Opinión

La guerra de Europa contra la cocaína

Analista de seguridad del Centro para el Bien Común Global de la Universidad Francisco de Vitoria.

El crimen organizado y el narcotráfico asociado al mismo se ha convertido, en un mundo cada vez más globalizado e interconectado, en el principal desafío a la seguridad y estabilidad al que se enfrenta Europa, siendo por ello imprescindible y perentorio fortalecer las capacidades de las instituciones y agencias dedicadas a la lucha contra este tipo de criminalidad, además de una cooperación internacional más estrecha y amplia con terceros países para abordar con mayores posibilidades de éxito el combate contra estos grupos criminales.

En 2023 la Unión Europea registró incautaciones récord de cocaína, con Bélgica, Países Bajos y España a la cabeza de los países con mayores cantidades intervenidas, lo que evidencia la penetración de los grupos de crimen organizado en el continente europeo. En Bélgica, en cuyo puerto de Amberes radica el epicentro del tráfico de cocaína en Europa desde hace años,  la amenaza que supone el crimen organizado y sus violentos efectos colaterales, donde es frecuente que se produzcan enfrentamientos armados y “ajustes de cuentas” en la región de Bruselas entre los bandas criminales que intentan controlar el negocio del narcotráfico, genera la degradación de la convivencia en varios de sus barrios y ponen en riesgo la propia pervivencia del país. Como declaró el pasado año el fiscal general del Estado belga existe el riesgo de que el país se convierta en un “narco-estado” de no afrontar la lucha contra el crimen organizado de forma contundente y decisiva. Un grupo criminal que fue desarticulado en septiembre de 2022 tenía avanzado un plan para secuestrar al ministro de justicia belga.

En Países Bajos las organizaciones criminales tienen bajo amenaza a un número sin precedentes de políticos, jueces y profesionales de diferentes ámbitos sociales, como reconoció la ministra de justicia y seguridad neerlandesa el pasado mes de octubre, tildando la situación de emergencia y reconociendo el retraso en reaccionar frente a este tipo de criminalidad que tiene la capacidad de socavar sistemáticamente los fundamentos de la sociedad, por lo que constituye una prioridad la lucha contra el crimen organizado. Así se han impulsado iniciativas legislativas para la incautación de activos y la intervención de ganancias de los grupos criminales y se están realizando esfuerzos para minimizar el riesgo, y que su puerto de Rotterdam no se convierta en un gran centro logístico para el tráfico y distribución de drogas. Actualmente este puerto holandés es junto al de Amberes por donde entra más cocaína procedente de Suramérica.

En nuestro país la costa meridional, y de manera destacada la zona del estrecho de Gibraltar, es el área donde el narcotráfico se manifiesta con mayor intensidad y violencia. La agresividad empleada por las bandas criminales para asegurar sus actividades ilícitas incluye la embestida con sus narcolanchas a las fuerzas de seguridad.

El asesinato a dos guardias civiles en el puerto de Barbate el pasado mes de febrero no es un episodio aislado. La impunidad con la que realizan sus actividades, demostrada con sus narcolanchas al abrigo de los puertos cuando no pueden salir por las adversas condiciones meteorológicas y embistiendo a las patrulleras del servicio marítimo de la Guardia Civil volvió a repetirse el pasado mes de marzo en aguas gaditanas cuando cinco narcolanchas atacaron a una patrullera provocándola daños en su casco. Además de exhibir la impunidad con la que actúan, estos hechos ponen de manifiesto la urgente necesidad de incrementar los medios y los recursos a disposición de nuestras fuerzas de seguridad para combatir al crimen organizado con garantías de éxito.

A nivel europeo podemos destacar varias iniciativas en la imprescindible lucha contra el crimen organizado. Así, y motivado fundamentalmente en que la principal vía de entrada de la cocaína procedente de Suramérica en el continente europeo es a través de sus puertos, a finales del pasado mes de enero se presentó en Amberes la Alianza Europea de los Puertos con el propósito de evitar la infiltración de los grupos de crimen organizado en los centros logísticos portuarios, porque estas redes criminales que participan en el tráfico de drogas dependen en gran medida de la corrupción en sus diferentes modalidades como el soborno, el tráfico de influencias, entre otras, para facilitar sus actividades criminales. El elevado número de empresas privadas que operan en zonas portuarias como compañías navieras, operadores de carga y proveedores y concesionarios, exige crear barreras al tráfico de drogas detectando las redes delictivas que se infiltran en los grandes hubs de los puertos, porque la formación de redes de corrupción en múltiples ubicaciones es un elemento íntimamente unido al modelo de “negocio” de estos grupos delictivos.  

