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Opinión

El apoyo occidental a Ucrania 'con cuentagotas'

Teniente General del Ejército del Aire y del Espacio (r) y analista del Centro de Seguridad Internacional de la UFV.

Mirage = espejismo. Según la RAE, "espejismo es una ilusión óptica debida a la reflexión total de la luz cuando atraviesa capas de aire de densidad distinta, la cual hace que los objetos lejanos den una imagen más cercana e invertida". La literatura de aventuras es proclive en la mención a este fenómeno por el que los viajeros de los desiertos de arena, capturados por la imagen reflejada de un oasis en la lejanía, ven después frustrada su esperanza de saciar la sed al comprobar la falsedad del engaño.

Pero nada más alejado del objeto de este trabajo que criticar la calidad de los equipos transferidos a Ucrania, sino por el contrario su cantidad, su temporalidad y sus limitaciones de uso.

Precisamente Francia, y en particular sus productos de defensa, tienen un amplio historial de complementar las necesidades de gobiernos que por una u otra razón han tenido problemas para obtenerlos de los otros grandes suministradores. Tal es el caso de los Mirage III y F1 de Sudáfrica durante el Apartheid y la Guerra de Angola; la extraordinaria campaña de los Mirage III en la Guerra de los Seis Días; y la fabricación de los cazas Kfir por IAI (versión israelí del Mirage V); aunque en alguna ocasión Israel tuvo que recurrir a una operación irregular para recepcionar los productos adquiridos, como en la operación Noa en la Navidad de 1969, en la que se sacaron sin autorización tres corbetas del puerto francés de Cherburgo. Otro caso muy relevante fue el de los Super Étendard argentinos y los misiles Exocet durante la Guerra de las Malvinas.

También resulta de todo punto innegable el éxito del Rafale con 323 cazas (más del doble que su competidor Eurofighter) vendidos a varios países, a pesar del reciente fracaso en el caso de Marruecos.

Aunque no se trate de la última generación, una vez actualizado, no caben dudas sobre la calidad del modelo Mirage 2000 para la misión de defensa aérea que fue diseñado en los años 70; Dassault Aviation ha construído 600 unidades, la mitad de ellos exportados a 8 países tan diversos como: Brasil, Egipto, Emiratos Árabes, Grecia, India, Perú, y Taiwan. A lo largo de los años ha evolucionado en distintas variantes, monoplaza, biplaza, y hasta una variante nuclear, la 2000-N, y una 2000-D con armas guiadas por láser y capacidad para transportar misiles de crucero.

Su velocidad máxima es de 2,2 veces la del sonido y con depósitos externos puede permanecer durante 2 horas y 40 minutos sobre una zona a 150 millas náuticas de su base. Y con respecto a la economía, factor clave en todas las guerras y muy especialmente en el caso de la invasión rusa de Ucrania, el coste de operación publicado es de 17.000€ por hora de vuelo para los Mirage 2000, en comparación con los 26.927$ del F-16.

Y centrándonos en la versión 2000-5F para Ucrania, ocho meses después de la comunicación del presidente Macron en rueda de prensa, se han entregado a Kiev los 3 primeros de los solamente 6 comprometidos. Entretanto, se les ha actualizado la configuración para las misiones de Aire/Superficie, además de las originales de Defensa Aérea, y se le han instalado los equipos de guerra electrónica, lo que les sitúa en la punta de lanza de lo que se denomina Generación 4, como nuestros F-18. También se ha procedido a la formación de pilotos y mecánicos ucranianos, para su adaptación a un estándar muy diferente de los actuales MIG-29 y SU-24 de la Fuerza Aérea Ucraniana.

Pero el factor esencial para la misión consiste en la dotación de armamento, sin el cual el mejor avión se quedaría en un mero entrenador. Se espera que esté dotado del necesario en calidad y cantidad para sus dos misiones previstas de defensa aérea y ataque a superficie; así como que su uso no esté sujeto a las anteriores limitaciones para prevenir la escalada: misiles MICA de guía infrarroja y radárica, de crucero  SCALP-EG/Storm Shadow y las bombas guiadas AASM Hammer, así como los dos cañones de 30mm.

Sin ninguna duda se trataría de un refuerzo muy apreciable si se hubiera producido en el número adecuado y en el momento preciso para que su influencia sobre el desarrollo de las operaciones hubiera inclinado la balanza a favor del país agredido. Aún así, no se puede negar que cualquier contribución, por limitada que sea, supone un valor positivo para la defensa de vidas humanas, instalaciones e infraestructuras críticas.

¿Alguien en su sano juicio puede suponer que 6 aviones de caza de la penúltima generación pueden dar un vuelco a la crítica situación en el frente de batalla? Corren rumores de que el número total de aviones Mirage 2000 a transferir a Ucrania podría llegar a los 40; pero incluso en el caso de que fueran ciertos, si se extrapola el tiempo que ha sido necesario para reconfigurar los actuales, podríamos estar pensando que cuando se retire el líder que sustituya a Zelenski podrían estar llegando a su destino los últimos de la serie, siempre que en el intermedio éste no se hubiera acercado al Kremlin en sus preferencias.

Este ejemplo de lo que podría describirse en español en términos coloquiales como 'cazcalear': "andar de una parte a otra fingiendo hacer algo útil"; me recuerda la más palmaria frase de Napoleón Bonaparte: "On ne peut pas faire semblant d'être courageux".