En diciembre de 2022 el ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu celebró una reunión en la sala conjunta de las Fuerzas de Operaciones Militares Especiales, durante la cual anunció el aumento del número de efectivos las Fuerzas Armadas rusas a 1,5 millones de personas, así como una reorganización del ejército ruso.

“En 2023, es necesario brindar apoyo organizativo y de personal de manera oportuna para formar dos ejércitos, unión de armas, fuerzas aéreas, cuerpos de ejército, el distrito militar naval de Azov, cinco divisiones y 26 brigadas, y la creación de dos distritos militares, en Moscú y Leningrado."

El 1 de julio de 2023, la Armada rusa estableció un nuevo Distrito Naval de Azov, con sede en la ciudad portuaria ucraniana ocupada de Mariupol, subordinado a la Flota del Mar Negro (BSF) y que comandará ocho buques de guerra, incluidas tres modernas corbetas de clase Karakurt que pueden lanzar misiles de crucero SS-N-30A Kalibr.

“El mar de Azov es un área marítima vital para Rusia porque conecta sus vías navegables interiores con rutas marítimas internacionales. En el contexto de la guerra, también ofrece una opción alternativa de reabastecimiento militar en caso de que se interrumpan las rutas terrestres de Rusia hacia el sur de Ucrania."

El Distrito Naval de Azov probablemente se centrará en apoyar las tareas logísticas y de contrapartida, liberando al BSF principal para que se concentre en operaciones de ataque de largo alcance y proyectando el poder marítimo en el extranjero.

Desde diciembre, el ejército ruso ha trasladado unidades de áreas vitales procedentes de toda Rusia -desde una distancia de hasta 7.000 km del frente- para enfrentar la contraofensiva de Ucrania.

La defensa alrededor de Bakhmut está compuesta principalmente por regimientos aerotransportados de élite que normalmente están estacionados en el oeste del país como una fuerza de reacción rápida en caso de tensiones con la OTAN.

El 58º Ejército de Armas Combinadas, que de otro modo tiene la tarea de asegurar la región del Cáucaso, ahora está defendiendo posiciones en el óblast de Zaporizhzhia.

El 5º Ejército de Armas Combinadas y la Infantería Naval que mantienen el frente alrededor de Velyka Novosilka en el óblast de Donetsk tienen su base rutinaria a 7.000 kilómetros de distancia cerca de la frontera con China para equilibrar el poder militar de Beijing.

En febrero, el secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, declaro en la BBC que el 97% del ejército ruso está desplegado en Ucrania. El 5 de julio, el almirante británico Tony Radakin afirmó que Rusia perdió la mitad de su efectividad de combate en la invasión.

A nivel naval, la Armada rusa sigue siendo, sobre el papel, infinitamente más poderosa que la ucraniana. Pero su dominio se ha erosionado y actualmente está mayormente confinada al puerto.

Las minas marinas de Ucrania, los misiles antibuque y ahora los 'drones marítimos' han contribuido a que esta desempeñe un papel cada vez menos activo. La primera razón de esta inactividad fueron los misiles antibuque, que demostraron su valía contra el crucero Moskva, si bien fue la llegada de los misiles antibuque Harpoon suministrados por OTAN lo que mantiene a los buques en sus bases.

Los medios de comunicación rusos, aparte de negar cualquier tipo de éxito de la contraofensiva ucraniana -lógico- por otra parte se contradicen, al acusar a Occidente de utilizar una guerra de desgaste contra Rusia para que "sacrifique" en Ucrania su potencial militar.

De momento, ya están de camino de pasar de ser la temible segunda potencia militar del mundo al “mini-yo” de China.