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Opinión

Ucrania trata de complicar la presencia de Rusia en África

Experta en Terrorismo Internacional y en la lucha contra Daesh.

El Sahel en estos momentos se encuentra en uno de los peores escenarios posibles con numerosos golpes de estado, gobiernos inestables, nuevos actores internacionales y el aumento del terrorismo yihadista. Esta situación es aprovechada por distintos actores regionales e internacionales en beneficio propio.

Ya hemos visto la presencia en el Sahel de países tan lejanos como Rusia o Ucrania que también libran su batalla en territorio africano. Pero no solo lo hacen en el Sahel, sino que también hemos visto enfrentamientos de ambos países en Sudán entre Wagner y un grupo de operaciones especiales ucraniano.

No es la primera vez que tenemos noticias de la presencia de militares ucranianos luchando contra Rusia en África porque ya el pasado noviembre vimos unos videos de un medio de comunicación ucraniano en los que un dron ucraniano atacaba posiciones rusas en Sudán. Igualmente nos consta las reuniones entre el Presidente ucraniano y el Presidente de Sudán.

En el caso del Sahel hemos visto hace unos días cómo un grupo de Wagner caía en manos de las fuerzas de Azawad en el norte de Malí. Las fuerzas de Azawad están preparadas militarmente para repeler cualquier agresión de Wagner y del ejército maliense al haber declarado la guerra al gobierno de Bamako.

La situación actual en Malí es la de estar al borde de la guerra civil en el norte y con la presencia en todo el territorio de los distintos grupos yihadistas, por lo que su colapso es cuestión de tiempo dado que la presencia de Wagner tampoco ha mejorado la situación de seguridad.

Después de este ataque de Azawad al grupo Wagner en el norte de Malí, AES, la Asociación de Estados del Sahel formada por Malí, Burkina Faso y Niger, han denunciado a Ucrania ante Naciones Unidas por agresión terrorista basándose en que Azawad recibió apoyo logístico de Ucrania, que a su vez es apoyada por la OTAN que arma y protege a Ucrania.

Malí rompió relaciones diplomáticas con Ucrania a principios de agosto por los comentarios de un portavoz de la agencia de inteligencia militar de Ucrania, Andriy Yusov, sobre los combates en el norte de Malí que mataron a soldados malienses y mercenarios del grupo ruso Wagner a fines de julio. El gobierno militar de Níger hizo lo mismo días después en solidaridad con su vecino.

Pero en cuanto a la presencia de las Fuerzas Especiales ucranianas en el norte de Malí, esta es poco clara y poco documentada. Parece muy poco probable que realmente hubiera soldados ucranianos sobre el terreno en Malí. Parece más bien una comunicación estratégica o una operación de influencia, o tal vez un desafortunado intento de Kiev de querer atribuirse el mérito de algo en lo que no ha hecho gran cosa, o como mucho aportar informacion o inteligencia.

Es evidente que tanto Occidente como el propio Presidente Zelensky tratan de disminuir la influencia y la presencia de Rusia en África, pero actualmente el odio a Occidente, y muy especialmente a Francia y a EE.UU., hace que Rusia campe a sus anchas en numerosos países africanos.

Por parte de Ucrania no sería la primera vez que lucha contra Rusia en un escenario distinto al de su país, porque ya lo ha hecho anteriormente en Siria y en el Kurdistán y su objetivo sería acabar con Rusia en cualquier parte del mundo.

A su vez Rusia ha lavado su imagen en África enviando al África Corps en sustitución del grupo Wagner en países como Malí, Burkina Faso o Niger. Y los mercenarios que componen estos grupos no son mayoritariamente rusos, sino que lo son también de países africanos.

Lo cierto es que Rusia financia su guerra en Ucrania en África con el expolio que hace en países como Malí, Burkina Faso o Sudan de sus minas de oro. Y a su vez Occidente apoya a Ucrania para frenar a Rusia y lo usa como Proxy contra Rusia.

Sudán es importante para Rusia porque, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz, es el principal proveedor de armas de Sudán. Los equipos militares rusos constituyen alrededor del 87% del armamento del ejército sudanés.

Uno de los principales resultados de esta cooperación sería la apertura de una base naval rusa en Sudán, que permitirá al Kremlin controlar el acceso al Canal de Suez y el acceso al Océano Índico.

El acuerdo permitirá a Rusia establecer una base naval de hasta 300 soldados rusos y mantener hasta cuatro buques de guerra, incluidos nucleares, en Puerto Sudán, en el Mar Rojo, de importancia estratégica.

A cambio, Rusia acordó suministrar a Sudán armas y equipo militar. El acuerdo tiene una duración de 25 años, con una prórroga automática por un periodo de 10 años si ninguna de las partes se opone.

Algunos de estos hechos serían los motivos por los que las fuerzas especiales ucranianas estarían en Sudán atacando a Wagner.

El único país que parece oponerse a la entrada de Rusia en África es Argelia, que ve la entrada de Wagner en Libia y en África Subsahariana como una amenaza para su país.

Sin embargo, Rusia se beneficia con todas estas alianzas con los distintos países africanos porque estrecha lazos militares y económicos, y de esta forma está desplegando sus limitados recursos estratégicamente para desafiar a EE.UU. y la Unión Europea por la influencia en el vulnerable flanco sur de la OTAN.

Moscú busca restablecer sus viejos lazos soviéticos con los países africanos para tener influencia en el continente, donde se presenta como alternativa a las antiguas potencias coloniales occidentales.

La que se está librando en África todavía no es una guerra fría, sino una guerra de influencia, pero ya parece empezar a convertirse en guerra fría después de ver cómo el Ejército Nacional Libio liderado por Haftar y un cuerpo militar ruso trasladan sus fuerzas a Hamada para Níger, Malí y Burkina-Faso; un plan para crear un corredor estratégico entre Libia y el Golfo de Guinea y de esta forma conectar el Mediterráneo con el Atlántico.