El escenario en Malí ha cambiado mucho desde que el 4 de mayo de 2021 el General Goita se convirtiera en presidente.
A nivel interno, se ha endurecido la posición del gobierno respecto a la población civil y a la oposición. Las operaciones antiterroristas realizadas estan denunciadas por abusos y corrupción, como ejemplo tenemos la de Moura, en la que fueron asesinados entre 200 y 300 personas y cuya autoría se le asigna a las Fuerzas Armadas Malíenses y a los entrenadores rusos, que es como el Gobierno de Bamako denomina a los mercenarios de Wagner.
Algunos analistas dicen que las actividades de la junta Malíense desde que asumió el poder, incluida la contratación de tropas del contratista de seguridad ruso Wagner y la compra de una gran cantidad de armas de Rusia, han fracasado debido a la falta de una estrategia coherente en la lucha contra el terrorismo yihadista.
Muchas personas en los países del Sahel, desesperadas por soluciones, creen que los gobiernos militares pueden manejar la inseguridad mejor que los gobiernos elegidos democráticamente, pero los analistas advierten que este apoyo popular pronto puede llegar a su fin. El aumento de muertes de civiles por ataques terroristas después del golpe de Estado en Malí es una razón a tener en cuenta.
A nivel internacional, Malí ha elegido socio estratégico a Rusia y ha expulsado a Francia y con ellos la Operación Barkhane y la Fuerza Europea Takuba. Por su parte, la MINUSMA, que ha sido criticada como una misión al servicio de Francia, se ha reducido notablemente.
Mientras, el presidente argelino llama a los lideres de Malí a que vuelvan a la legalidad lo antes posible. Argelia comparte 1.400 km de frontera con este país y es en Argel donde se firmó el acuerdo de paz entre el gobierno malíense y los exrebeldes en 2015. El presidente argelino insiste que "mientras no se aplique el acuerdo de paz, los problemas de Malí persistirán".
Pero Malí se ha convertido en un nuevo cliente para Rusia. Burkina Faso se ha negado por el momento, pero los rusos tienen en su mente tomar todo el Sahel, incluido Níger.
La realidad es que durante estos meses la ayuda militar rusa al gobierno de Bamako en la lucha contra el terrorismo tampoco ha conseguido frenarlos y hemos visto cómo hace unos días llegaban hasta la base militar de Kati en las afueras de Bamako.
Ante el aumento de ataques terroristas durante los últimos meses habría que preguntarse cuáles podrían ser los escenarios futuros posibles y si Malí puede seguir el mismo camino que Afganistan después de la salida de las tropas internacionales.
En el supuesto de que hubiera más ataques yihadistas sobre la capital, Bamako podría acabar cayendo, en cuyo caso habría que ver si habría una rápida intervención francesa o no, pero lo que si está claro que ocurriría sería la caída de la junta gobernante.
Si Bamako cayera y no hubiera ninguna intervención militar externa nos podríamos encontrar con un escenario parecido al afgano con la salida previa de todas las fuerzas internacionales, que es el caso actual. En ese caso JNIM usaría Malí como plataforma de lanzamiento para cometer mas ataques terroristas a países limítrofes
Este escenario es altamente complicado por lo que supone controlar una ciudad de tres millones de habitantes como Bamako, elemento también a tener en cuenta, ya que es bastante difícil que JNIM tenga suficientes combatientes como para ocupar y mantener Bamako.
Sin embargo, el último ataque a la base militar de Kati es un aviso a las autoridades malíenses de que puede haber más a pesar de Wagner, aprovechando la salida de Francia y todo lo que esto conlleva, tales como los medios aéreos o los medios de inteligencia.
No es previsible a corto plazo que los terroristas se hagan con el control de Bamako por la falta de capacidades, pero sí es posible que puedan golpear de nuevo a bajo coste de forma más continua. Ya lo hacen a lo largo y ancho de todo el país y si no tienen ningún obstáculo, como en el caso de Kati, golpearán más veces y mas fuerte en Bamako.
Sin una estrategia clara en la lucha contra el terrorismo que actúe en todos sus frentes (militar, ideológico y social) es imposible vencer al yihadismo, que seguirá extendiéndose por todo el Sahel sin oposición.
No se trata solo de la ayuda externa, se trata también de usar todos los elementos de que dispone el Estado para vencer el terrorismo y hacer uso de todas sus capacidades involucrando a la población civil para frenar esta grave amenaza.
En ultima instancia, son los países del Sahel los que tienen que luchar contra el terrorismo yihadista y son ellos los que tienen que capacitar a su policía, sus jueces y sus fuerzas armadas para que esta lucha sea eficaz desde todos los ámbitos.
En caso contrario, los terroristas seguirán ganando territorio como lo hacen ahora desde el Sahel a los países del norte de Guinea y será cuestión de tiempo, aprovechando la salida de las fuerzas internacionales, que en el Sahel se proclame el nuevo califato.