Para ello, la Alianza establece la asociación pública-privada como una de sus acciones clave. La situación actual ha demostrado que la cooperación policial entre los países afectados no es suficiente, y la colaboración entre las fuerzas de seguridad y las empresas privadas que operan en los puertos pueden garantizar respuestas coordinadas facilitando obstáculos complementarios para evitar la penetración de los grupos criminales.

Entre los objetivos de esta Alianza por los Puertos están reforzar el cumplimiento del código internacional de protección de buques e instalaciones portuarias y la legislación de seguridad marítima de la UE, realizando para ello evaluaciones de riesgos a nivel portuario que aprovechen el marco de seguridad establecido por la legislación. También, y para el personal que trabaja en las áreas más sensibles de los operadores portuarios, tiene previsto desarrollar normas para implementar medidas contra la corrupción y la infiltración de los grupos criminales, como la utilización de un canal confidencial para presentar denuncias, actividades para identificar riesgos de corrupción y establecer un código de conducta para elevar la integridad del personal. También prevé suprimir los impedimentos legales y técnicos existentes actualmente que dificultan el intercambio de datos sobre movimientos de naves con el propósito último de minimizar el riesgo de que los puertos se conviertan en grandes centros logísticos para el tráfico y distribución de drogas.

A nivel tecnológico la Alianza se fija entre sus objetivos el uso de avanzados sistemas de seguridad con controles biométricos de acceso y seguridad física de los puertos, preservando además la protección de los envíos y la cadena logística mediante el uso de sellos y contenedores inteligentes y con una monitorización en el seguimiento de los mismos.

Otro proyecto a destacar es la Coalición Europea contra el Crimen Organizado que surgió en 2021 para el fortalecimiento de la cooperación multilateral contra el narcotráfico transnacional en la que participa España además de Bélgica, Países Bajos, Francia, Italia y Alemania. En su presentación establecieron cuatro bloques de actuación: dimensión económica y financiera del crimen organizado, núcleos logísticos y seguridad marítima, innovación tecnológica y cooperación internacional. Cada año se actualizan las prioridades a través de los planes de acción multianual, entre las que podemos destacar trabajar en la interconexión de los registros nacionales de cuentas bancarias, y el establecimiento de una normativa para la recuperación y embargo de bienes y medidas preventivas contra el blanqueo de capitales, incluyendo los activos virtuales. 

Por otro lado, y debido a que en los puertos de Amberes y Rotterdam es por donde entra más cocaína procedente de Suramérica, convirtiéndose de hecho en el epicentro del tráfico de dicha sustancia en Europa, la Coalición estableció la creación de una plataforma de cooperación para aumentar la resiliencia de los núcleos logísticos portuarios y dificultar la infiltración de los grupos criminales, y además seguir avanzando en la  imprescindible cooperación con compañías navieras consignatarias y sector privado para dotarles de medidas eficaces y de seguridad jurídica frente a la amenaza que representa la infiltración de los grupos criminales en sus actividades comerciales.

Respondiendo por tanto a esa prioridad antes citada de la Coalición, el pasado mes de febrero se celebró en Rotterdam la reunión de lanzamiento de la plataforma de centros logísticos donde se hizo hincapié en la necesidad de disponer de un amplio acuerdo entre los países de la UE para conseguir puertos resilientes para luchar con eficacia contra el ingente tráfico de drogas que se está produciendo y la violencia asociada al mismo.

En dicho encuentro se trató de la infiltración en los puertos europeos por parte de la criminalidad organizada que se aprovecha cada vez más de sus vulnerabilidades haciendo uso de estos hubs logísticos para sus actividades ilícitas, de los métodos empleados para retirar la droga de los contenedores y de la apropiación fraudulenta de sus códigos de referencia, y de la corrupción existente por el gran número de actores públicos y privados con acceso a los puertos y a sus sistemas de trabajo.   

