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Entrevistas

“El marxismo es una nueva religión que trata de competir con el cristianismo”

El psicopolitólogo Victor Pérez Velasco presenta su nuevo libro, “El marxismo, una religión sin Dios”, el 7 de noviembre a las 19.00 horas, en el Centro Riojano de Madrid.

7 minutos

Victor M Perez Velasco, autor de “El marxismo, una religión sin Dios”.

El psicopolitólogo Victor Pérez Velasco ha publicado recientemente El marxismo, una religión sin Dios”, su decimocuarto libro, el que disecciona al marxismo con el fin de “concienciar a los lectores de la mutación de una filosofía política en una religión con el fin de fortalecer a los disidentes y resistentes marxistas”.

PREGUNTA: La editorial Ultima Línea ha publicado recientemente este nuevo libro, ¿cuál surgió la idea?

RESPUESTA: Hablando lisa y llanamente, el móvil que me llevó a escribir este libro fue el hartazgo.  Una saturación tanto emocional como racional cuyo origen inequívoco está en los diversos tentáculos acosadores desarrollados por el marxismo a través de los partidos de izquierda, sindicatos, asociaciones culturales, cine, teatro, universidades, y cuyo impacto se refleja en el trabajo, amistades e incluso entre nuestros familiares. En definitiva, una hegemonía que comenzó en el tardo franquismo y todavía dura. ¿le parece poco?

P: ¿Su móvil no le parece un poco exagerado e incluso paranoico?

R: Su pregunta es pertinente, incluso a veces, yo mismo como psicólogo lo pienso. ¿seré un paranoide? Pero enseguida comienzo a recopilar información y me reafirmo en la certeza de que mi hastío es objetivo. Por supuesto que en este largo proceso ha habido ciclos de mayor y menor presión de esta hegemonía, pero precisamente han sido las evidencias de estos últimos años la que me han dado la razón. Me gustaría incidir en que la cuestión del móvil que me condujo a abordar este libro, para mí, es más importante que el libro en sí. En resumen, la toma de conciencia genera mi movilización y su racionalización produjo el libro.

P: Es curioso que dé más importancia al móvil de su libro que al libro en sí, ¿podría abundar algo más sobre esta cuestión?

R: Debe usted considerar que desde 1965, fecha en que comencé a zafarme de la influencia del franquismo y a desarrollar un criterio político de mi realidad, hasta hoy, 2024, he vivido lo suficiente como para afirmar que mi vida desde aquel año ha sufrido los suficientes embates como para acabar por escribir este libro como denuncia, desquite, reflexión y como no, como terapia. Mi desconfianza hacia el marxismo y su toxicidad intelectual me ha llevado por pura higiene mental, a escribir este libro rehuyendo incluso, a ciertos autores declaradamente marxistas por la parcialidad de sus análisis. Siempre sesudos, por supuesto, pero siempre distorsionadores de la realidad.

P: ¿Cuál es el objetivo central del libro?

R: Lo nuclear del libro, su objetivo central, es confirmar la sospecha anterior: que el marxismo es una religión laica, social o atea. Así, concienciar a los lectores de la mutación de una filosofía política en una religión con el fin de fortalecer a los disidentes y resistentes marxistas. Hay que superar su acoso y presión social, para que no caigamos en el desistimiento y nos impongan sus valores y sus verdades. Después se derivarán cuestiones secundarias, propias de esta nueva religión, tales como fe, dogmas, feligresía, proselitismo, curia, etc. No se trata de hacer un estudio comparado de religiones, no, sino de identificar al marxismo, sus movimientos afines y derivados.

P: ¿Considera que su libro es novedoso y merecedor, por tanto, de alguna consideración especial? Lo cierto es que el título sorprende un poco.

R: No, en absoluto. Este libro es uno entre otro muchos, nunca demasiados, de todos los dedicados a la movilización de la sociedad sobre la importancia que el tema tiene para la cultura occidental en particular. La sospecha entre filósofos, sociólogos o politólogos de que el marxismo era de facto o una religión no es nueva. Ya en sus orígenes, los propios marxistas aspiraban a que su doctrina fuese una religión que relevase el cristianismo en occidente de su papel moral y redentor, por obsoleto y reaccionario, por tanto, no es en sí misma una idea novedosa. Antonio Gramsci el filósofo materialista italiano, de forma implícita, ya estaba insinuando la necesidad de “sustituir la forma de pensar cristiana (de los europeos) por el marxista para conseguir su consentimiento político”. De hecho, para mí, han tenido que pasar casi muchos años para asumir, expresar y reflejar en este modesto estudio, la evidencia de que el marxismo es una religión social.

P: Todo libro suele hacer alguna aportación que el lector pueda agradecer o disfrutar. ¿Podría indicar alguno hallazgo de este libro dignos de ser mencionados?

R: Sí, por supuesto. Pero la principal característica de este trabajo es que discurre más por el paralelismo entre el marxismo y otras religiones tradicionales que hallazgos especiales dignos de mención. La principal aportación para el lector es que este fenómeno político, social, económico, etc., debe contemplarse ahora con otra mirada que implique destapar la irracionalidad que lo religioso aporta a la nueva religión. Por ejemplo, en este trabajo se desvelan los dogmas, ritos, temas apocalípticos, su modelo adoctrinador y proselitista, el perfil ideal de sus miembros o sus posibles objetivos estratégicos. También se aportan una serie de características sobrevenidas propia de esta nueva religión laica.

