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Opinión

Irán-Rusia-Ucrania, Israel mata tres pájaros de un tiro

Experto en migraciones y analista internacional.

El gobierno iraní reconoció el pasado sábado 28 de enero que un supuesto depósito de armas (según sus propias fuentes) en la ciudad de Isfahán había recibido un ataque con drones, y que solo uno de estos aparatos había conseguido impactar con el edificio en cuestión. También señaló a que todo apunta a que dicho ataque habría sido perpetrado por Israel (muy pocas agencias de inteligencia en el mundo serian capaz de llevar a cabo este tipo de acciones combinadas).

Esta  zona de Irán es conocida por la producción de armamento diverso, como misiles de medio alcance, y también alberga algunas instalaciones para la investigación y desarrollo nuclear, que los iraníes afirman no han sido dañadas. Sin embargo analistas occidentales e israelíes apuntan a que este supuesto depósito de armas es en realidad una fábrica de drones, de los cuales se podría estar surtiendo Moscú en su invasión a Ucrania.

Esta noticia, que de entrada es de extrema seriedad porque supone el aumento de tensión en la ya inestable región, ha pasado bastante inadvertido en los medios españoles que, al igual que el resto de Europa, se hallan centrados en el progreso de la guerra Ucrania-Rusia, aunque este ataque podría estar perfectamente vinculado a la invasión de Ucrania y ser una consecuencia directa de la guerra Kiev-Moscú.

En las últimas semanas la presión internacional ha ido aumentando sobre Irán porque, además de no conseguir avances en las negociaciones para las limitaciones del desarrollo nuclear que pretende Teherán, se suman los graves disturbios a lo largo y ancho del país por la muerte de mujeres y manifestantes iraníes. Pero sin duda, las conexiones militares entre Irán y Rusia han devuelto definitivamente a Teherán al punto de mira de EE.UU. e Israel.

Israel, por su parte, acaba de cambiar gobierno y Benjamin Netanyahu vuelve a ser primer ministro por sexta vez, pero en esta ocasión en una coalición de ultranacionalistas y partidos religiosos que asegura a este gobierno el título de ser la coalición más ultraderechista de su historia. Esto solo puede significar que la política de presión sobre el régimen ayatolá no solo se va a mantener, sino que es muy probable que aumente considerablemente.

La semana pasada, USA e Israel llevaron a cabo las maniobras militares más importantes, en cuanto a efectivos, que jamás hayan llevado a cabo juntos, con más de 7.500 soldados de ambos países en un claro mensaje a Irán de que a pesar de su implicación en el la guerra ucraniana con Rusia, Norteamérica no se olvida de Oriente Medio, ni de sus enemigos allí. EE.UU. e Israel llevan varias semanas discutiendo cómo combatir las diferentes operaciones de desestabilización que está llevando a cabo Teherán, incluido por supuesto sus recientes colaboraciones militares con Rusia, en detrimento de Ucrania. El Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, visitó el pasado lunes 30 de enero a Israel para, entre otras cosas, discutir la situación de Irán.

Washington lleva tiempo intentando que Israel se involucre más directamente en la guerra de Ucrania, lo que supondría para Tel-Aviv la ruptura total de relaciones con Moscú, cosa que quieren evitar a toda costa por ahora, puesto que supondría, para empezar, que los cazas israelíes que atacan objetivos iraníes en Siria no podrían hacerlo, y este punto es fundamental para que los hebreos puedan garantizar su seguridad física, ya que las milicias iraníes utilizan Siria y Líbano para atacar y desestabilizar a los territorios israelíes.

Imagen de archivo reunión Netanyahu Putin. Fuente: Institute of Modern Russia.

Así pues, como indicamos en el título del artículo, Israel podría haber matado tres pájaros de un tiro con este ataque a suelo iraní. Primero, atacando a Irán y demostrándole que, por un lado, su sistema de inteligencia cubre todos los rincones de la Republica Islámica, y por otro, que este nuevo gobierno va a mantener la presión militar sobre cualquier intento de desarrollo armamentístico de Teherán. Segundo, debilitando la capacidad de construcción de drones por parte de los iraníes, por lo que reduce la capacidad de Putin de utilizar estos aparatos para atacar las infraestructuras básicas de Ucrania que tanto daño están haciendo a la población ucraniana este invierno, y contentando también a su socio norteamericano para involucrarse más en el conflicto europeo; y tercero, manteniendo las relaciones diplomáticas con el Kremlin, lo cual le da vía libre para atacar militarmente a las milicias iraníes establecidas en el Estado sirio/libanés.