En las últimas semanas varios periódicos se han hecho eco de las actuaciones que la Policía ha realizado liberando a personas en situación irregular que eran explotadas laboralmente y que vivian en condiciones muy lamentables. Nuestra más sincera felicitación a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Quiero establecer un paralelismo entre esas deplorables condiciones de vida de estas personas y las que empresas de seguridad, no todas afortunadamente, hacen de sus trabajadores.
Raro es el día en que algún sindicato no hace autobombo denunciando la precariedad del sector y las irregularidades de los capos de esas empresas.
Nos encontramos, según estas denuncias, con empresas que no pagan a Convenio, que pagan por tanto, mal, tarde o nunca. Nos encontramos con turnos maratonianos que atentan contra la salud. Nos encontramos con servicios solitarios y donde el vigilante se encuentra en la vulnerabilidad más absoluta. Instalaciones sin agua, luz e incluso sin servicios.
Cuando pagan, lo hacen en negro y nunca acogiendose a ningún Convenio. El Convenio de estas empresas se resume en cuatro articulos: articulo 1º: Esto es lo que hay”. Articulo 2º: “Lo tomas o lo dejas”. Articulo3º: “Si no te interesa, ahí está la puerta”. Articulo 4º: “Si denuncias, no te llamamos más” .
Estos capos que practican esos métodos deben ser erradicados como la plaga que son. No es admisible que aun teniendo deudas millonarias con la Agencia Tributaria y con la Tesorería de la Seguridad Social sigan actuando impunemente.
Las Administraciones deberían ser más diligentes con estos delincuentes a la hora de la aplicación de la Ley y no convertirse en los cómplices necesarios, contratando incluso sus servicios a sabiendas del lastre que arrastran y que son de todos conocidos.
Estos son los “bwana” del siglo XXI. Los que denigran, esclavizan y maltratan a un sector al que ya no le quedan más espaldas para seguir recibiendo los latigazos de estos aprendices de tahures, filibusteros y piratas con la única patente de corso que es el beneplácito de una Administración que mira para otro lado y que a lo mejor debería enviar a esos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad para derribar las puertas de esas empresas de seguridad y poner a buen recaudo a estos explotadores de seres humanos.
Pese a que España fue el último país europeo en abolir la esclavitud, todo lo referente a este episodio ha sido silenciado y olvidado durante siglos, hasta el punto de que muchos españoles creen que fue una práctica ancestral en la Península, más propia de la Edad Media que de tiempos modernos y al parecer estos esclavistas a los que me refiero no han terminado de enterarse, por lo que mantendremos una potente lupa sobre ellos en todo momento.