El pasado 16 de enero, fuentes oficiales de Defensa confirmaban “la gran preocupación por la falta de avances y por el nivel de cumplimiento del programa Vehículo 8x8, esencial para el Ejército de Tierra” de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y de la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarcel, quienes se reunieron con los CEOs de las empresas que configuran Tess Defence S.A.
Eso a nivel oficial, porque, según fuentes del partido y del propio gobierno, el enfado de la ministra con lo que está implicando estos retrasos es de los que hacen época.
Primero, porque por su actitud personal y su oficio de procedencia (jueza) debe ser de los ministros que se lo “toman en serio” y desde el ataque de Hamas a Israel (7 de octubre 2023) su preocupación con los soldados españoles desplegados entre Líbano e Israel es máxima.
Recordemos que hay 663 militares españoles desplegados en Líbano, en estado de alerta, que casi diariamente se ven obligados a refugiarse en los búnkeres anti bombardeo de la base Miguel de Cervantes, en Marjayún, a causa de los enfrentamientos y lanzamiento de cohetes de Hezbolá hacia norte de Israel y de la respuesta del ejército de Israel con fuego de artillería. A pesar de estar en “zona de fuego” nuestros compatriotas siguen realizando sus "patrullas ordinarias en la Línea Azul" de la frontera entre Israel y Líbano.
¿Y cómo se realizan esas patrullas en zona de conflicto? En los antiguos BMR. El director del Departamento de Seguridad Nacional del Gobierno (DSN), el general Miguel Ángel Ballesteros, se ha referido a la situación del contingente español desplegado en Líbano de esta manera: "Tenemos BMR en el Líbano ahora, con la que está cayendo. Es un vehículo de hace 45 años aproximadamente ¿conocen algún vehículo, algún autobús, que sea capaz de pasar una ITV después de 45 años? Yo no. Esos vehículos andan, patrullan, sí... pero cuando les ponen un explosivo de los modernos, un IED, que es lo que tienen los talibanes u otros terroristas, el BMR no lo va a aguantar, no lo aguanta y no lo ha aguantado, ha habido muertos". Ya hemos tenido 15 muertos. No se nos olvide nunca.
En 1972, el Ejército de Tierra encargó a Enasa-Pegaso, los primeros BMR, un vehículo blindado de fabricación nacional. Resultó ser proyecto asequible para la época, 250.000 €/vehículo, pero hoy, cuatro décadas después, su blindaje se ha mostrado muy vulnerable y realmente se ha quedado muy obsoleto para las necesidades actuales.
Aun cumpliendo los compromisos, que no se están cumpliendo, de entregas del 8×8 Dragón, según el propio General Ballesteros "llegan con 15 o 20 años de retraso".
Pero ¿por qué? ¿Qué ocurre con el contrato de los Dragón? Defensa adjudicó en agosto de 2020 el macro contrato para la construcción y entrega de 348 blindados 8×8 Dragón, que servirá, tal y como se comunicó entonces, “para renovar la actual flota de BMR y VEC del Ejército de Tierra y será fabricado en diferentes configuraciones”.
El importe superó los 2.000 millones y el pasado abril se aprobaron otros 420 millones. Total, 2.420 millones para 348 blindados, lo que suponen casi 7.000.000€ por unidad.
El camino del 8X8 en la época Robles empezó justo tras la puesta en marcha de la renovación, cuando la anterior crisis económica dio al traste con todos los plazos marcados. De tener que haberse entregado a finales de 2018, por Santa Bárbara Sistemas, integrada en GDELS (General Dynamics European Land Systems) y tras sucesivos retrasos en diciembre 2019 se declaró el concurso “desierto”. Al cierre de concurso, General Dynamics-Santa Bárbara era el contratista principal y Sapa (propulsión) e Indra (sistema de misión y arquitectura electrónica) aparecían como subcontratistas.
En 2019 Rusia no había invadido aún Ucrania, y no había esa presión de autodefensa que tenemos ahora mismo. Pero a partir de ese momento, hay una enorme nube de confusión y rumores.
Se creó el consorcio Tess Defence, a propósito, para este contrato, y a los tres anteriores se les unió Escribano Mechanical and Engineering, y el propio DIGAM (director general Armamento y Material) aboga (noviembre del 21) por la entrada de más socios para crear una empresa de referencia en sector Defensa.
Parte de esos rumores que mencionaba inciden en la presión que está sufriendo el sector, aprovechando una mayor inversión en Defensa, para un reordenamiento y mayor concentración que le permita seguir la estela de la Industria de Defensa francesa. El ejecutivo teme no solo el perder protagonismo en grandes programas internacionales por falta de tamaño (ahí Navantia es el ejemplo a seguir) sino que toda nuestra red de pequeñas empresas innovadoras termine en manos de terceros y más después del caso EXPAL, cuando toda Europa busca munición desesperadamente.
Y aquí, ya se sabe, los concursos se ganan por puntos, pero quien decide el baremo es quien te marca el camino.
Hasta la elaboración de este articulo TESS DEFENCE ha entregado los primeros siete vehículos en su versión completa para Zapadores (diciembre 2022), debería haber entregado 34 en versión completa en 2023 (parte de los cuales ya tenían que estar en Líbano) y previstos 71 (6 cada mes) en este 2024.
Preguntadas algunas de las partes de cada componente, todos remiten a TESS Defence, que no contesta como tampoco lo hace Defensa, con lo que la pregunta que de momento queda en el aire es ¿Qué ocurre con los 30.346.000€ de 2020, y los 153.000.000 de 2021, los 188.000.000 de 2022, los 176.800.000 de 2023 (total: 548.146.000€) desembolsados? (comprometidos están, desembolsados tendrá que contestar el Ministerio Defensa).
¿Los retrasos se deben al incumplimiento de alguno de los socios-subcontratistas? ¿Al ensamblaje final? ¿Está más focalizadas las partes implicadas a la reordenación del sector que en cumplir compromisos? En un ambiente tan tenso como el actual no me extraña que tengan pesadillas con la posibilidad que ronda por la cabeza de las fuentes consultadas: “Con lo de la amnistía solo falta que nos revienten un BMR en el Líbano y que tengamos bajas”, se lamentan.