Estas dos iniciativas descritas ponen de manifiesto que uno de los principales retos que implican a todos los puertos principales europeos es la necesidad de coordinación entre todos los agentes que participan  en las distintas operaciones que se realizan en los mismos, siendo por ello imprescindible en los diferentes ámbitos de acción y responsabilidad de los actores de los sectores público y privado, tener un enfoque integral de varios niveles en los centros logísticos portuarios con el objetivo de crear barreras a la penetración de los grupos criminales consiguiendo así unos puertos más resilientes a las amenazas que supone la pretensión del crimen organizado de adueñarse de ellos para la expansión y consolidación de sus ilícitas actividades.

Estas iniciativas descritas son un botón de muestra de las varias que existen en Europa para fortalecer los hubs logísticos en la lucha contra el narcotráfico, y que en muchas ocasiones no están coordinadas entre sí con la evidente duplicidad de recursos que se derivan de las mismas siendo por ello indispensable una coordinación efectiva para no malgastar recursos.

Con liderazgo español destacaré el Proyecto Equipo Operativo Europeo,  -EOT por sus siglas en inglés- que está dirigido por la Policía Nacional -Comisaría General de Policía Judicial- desarrollando actividades operativas de investigación del tráfico de drogas y de la delincuencia organizada en España, principalmente en la zona de la Costa del Sol. Actualmente está integrado por más de 50 miembros de servicios policiales de Estados miembros de la UE, uniéndose el pasado mes de marzo un miembro de las fuerzas policiales suizas.

Enmarcado en el programa de financiación del Fondo de Seguridad Interior de la UE con 20M€, está previsto desarrollarse con participación de nuestras Fuerzas de Seguridad del Estado un proyecto liderado por Francia para la lucha contra la criminalidad organizada en los países balcánicos y regiones rusófonas para el desmantelamiento de las redes criminales dedicadas al narcotráfico y a la trata de seres humanos, facilitando las investigaciones transfronterizas y las indagaciones financieras reforzando la información y la inteligencia para una mejor comprensión del modus operandi de  las bandas criminales y así poder contribuir a sus desarticulaciones.

Este marco europeo descrito no es suficiente para luchar con la máxima eficacia contra el crimen organizado debido a la dimensión mundial que alcanza el narcotráfico.  Por ello para abordar con suficiencia las necesidades operativas y actualizar el necesario conocimiento estratégico es imprescindible una estrecha cooperación entre la UE y terceros países, sobre todo de América Central y del Sur que son las regiones de procedencia mayoritaria del narcotráfico. Así, varios países miembros de la UE entre los que se encuentra España, han celebrado acuerdos específicos de cooperación operativa y estratégica con los países de origen o tránsito del narcotráfico, materializándose en Convenios de cooperación de lucha contra la delincuencia organizada y el intercambio de policías de enlace para fortalecer la lucha contra el tráfico de drogas mediante el intercambio de información e inteligencia, así como para adoptar medidas operativas eficaces.

También destacar los programas financiados por la UE con destacada presencia española como Copolad, que en su tercera fase tiene como objetivos apoyar en la región en la implementación de políticas de drogas más eficaces y que contribuyan a mejorar la vida de las personas,  y el PAcCTO que en la segunda fase que está iniciándose actualmente está orientado al reforzamiento de las capacidades de las fuerzas de seguridad  de 18 países de Iberoamérica en su lucha contra el crimen transnacional organizado. Estos programas se han revelado como instrumentos eficaces para fomentar una cooperación más estrecha con los países de esa región.

Actualmente además la UE está negociando un conjunto de acuerdos internacionales con los principales países de América Central y del Sur afectados por el narcotráfico sobre el intercambio de datos personales con la Agencia Europea de Policía -EUROPOL- como el ya existente con Colombia, para que esta cooperación reforzada garantice una colaboración operativa más rápida entre la UE y los países de esa región contribuyendo de esta forma a una mayor eficacia en la lucha contra el narcotráfico.  

