Ha transcurrido un año desde que Mark Zuckerberg decidiera rebautizar su compañía como Meta, integrando Facebook en ella y el imperio del metaverso que quería imponer en todo el orbe mundial, y las expectativas no se han cumplido.
Mediante un vídeo Zuckerberg exponía lo que pretendía lograr: fundir el universo físico y virtual; permitir hacer negocios a distancia y cambiar nuestro mundo físico por uno diseñado por el ordenador. Se podrían dar clases en lugares lejanos mediante avatares que personalizaran la experiencia e incluso los bancos se lanzarían a utilizarlos, ahorrando costes en desplazamientos de personal. Hubo quien ya empezó a pensar en comprar una parcelita en el metaverso para forrarse. En un momento en el que hasta hay escasez de agua parece más sensato invertir en un terreno que tenga agua potable, por ejemplo. La vida ha cambiado mucho desde hace un año, cuando estábamos recién salidos de la pandemia, y solo la terrible inflación ha frenado a la gente de disfrutar más de la vida en vivo y en directo por muy atrayente que parezca dar un paseo con el muñequito de un amigo por Ceilán.
Zuckerberg se ha columpiado. Según publica La Vanguardia su fortuna se ha reducido a más de la mitad, con una caída de 71.000 millones de dólares en lo que va de año. Actualmente "sólo" tiene 55.900 millones de dólares, y en enero del 2022 su fortuna ascendía a 125.000 millones de dólares. Y la pregunta es:
¿Por qué no funciona el metaverso?
He aquí algunas de las respuestas.
1.- No es tan nuevo como parece
Para muchas personas, especialmente las más jóvenes, que jugaron a ello, a veces incluso con sus padres, el metaverso y los avatares que nos quiere vender Zuckerberg son una mala copia de Los Sims o Second Life. La calidad de sus avatares, que pueden reflejar nuestras características físicas, son infinitamente mejores. Incluso impresiona lo que se podía hacer con las primeras versiones de este juego en el año 1999, hace nada más y nada menos que hace casi un cuarto de siglo.
2.- Es muy caro ponerlo en marcha
La tecnología es muy cara, y es cierto que va a crear, si triunfa, muchos puestos de trabajo, pero no serán baratos. Según informa La Vanguardia, entre otras muchas cosas requerirá para su puesta en marcha de compresión de vídeo, edge computing, la visibilidad entre capas, preparación de los futuros estándares de conectividad y telefonía móvil, optimización de las redes, mejora de la latencia entre dispositivos y dentro de las redes de acceso de radio.
3.- Plantea muchos dilemas éticos
No ha acabado de arrancar y ya se han cometido delitos difíciles de juzgar, como el caso de una mujer que denunció una violación y afirma haberse quedado traumatizada. Hay quien opina que se debe castigar como en el mundo real, y hay quien la ha criticado por, simplemente, no desconectarse. Hay otras variables en juego: ¿Ser infiel en el metaverso con alguien que no es tu pareja es realmente una infidelidad o simplemente la escenificación de un juego como en Los Sims?
4.- Preservar la ciberseguridad puede convertirse en algo muy complicado
Al igual que ocurre con el IOT, el aumento de datos que generará el metaverso multiplicará por muchas cifras los riesgos de exfiltración de datos y los ataques a la ciberseguridad. Como las transacciones se están dando en un entorno virtual, hay riesgos de que aumenten las suplantaciones de identidad para defraudar, robar, engañar, etc... ¿De qué nos sirve tener un cuadro NFTs muy bonito y valioso decorando nuestra casita virtual que puede ser una inversión si cualquiera nos lo puede robar?
5.- Escasez de medios de las fuerzas policiales para patrullar en el metaverso y ausencia absoluta de legislación
Aunque la Guardia Civil dio ejemplo de modernidad al crear el primer guardia virtual en el metaverso, ni ella ni ningún cuerpo policial del mundo están preparados para hacer frente a los miles de delitos que se pueden cometer en el universo paralelo virtual. Las leyes, como suele suceder, van muy por detrás de la tecnología.
6.- Demasiado complicado para los viejos y demasiado fácil para los jóvenes
Los jóvenes ya se montan botellones en línea con los videojuegos, se convierten en policías, están hasta alta horas de la madrugada jugando con sus colegas cibernéticos y viviendo una vida semivirtual a su aire. ¿Qué les puede aportar el metaverso? En principio, tampoco resulta atractivo para personas mayores de cincuenta años sin conocimientos de tecnología, y eso es un problema, porque suelen tener más poder adquisitivo que la gente joven.
7.- Riesgo de soledad y problemas psicológicos
Los jóvenes ya se montan botellones en línea con los videojuegos, se convierten en policías, están hasta alta horas de la madrugada jugando con sus colegas cibernéticos y desgastándose las articulaciones. ¿Qué les puede aportar el metaverso? En principio, tampoco resulta atractivo para personas mayores de cincuenta años sin conocimientos de tecnología, y eso es un problema, porque suelen tener más poder adquisitivo que la gente joven.
8.- Problemas físicos
Al igual que el uso excesivo de los móviles y los WhatsApp provoca rizoartrosis y problemas de columna, especialmente en las cervicales de la gente joven, el uso de las gafas virtuales puede afectar a la vista si se usan en exceso. Tambien puede provocar mareos. Según medicaloptica "uno de los problemas para la visión se debe a que la pantalla está situada muy cerca de nuestros ojos, lo que hace que deban estar constantemente enfocando lo que se muestra en ella. La acomodación ocular hace que los músculos ciliares estén relajados con la visión lejana, pero deben enfocar para la visión cercana. Además, la luz de la pantalla llega directamente a nuestros ojos.Estos factores provocan un sobreesfuerzo en el sistema visual del organismo, por lo que un uso continuado de las gafas de realidad virtual, puede agotarlo y debilitarlo. Lo recomendable es hacer, ante todo, un uso moderado".
9.- Una mayor brecha entre clases sociales
No todo el mundo puede comprarse unas gafas de realidad virtual, ni pagar la fibra, y mucho menos tener un traje háptico. El metaverso puede agrandar las diferencias por motivos económicos entre los seres humanos y suponer un nuevo factor de exclusión.
10.- Como todo lo nuevo, provoca miedo y desconfianza, y no ha llegado en el momento adecuado
Cada vez está más extendida la idea de que en un mundo en el que se quiere volver a disfrutar de la naturaleza y disfrutar de los placeres sencillos, el metaverso puede ser una amenaza, un invento de los poderosos como Mark Zuckerberg destinado a forrarse a costa de la humanidad. El enorme aumento de los ciberataques que sufren los ciudadanos les está haciendo perder la fe en la tecnología. Y el metaverso no ha llegado precisamente en un momento adecuado. Provoca cierto miedo y desconfianza. ¿Por qué voy a tener que vivir de mentiras si ni siquiera he podido vivir durante el confinamiento ni sacar a mi bebé recién nacido a la calle? ¿Me voy a poner a jugar a que vivo con unos muñequitos? Incluso el hecho de que Zuckerberg considere que es el futuro y una gran inversión hiere muchas sensibilidades, ya que hace sospechar que pensaba que las consecuencias de la pandemia iban a durar mucho más.