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Defensa

La Red de Infraestructura Crítica Submarina de la OTAN, lista para operar

La Alianza está implementando herramientas para mejorar la seguridad de los cables y tuberías submarinas, y para monitorear amenazas potenciales.

Experto en migraciones y analista internacional.

6 minutos

Foto: OTAN.

El jueves 23 de mayo de 2024, expertos líderes de toda la Alianza se reunieron en la sede de la OTAN para la primera reunión de la nueva Red de Infraestructura Crítica Submarina de la OTAN. Con los ultimos desafíos a la infraestructura submarina, la Alianza está implementando nuevas herramientas para mejorar la seguridad de los cables y tuberías submarinas y para monitorear las amenazas potenciales.

Durante años, la OTAN ha advertido sobre la seguridad de los cables submarinos y los aliados han aumentado las patrullas navales cerca de infraestructuras críticas submarinas tras incidentes recientes en el Mar Báltico. El secretario general Jens Stoltenberg, quien inauguró la conferencia, destacó la necesidad de intensificar los esfuerzos: "La creciente dependencia de nuestras sociedades en la infraestructura submarina significa que necesitamos hacer más para mejorar su seguridad", afirmó el Sr. Stoltenberg. "La OTAN está en una posición única para asumir un mayor rol, dada las capacidades militares únicas de nuestros aliados, una vasta red de inteligencia y una experiencia operativa considerable", subrayó, mencionando que Rusia está llevando a cabo una intensa campaña híbrida contra los aliados.

Esta reunión sigue a la decisión de los Ministros de Defensa de la OTAN en febrero de 2024 de establecer la Red de Infraestructura Crítica Submarina. Los aliados también están creando un Centro Marítimo para la Seguridad de la Infraestructura Crítica Submarina dentro del Comando Marítimo de la OTAN (MARCOM) en Northwood, Reino Unido. La reunión fue presidida por David van Weel, Secretario General Adjunto de Innovación, Híbrido y Cibernético. También asistieron representantes de la industria, incluidos operadores energéticos.

El papel de la OTAN en la protección de la Infraestructura Crítica Submarina

Mapa Infraestructura energética en el Norte de Europa. Fuente CSIS

La infraestructura crítica submarina (CUI por sus siglas en inglés) de Europa enfrenta una amenaza significativa debido a las tácticas híbridas de Rusia, que buscan interrumpir la conectividad transatlántica y la actividad económica, además de interferir en el apoyo occidental a Ucrania. A pesar de sus limitaciones actuales, la OTAN es el actor principal capaz de disuadir y prevenir estos ataques híbridos. Para ello, la Alianza Atlántica ha acelerado su enfoque hacia la protección de la CUI mediante la creación de nuevas organizaciones especializadas.

Las amenazas a la infraestructura crítica submarina no son nuevas. Sin embargo, la reciente guerra en Ucrania ha aumentado drásticamente el panorama de amenazas en Europa, particularmente en la región norte. La OTAN y sus aliados han reconocido la necesidad urgente de proteger la CUI después de incidentes significativos como las explosiones del gasoducto Nord Stream y el daño al gasoducto Balticconnector.

Las tácticas híbridas de Rusia representan la amenaza más urgente para la CUI en el norte de Europa. A pesar de la debilitación de sus fuerzas terrestres, Rusia mantiene capacidades significativas de proyección de poder a través de bases navales, aéreas y de misiles en Kaliningrado y su Flota del Norte de submarinos en la península de Kola. Rusia ha priorizado su programa de submarinos, autorizando 13 nuevos submarinos nucleares y convencionales desde 2014, lo que subraya la importancia que otorga a la guerra submarina y a la capacidad de atacar infraestructura crítica en tiempos de paz y conflicto. Además, Rusia ha sido acusada de mapear redes de infraestructura submarina en Europa mediante buques de investigación operados por la Dirección Principal de Investigación Submarina (GUGI). Estas tácticas forman parte de la doctrina rusa de gestionar la escalada mediante la imposición de costos económicos para disuadir la intervención externa en conflictos regionales.

La OTAN ha sido proactiva y reactiva ante las amenazas a la CUI y protege la CUI mediante tres enfoques principales:

Primero, Defensa y Disuasión del Área Euroatlántica (DDA). Todos los recursos de la OTAN contribuyen a la DDA, que organiza toda la actividad por región y dominio. Esto incluye grupos navales permanentes y ejercicios enfocados en la CUI.

Segundo, Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento (ISR). La OTAN detecta amenazas mediante capacidades ISR, así como activos espaciales y cibernéticos para mantener la conciencia situacional. La alianza también desarrolla y escala nuevas tecnologías para aumentar la cobertura de detección.

