El secuestro de un español hace unos días en el sur de Argelia, en la frontera con Malí, que finalmente fue liberado en el día de ayer ha puesto de relieve otra vez la falta de estrategia de seguridad para el Sahel. Sin embargo, hay que recordar que nuestra Estrategia de Seguridad Nacional ya advierte del área del Sahel como una zona prioritaria para España al ser nuestra frontera avanzada en el flanco sur.
Los grupos terroristas que actúan en el Sahel lo vienen haciendo desde 2012 y parece que todas las estrategias de seguridad que se han venido utilizando han fracasado y el resultado ha sido que no solo no se ha conseguido frenar su letalidad, sino que se han expandido a otros países como los del norte del Golfo de Guinea
La crisis en el Sahel es muy grave, como afirma Armed Conflict Location and Event Data (ACLED), donde en la primera mitad de 2024 las muertes reportadas en Burkina Faso, Malí y Níger alcanzaron un total sin precedentes de 7.620, un aumento del 9% con respecto al mismo período en 2023, del 37% en comparación con 2022 y nada menos que del 190% en relación con 2021.
La instauración de un califato en el Sahel de momento parece una opción lejana, pero sí existen muchos factores que empujan hacia esta dirección, tales como el boom demográfico, el fracaso de la gobernanza, la pobreza, las fronteras porosas, el tráfico de armas, la conexión con los grupos del crimen organizado y los recientes golpes de estado en la región, que supusieron un revés para los esfuerzos antiterroristas liderados por los gobiernos electos.
Los recientes golpes militares en el Sahel han beneficiado a los grupos terroristas que operan en esta área donde han obstaculizado los esfuerzos para coordinar iniciativas antiterroristas. Los terroristas se aprovechan de los vacíos de poder, de la falta de control del territorio y de la retirada de las fuerzas militares occidentales.
Parece que la llegada de nuevos socios de seguridad de las juntas militares del Sahel se centran más en la protección del régimen en las capitales de los países que en la protección del resto del territorio, muy especialmente en las zonas rurales donde no existe control alguno.
La CEDEAO ha sugerido el posible despliegue de una fuerza regional de reserva para reforzar las operaciones antiterroristas en África occidental. Necesitará financiación, estimada en 2.600 millones de dólares anuales.
Sobre el futuro inmediato para el Sahel hay que recordar que los actuales gobiernos militares buscarán mantenerse en el poder. Cuanto más tiempo permanezcan más complicada se volverá la situación de seguridad y más difícil el retorno a la democracia de estos países.
Una nueva estrategia de seguridad
La situación actual de empeoramiento en el Sahel hace necesaria la búsqueda de una nueve estrategia de seguridad. El terrorismo, el crimen organizado, el separatismo y la inestabilidad política requieren una especial atención frente a estas amenazas y desafíos que obstaculizan su desarrollo socioeconómico y político. La intervención de actores externos ha venido en los últimos años a empeorar la situación creando nuevos problemas.
La realidad es que en los últimos años en el Sahel cada país ha buscado una estrategia propia de seguridad, pero la solución pasa por diseñar una estrategia común de seguridad porque si no, entran en conflicto las distintas estrategias de los países del Sahel. La intervención externa es necesaria para ayudar a estos países, pero siempre desde la cooperación y no desde la imposición.
La paz es difícil de conseguir muy especialmente en la zona de las tres fronteras. Hay que simplificar los problemas del Sahel y sus estrategias dado que ha habido más de 17 estrategias y una mayor coordinación entre todos, y ademas la estrategia tiene que ser africana y hacer uso de los elementos locales. No se puede dejar que se sigan violando los derechos humanos y la población caiga en la criminalidad y el yihadismo.
Hay que enfocarse en la participación de la sociedad en estas estrategias, si no habrá más golpes de estado. Hay que trabajar con África, pero bajo sus órdenes por ser zona de seguridad importante para Europa. El vacío del terrorismo es el foco de inseguridad para Europa
Es necesario definir un nuevo paradigma de cooperación por la UE en el Sahel, la UE debe reafirmar su liderazgo político. En cuanto a las lecciones aprendidas hay que buscar un reposicionamiento en los países de esta zona geográfica y en los países del Golfo de Guinea, una mayor cooperación de la CEDEAO y la lucha contra la desinformación.
La Union Europea debe comprometerse más en el Sahel para ayudarles a salir de la grave crisis económica y de seguridad que padecen. Los países miembros del Sahel deben actuar a través de todas las instituciones que tiene el Estado en la lucha contra el terrorismo: fuerzas militares, fuerzas policiales y judiciales. Es el Estado el que debe luchar contra estas amenazas con todas sus capacidades sin olvidar a la sociedad civil y al desarrollo porque sin seguridad no hay desarrollo.
El Sahel necesita un liderazgo y seguridad y responsabilidad para garantizar la seguridad y aquí la CEDEAO y la Union Africana debe ejercer un papel fundamental.
La organización regional africana debe dar respuestas a los problemas y ser más operativa. Hay muchas organizaciones en el Sahel que no son operativas y deben ser autónomas en cuanto a financiación. Es necesaria una mayor coordinación en todos los ambitos entre todos los países del Sahel y hay que caminar hacia una identidad nacional africana.