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Opinión

Las consecuencias que tendrá la salida de EE.UU. de Níger y del Sahel

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

Este mes de marzo la Junta militar de Níger ha terminado con el Acuerdo militar con EE.UU. después de 12 años. Siguiendo el mismo camino que Malí y Burkina Faso, Níger se alinea al lado de Rusia y parece que también con Irán dado que Níger es el séptimo pais productor de uranio.

EE.UU. cuenta con una importante base militar en Agadez, con 1.000 soldados, aviones, helicópteros y drones que se desplazan por todo el Sahel y el Magreb.

Hay que recordar que si Níger ha podido mantener la integridad de su territorio durante los últimos 12 años frente a los terroristas es principalmente gracias al equipamiento proporcionado por el ejército estadounidense y el resto de los países que han estado presentes en Níger como Francia o la UE.

Es un duro revés para EE.UU., que tendrá que elaborar una nueva estrategia en África y muy especialmente en el Sahel. Sobre posibles destinos parece verosímil por cercanía Chad, también se habla de Mauritania, Benín o Marruecos.

“La primera consecuencia de la salida de EE.UU. de Níger será la llegada del África Corps de Rusia”

 

Sobre las consecuencias de la salida de EE.UU. de Níger la primera será la llegada del África Corps de Rusia, que no solamente no cuenta con todos los medios que el AFRICOM ha tenido en el país, sino que también le arrastrará, como ya lo ha hecho en Malí, al uso de una violencia brutal frente a la población civil unido a la explotación de sus recursos naturales. Esto provocará nuevas oleadas de migraciones, primero internas y luego externas, que con el tiempo llegarán a Europa.

Parece que la estrategia de Níger pasa por sustituir a EE.UU. por Rusia y, junto a Malí y Burkina Faso, hacer frente al terrorismo yihadista desde la Alianza de los Estados del Sahel fundada por estos tres países. Sobra decir que el terrorismo yihadista, a pesar de esta alianza y a pesar de estar Rusia en el terreno, campa a sus anchas por toda la región, que se está convirtiendo en un Sahel fallido, que según la lista anual del Índice Global de Terrorismo representa el 43% de todas las muertes por ataques terroristas en todo el mundo.

“No sería descartable una alianza entre EE.UU. y Francia y el establecimiento de una base franco estadounidense en África.”

 

Todo ello forma parte de la estrategia de Rusia de encabezar una ofensiva más amplia contra los intereses occidentales en el Sahel y en África en general, que comenzó con la reducción sustancial de la presencia francesa y su sustitución por el Grupo Wagner.

Uranio, bases militares, minerales estratégicos… parece que la batalla de los próximos 20 años por las grandes potencias será el costo del acceso a la energía primaria: la economía se transforma en energía.

La posible alianza entre EE.UU. y Francia

En el ámbito geoestratégico, Francia es la única verdadera potencia militar en la región, con bases en Senegal, Costa de Marfil y Chad, así como fuerzas navales, aéreas y aéreas con Mirage 2000. Así que no sería descartable una alianza entre EE.UU. y Francia y el establecimiento de una base franco estadounidense en África y, siendo así, sería difícil comparar eso con las fuerzas de Wagner, que no podían competir con una operación francoestadounidense.

En el otro lado estaría Rusia, que podría estar tratando de reforzar al mariscal de campo Haftar en el este de Libia para establecer un corredor Níger-Libia que permita el flujo de uranio a Irán. Los iraníes, que sólo buscan acceso al uranio de Níger, también han considerado seriamente la posibilidad de establecer una base militar en Níger.

En cuanto a Senegal, si Ousmane Sonko, que goza de una sólida reputación entre los jóvenes senegaleses y cuenta con el apoyo financiero de Catar, se convierte en presidente, también pedirá a Francia y EE.UU. que abandonen el país. Esto podría marcar el fin de una asociación estratégica con un aliado importante, y esta vez costero, con un puerto.

Turquía, Irán y Marruecos, los otros países que miran al Sahel

También Turquía, Irán y Marruecos llaman a las puertas del Sahel aprovechando la salida de Francia y la llegada de Rusia.

Turquía busca un corredor transahariano que conecte los países del Golfo de Guinea con Argelia. Marruecos, por su parte, afirmó en septiembre que estaba dispuesto a poner "su infraestructura viaria, portuaria y ferroviaria" a disposición de Malí, Burkina Faso, Níger y Chad, países sin salida al mar, e Irán ha firmado varios acuerdos con Malí y Burkina Faso y anhela las reservas de uranio de Níger hasta ahora explotadas por Francia.

Después de tantos años en el Sahel tanto Francia como EE.UU. han demostrado no adaptarse al entorno humano, social y político de los países del Sahel y han tenido que terminar finalmente saliendo de estos países.

La solución de la crisis en el Sahel solo pasa por la legitimidad del Estado, la percepción por parte de los ciudadanos de que su gobierno es válido, equitativo y capaz y dispuesto a satisfacer sus necesidades. En ausencia de compromisos de los Estados para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos, es probable que ningún grado de compromiso internacional tenga éxito.

El Sahel necesita un liderazgo, así como seguridad y responsabilidad para garantizar la seguridad y aquí la Union Africana debe ejercer un papel fundamental.