Además de la cooperación bilateral y multilateral hay que subrayar otras iniciativas como la representada por el Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en Materia de Drogas (MAOC-N) con sede en Lisboa que se estableció en 2007 por seis países de la UE, uniéndose España en 2010, para hacer frente al incremento del tráfico ilícito de sustancias estupefacientes por vía marítima y aérea hacia Europa Occidental a través del Océano Atlántico y el litoral de África Occidental, sobre todo cocaína procedente de América del Sur.  El MAOC-N cuenta con una amplia red internacional de cooperación con países como Colombia, Brasil y Cabo Verde y otros más en posiciones clave en la lucha contra el tráfico ilícito de drogas.  Durante este año, y con apoyo del MAOC-N, destacar la interceptación en el Golfo de Guinea de 894 kg de cocaína por las autoridades francesas el pasado mes de marzo, y en febrero, cerca de las costas de Cabo Verde, nuestras fuerzas de seguridad y del servicio de vigilancia aduanera interceptaron un velero con 157 kg de cocaína.  Muy recientemente Alemania acaba de adherirse a la organización, y la Agencia para el Control de Drogas -DEA- de Estados Unidos tiene un funcionario de enlace permanente desplegado, lo que indica la importancia de este Centro en la lucha contra el narcotráfico a nivel internacional.

Conclusiones

El alcance mundial logrado por el narcotráfico y las actividades criminales asociadas al mismo, con una estructura internacional y composición multinacional, y siendo sobradamente conocido el interés del crimen organizado de establecerse en los principales puertos europeos  para tomar el control del mecanismo de funcionamiento interno de los mismos para asegurase de esa manera la introducción de ingentes cantidades de cocaína en nuestro continente, pone de relieve la importancia de una cooperación policial internacional robusta que facilite una colaboración operativa y estratégica a escala regional e internacional, abordando la lucha contra este tipo de criminalidad de manera integral, impulsando la cooperación y coordinación internacional.

También debe tenerse en cuenta que las redes delictivas de los países de origen del narcotráfico pueden operar en puertos secundarios de la UE conforme los principales puertos europeos aumentan su resiliencia a su implantación, lo que hace necesario la evaluación de riesgos en estos puertos para implementar las medidas y mejores prácticas que se aplican en los principales hubs logísticos portuarios.

Es indispensable además una adecuada coordinación interinstitucional  e internacional para evitar el solapamiento en las actividades,  garantizando unas medidas de intervención coherentes  por las autoridades públicas y los agentes del sector privado con el objetivo de aprovechar sus respectivas posibilidades de crear barreras al tráfico internacional de drogas, estableciendo mecanismos de colaboración para compartir información relevante que aborde las amenazas y riesgos identificados por las agencias de seguridad, organismos portuarios, aduanas y empresas consignatarias y navieras.

Resulta vital a su vez continuar potenciado el intercambiando información e inteligencia, compartiendo información cuantitativa y cualitativa sobre las incautaciones realizadas por tráfico de drogas en los puertos, así como las rutas seguidas y los métodos de ocultación empleados por las organizaciones criminales y su infiltración en los centros logísticos, son también elementos primordiales en la lucha contra este tipo de criminalidad.

La utilización de los mecanismos de intercambio transfronterizo de información disponibles en el espacio Schengen, integrándolas en las actividades operativas de lucha contra el narcotráfico es también un elemento clave para la desarticulación de las redes criminales.

Implementar nuevas herramientas tecnológicas que posibiliten poder acceder a la información que emplean las organizaciones criminales a través de internet, con el objetivo de desarrollar un mejor rastreo y seguimiento de los flujos económicos originados por las actividades ilícitas de las organizaciones criminales.

El incremento de la cooperación con el sector privado es por último clave en la lucha contra el tráfico de drogas en los puertos para evitar la infiltración de los grupos criminales, debido al  significativo número de empresas privadas que operan en zonas portuarias. El desarrollo de programas de sensibilización para prevenir y luchar contra la corrupción, el establecimiento de sistemas de protección para denunciar casos de corrupción, y procedimientos de control de identidad y registro de los trabajadores que están en las zonas más sensibles de los puertos pueden constituir medidas que contribuyan a detectar el tráfico ilícito de drogas en los puertos y la delincuencia conexa, ayudando además a conseguir una zona portuaria más preparada para poner barreras al crimen organizado lo, que redunda también en un aumento de la seguridad del espacio europeo en general.