Ahora estamos en mejores condiciones de entender ciertos fenómenos presentes en las formaciones de izquierdas filomarxistas, a veces incomprensibles, cómo el voto incondicional al actual líder del socialismo español. No necesitamos pedir explicaciones lógicas y racionales ya que las religiones confieren un nuevo tinte a sus propuestas y a las conductas de sus feligreses, que inspiradas en la fe, se otorgan la licencia de asumir como válida cualquier explicación por irracional que parezca. El credo, el dogma y la fe, lo explican todo o casi todo.

P:  Sí, pero sigue sin dar ningún ejemplo de lo que el libro pueda ofrecer a sus lectores. ¿podría dar algunos ejemplos?

R: De acuerdo con las conclusiones del libro, al analizar al progresismo político como parte de la nueva religión marxista hay que tener otra mirada. Los militantes de estas formaciones se “convierten” de ciudadanos en feligreses creyentes de una nueva fe laicista. Las repúblicas populares socialistas, en regímenes teocráticos de una “religión política” que rinde culto al Estado.  El cuadro siguiente compara el rol político de marxismo con el rol de una religión tradicional como el cristianismo.

Conversión de los miembros de la curia marxista con la curia católica cristiana.

Obviamente se trata de una tipificación metafórica lo que no invalida el carácter pedagógico de su exposición. No es igual pensar como un ciudadano libre como votante, a ser un feligrés sometido a la disciplina, compromiso y tutela moral de una doctrina religiosa. El “nuevo feligrés” si rompe la diciplina de voto, no sólo es un disidente indisciplinado, sino que además es un “pecador”.

P: Por lo que Vd. me está diciendo, da la impresión de que se trata de un libro dirigido preferentemente a la conciencia del lector. Es decir, una oportunidad para cambiar las percepciones clásicas de los políticos y votantes. ¿me puede ampliar este punto?

R: En parte sí, pero no totalmente. No apelo sólo a su conciencia moral o a su emoción, sino también a su razón. Me refiero especialmente en este supuesto, a aquellas personas seguidoras de la izquierda que asuman que ahora forman parte de una religión, aunque no lo sepan conscientemente. El lector puede que quede impactado en su conciencia, pero lo deseable sería que, cada lector introyecte en su visión y análisis de la realidad, una pauta nueva para comprender a los políticos y votantes progresistas (comunistas, socialistas, socialdemócratas, etc.). Estos, pueden estar comportándose como creyentes, feligreses, pero ellos probablemente, ni lo sepan, ni lo acepten.  Se necesitaría una suerte de catarsis para que despertaran de su letargo. Esa es mi visión y la idea central de esta reflexión.

P: ¿No puede darnos alguna pista más del contenido de este libro que nos ayude a comprender su alcance y nos abra al atractivo de su lectura?

R: Sí, por supuesto. ¿por qué no? El libro también aborda las características concretas de esta nueva religión sin Dios, que la hacen perfectamente identificable y por ende, cuestionable. Al menos se recopilan una serie de característica, quince en total, que permiten visibilizar el impacto de esta religión en la vida real, a saber: su crecimiento silente, su superioridad intelectual y moral, su rechazo a la espiritualidad, propensión al delirio doctrinal, con una teología que rinde culto al Estado, anuladora del "yo", perseguidora de sus opositores, etc.

P: ¿Le gustaría remarcar alguna cuestión de esta nueva religión laica digna de mención?

Hay una muy corta de resumir y sencilla de explicar. Esta es una nueva religión que trata de competir, por sus presuntas bondades con otras religiones al uso, por ejemplo, el cristianismo. Como agnóstico que soy, sorprende en buena medida la diferencia entre el marxismo y el cristianismo. En tanto que el cristianismo se creó sobre la base de persecuciones, catacumbas, mártires y sangre que derramaron los primeros cristianos, al marxismo se le puede identificar poque sus inicios se basaron en lo opuesto, ser perseguidor de disidentes, contrarrevolucionarios y tener en su balance de partida un número aproximado de 100 millones de víctimas sacrificadas para su implantación. Dos comienzos distintos que nos deben hacer reflexionar. En fin, lo cierto es que en esta nueva religión se pueden constatar más rasgos maléficos que benéficos, no en valde el filósofo búlgaro Tzvetan Todorov, consideró al marxismo como “la lepra del alma”.

P: Hablemos sobre el futuro ¿hace alguna previsión sobre lo que será el futuro de esta nueva religión?

R: Creo que el marxismo y sus diferentes versiones no decaerán, aunque tampoco esté claramente en alza, no obstante, en este estudio se da una cifra estimada de 800 millones de adeptos. Es probable que el marxismo tenga más futuro como religión no teísta que como filosofía política, suponiendo que esta dualidad se puede considerar verosímil. Además, de cara al futuro, esta religión es una opción sinérgica con ciertos movimientos globalistas, y se enmascara detrás de la agenda 2030. Otras especulaciones abogan por su implicación en un gobierno global de inspiración totalitaria

P: Finalmente, ¿está usted trabajando ahora en algún proyecto?

R: En relación con nuevos proyectos, la respuesta es afirmativa. Actualmente estoy trabajando mi decimoquinto libro, un estudio objetivo sobre el acoso político, ahora que está tan de moda denunciar cualquier tipo de acoso en sociedad.

Si desea asistir a la presentación de este libro, “El marxismo, una religión sin Dios”, puede acudir el 7 de noviembre a las 19.00 horas al Centro Riojano de Madrid (C/ Serrano nº25, 1º). El acto estará moderado por José Antonio Rupérez Caño, presidente del C. Riojano de Madrid, y contará con la intervención de Carlos Cuesta Arce, director adjunto del Grupo Libertad Digital, de Gabriel Alonso-Carro García-Crespo, Dr. en Filosofía, y del propio autor, Victor M. Pérez Velasco.