta adquiriendo el Kremlin y su Estado Mayor en estos años de guerra no tiene precio, ya que, por mucho presupuesto de defensa que tengas, esta ventaja solo se puede adquirir a través de experimentar la guerra.
El ejército rojo ha ido aumentando sus efectivos en este conflicto desde que comenzara allá por 2022, manteniendo en la actualidad unas 700.000 tropas en Ucrania. Según datos del informe Bruegel, en 2024 Rusia fabricó o reacondiciono unos 1.550 tanques, 5.700 blindados y 450 piezas de artillería. Esto representaría un aumento del 220% en producción de tanques, 150% en vehículos blindados y artillería y un 435% en municiones merodeadoras de largo alcance.
Todo ello sin contar el brutal desarrollo del Kremlin en materia de drones, que ha convertido en su arma ofensiva principal. Si antes dependía en este aspecto de países como Irán, hoy en día es un importante productor de aeronaves no tripuladas, y con capacidades y experiencia en este campo, muy superiores a cualquier país europeo, si exceptuamos a Ucrania.
Bases militares de Estados Unidos en Europa en 2024. Fuente: CSIS
Teniendo en cuenta la experiencia de guerra adquirida por Moscú a todos los niveles (financiero, combate, resiliencia de su población, medios materiales y humanos…), un ataque ruso a Europa es perfectamente factible y algunos estudios de la OTAN dicen que esto podría ocurrir en el plazo de entre 3 y 10 años.
Sin EE.UU., ¿puede Europa sustituir su ayuda a Ucrania?
Si la guerra entre Kiev y Moscú continua en el futuro porque no se llega a ningún acuerdo de paz, Europa debe mantener (y aumentar) su apoyo para compensar la falta de ayuda de Estados Unidos.
Económicamente, Bruselas podría reemplazar la ayuda que Washington ha estado facilitando a Kiev estos años de guerra. En el plano militar la ayuda a Ucrania de EE.UU. y Europa han sido bastante parejas, aunque estos datos cambian de manera importante dependiendo de los elementos que cada uno toma en cuenta para compararlos.
Otra cosa diferente es la importancia estratégica para la guerra del material que aportan los americanos y europeos. Porque Ucrania y Europa dependen de algunos elementos militares estratégicos proporcionados por EE.UU., como inteligencia y comunicaciones satelitales, que serían muy complicados de reemplazar a corto plazo. Además de esto, el acceso a la industria militar de Estados Unidos es muy importante para mantener el ritmo de batalla actual.
¿Necesita Europa su propio arsenal nuclear?
Una vez abandonados por Estados Unidos, la protección nuclear que hemos disfrutado hasta ahora ya no es fiable, por lo que Europa debe desarrollar su propia estrategia nuclear.
En la actualidad solo Francia y el Reino Unido tienen arsenales nucleares, y además dependen en parte de tecnología estadounidense, por lo que Europa necesitaría un programa acelerado de armas nucleares y nuevos misiles balísticos intercontinentales para cubrir esta situación.
¿Un ejército europeo unificado? El desafío de la cohesión
En Europa hay estacionados actualmente una 100.000 soldados norteamericanos, que según protocolo de la OTAN, serán reforzados rápidamente por otros 200.000 en caso de ataque ruso. Este escenario fue cuidadosamente estudiado por la Alianza Atlántica, por lo que ante una eventual retirada de las tropas americanas, Europa necesitaría aumentar sus capacidades militares en un nivel equivalente a la capacidad de combate de 300.000 tropas estadounidenses. Esto se traduciría en aproximadamente 50 nuevas brigadas europeas.
Aquí lo más complicado quizás es sustituir a un ejército cohesionado (mando unificado) y experimentado como el americano con 300.000 tropas de 29 países diferentes y cuya única experiencia de trabajo común son las maniobras de la OTAN que se han ido realizando a lo largo de los últimos años. Todo ello sin contar la gigantesca (e inigualable en el medio plazo) infraestructura estratégica de la que dispone Washington.
Así que Europa debe decidir qué hacer: aumentar sus tropas en más de 300.000 efectivos para compensar la fragmentación de sus ejércitos nacionales o convertir a todos los ejércitos y armadas europeas en uno solo (¿OTAN europea?).
Al final, garantizar la victoria de Ucrania (o los mejores acuerdos de paz posibles para Kiev) es clave para la seguridad de Europa. Bruselas y Londres deben asumir la responsabilidad de seguir ayudando a Ucrania sin la ayuda del Tío Sam, y aumentar de manera importante la cooperación con la industria militar ucraniana, que al final significa mejorar las capacidades tecnológicas del Viejo Continente.
“Fabricar” un ejército (heterogéneo) europeo deprisa y corriendo no es factible, y el ser capaces de contener y responder a una supuesta agresión rusa no tiene que significar cambiar ni abandonar la OTAN por parte de los países europeos, sino tomar responsabilidad y aprender la lección de ser autosuficientes en cuanto a seguridad y defensa.