Tercero, Opciones de respuesta. La OTAN tiene diversas opciones de respuesta para incidentes o ataques, incluyendo equipos de apoyo contra amenazas híbridas, la Fuerza de Respuesta de la OTAN (NRF) y la Fuerza de Tarea de Muy Alta Disponibilidad (VJTF), además de despliegues ad hoc.

La Alianza también sigue promoviendo la innovación tecnológica, como drones marinos, nuevos sensores y el uso de la inteligencia artificial para detectar mejor actividades sospechosas.

Mapa de los cables bajo el mar en Europa. Fuente: CSIS.

En respuesta a los incidentes recientes, la OTAN ha creado dos nuevas organizaciones:

- Célula de Coordinación de Infraestructura Crítica Submarina. Establecida en la sede de la OTAN en febrero de 2023, esta célula coordina la actividad aliada, facilitando el compromiso con la industria privada y mejorando la detección y respuesta conjunta a amenazas.

- Centro Marítimo para la Seguridad de la Infraestructura Submarina Crítica. Acordado en la cumbre de Vilna en julio de 2023, este centro se enfoca en identificar y mitigar vulnerabilidades y dependencias estratégicas para preparar, disuadir y defenderse contra el uso coercitivo de la energía y otras tácticas híbridas.

Acciones a tomar para la protección de la CUI

- Establecer un Grupo Marítimo Permanente (SNMG): La OTAN debe considerar la creación de un nuevo SNMG centrado en la protección de la CUI en el norte de Europa, con un enfoque en el Mar Báltico, el Mar del Norte y el Mar de Noruega. Este grupo debe incluir capacidades submarinas, guerra antisubmarina, vigilancia marítima y mapeo del lecho marino.

- Evaluaciones Regulares de Amenazas: La OTAN debe producir evaluaciones regulares de amenazas a la CUI, enfocándose en amenazas híbridas no tradicionales.

- Clarificar el Rol de la Célula de Coordinación: Es necesario aclarar el rol de la Célula de Coordinación de Infraestructura Crítica Submarina para evitar la superposición con el nuevo centro de MARCOM.

- Programa de Ejercicios de la CUI: Implementar un programa de ejercicios amplio utilizando activos existentes para disuadir adversarios y asegurar a los aliados y socios de la industria.

- Actualizar la Estrategia Marítima de la OTAN: La estrategia marítima de la OTAN necesita actualizarse para reflejar el nuevo entorno de amenazas y el nuevo Concepto Estratégico, incluyendo un enfoque en la protección de la CUI.

Contra quién nos protegemos

Como principal amenaza, Rusia maximiza sus oportunidades para amenazar la CUI aliada a través de sus capacidades submarinas avanzadas y tácticas híbridas. La guerra en Ucrania ha exacerbado estas amenazas, con Rusia utilizando sus capacidades submarinas para mapear y amenazar la infraestructura energética y de comunicaciones europea.

Aunque Rusia es la principal preocupación, otros actores estatales y no estatales también representan amenazas significativas. La creciente dependencia de la infraestructura submarina y los desafíos únicos para protegerla de amenazas híbridas y daños físicos hacen que la tarea de proteger la CUI sea compleja y requiera de múltiples factores.

La protección de la infraestructura crítica submarina es un desafío urgente y muy complejo que requiere una coordinación y acción efectiva a nivel de la OTAN. A través de nuevas organizaciones, estrategias actualizadas y un enfoque en la detección, disuasión y respuesta, la OTAN puede mejorar significativamente su capacidad para proteger la CUI y disuadir a los adversarios. La colaboración con aliados, la integración de capacidades tecnológicas avanzadas y un enfoque proactivo y reactivo serán esenciales para asegurar la resiliencia de la infraestructura crítica submarina de Europa en un entorno de amenazas en constante evolución.

España deberá participar activamente en la protección de dichas infraestructuras, lo que supondrá un esfuerzo extra para nuestras Fuerzas Armadas en general, y la Armada en particular, que ya de hecho, está al límite de sus posibilidades por los múltiples compromisos de seguridad nacionales e internacionales en los que estamos involucrados. Si la protección a las infraestructuras submarinas se establece como una de las prioridades OTAN, no nos quedará más remedio que aumentar de manera importante nuestra armada, aunque quizás los últimos avances tecnológicos permitan a corto/medio plazo, la utilización de vehículos de superficie y submarinos no tripulados para realizar estas operaciones de vigilancia de las infraestructuras criticas submarinas europeas.